La denuncia pública de los vecinos
de Fuente Caballo, impotentes para atajar el desvalijamiento
del equipamiento urbano es la reiteración de un caso que ya
denunciamos en estas mismas páginas hace poco tiempo y que
tenía a diversos puntos de la ciudad como foco de atención
de los “cacos”, resultado de la poca vigilancia ciudadana y
en la frontera, ya que el volúmen de los objetos robados no
permite camuflarlos con facilidad, ante un registro
exhaustivo en el puesto fronterizo del Tarajal. Unos
desvalijamientos que dejan al descubierto el tráfico ilegal
de elementos de hierro, aluminio y acero inoxidable, de todo
tipo de materiales que tienen como destino el vecino país de
Marruecos.
Ya expusimos que la reposición de todos estos robos han
supuesto durante el pasado año un elevado coste a la Ciudad
Autónoma de Ceuta, consecuencia directa de estas prácticas
delictivas y que merecen la suficiente atención como para,
junto a la colaboración ciudadana, que los agentes
policiales vigilen la seguridad en las zonas de “actuación”
de los cacos para poner coto a estos desmanes que conllevan,
como en el caso de las barandillas de Fuente Caballo, la
inseguridad de los vecinos ante el riesgo de caer al vacío.
Los equipamientos urbanos han de ser protegidos y la
sensibilidad social ha de imperar para atajar unas conductas
ilícitas. El comercio ilegal de estos materiales ha de ser
objeto de control policial por nuestras calles y en la zona
fronteriza. Extremar las medidas de seguridad y vigilancia
se hace necesario. La importante cuantía derivada de la
reposición del equipamiento urbano, requiere perseguir con
eficacia este tipo de “comercio ilegal”, basado en el
desmantelamiento callejero del mismo.
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