Nuestra ciudad recibió la pasada
semana la visita del primer crucero de la temporada, el
Thompson Dream, una embarcación que transportaba a bordo a
650 tripulantes y 1.600 pasajeros, la mayor embarcación de
estas características que arriba al Puerto de Ceuta.
Trabajadores de Autoridad Portuaria y Servicios Turísticos
ofrecieron la mejor bienvenida posible a pie de escalerilla
a quienes anhelaban conocer una de las ciudades más
atractivas del Mediterráneo, una ciudad Europea en el norte
de África, puerta de paso entre dos continentes.
El crucero atracaba a primeras horas de la mañana procedente
de la localidad portuguesa de Portimao (Algarve portugués),
para horas después partir hacia la localidad de Cartagena
(Murcia). Entre medias, los cruceristas tuvieron la
oportunidad de conocer los puntos emblemáticos de la Ciudad
bajo las atentas explicaciones de los acreditados
profesionales de Servicios Turísticos. También tuvieron la
ocasión de conocer las excelencias de la obra póstuma del
insigne artista canario, Cesar Manrique, el Parque Marítimo
del Mediterráneo así como, disfrutar de nuestra amplia
oferta gastronómica en los locales de restauración que los
recibieron con las puertas abiertas.
Sin embargo, una vez más y no será la última, muchas
persianas estaban cerradas para quienes deseaban adquirir
suvenires de su visita a nuestra ciudad. Durante unas horas
el excesivo precio en el transporte marítimo no fue excusa
para no atender a los más de dos mil visitantes que
recorrieron nuestras calles recordando tiempos pasados. No
es mi intención criticar a ningún sector económico de la
ciudad, pero sí abrir una reflexión honesta sobre el futuro
de una ciudad, que podría beneficiarse de un turismo
creciente, el de cruceros. Sin ninguna duda, Ceuta posee
atractivos turísticos comparables, al menos, a los de
ciudades como Mikonos, Santorini, Dubrovnik, Corfú o
Gibraltar.
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