PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
  

 

 

OPINIÓN - SÁBADO, 4 DE MAYO DE 2013

 
OPINIÓN

Homenaje al Teniente Ruiz, 2 de mayo de 2013

Por L. Regino Mateo del Peral


En Madrid, con estricta puntualidad, a las 12 horas y treinta minutos, dio comienzo el homenaje al Teniente Ruiz. Don Antonio Navarro Ferrero , Presidente de la Casa de Ceuta en Madrid, organizadora del emotivo acto, saludó a los asistentes y brevemente después de glosar la hazaña del valeroso militar cedió la palabra a Don L. Regino Mateo del Peral. Profesor de la UNED y Miembro del Instituto de Estudios Madrileños, que pronunció la siguiente alocución:

PROCLAMA

EXCELENTÍSIMAS E ILUSTRES AUTORIDADES. QUERIDOS VECINOS DE ESTA VILLA Y CORTE, ENTRAÑABLES SOCIOS DE LA CASA DE CEUTA Y PERSONAS INVITADAS A ESTE EMOTIVO ACTO.

Un año más, en esta emblemática fecha del dos del mayo , nos reunimos en esta Plaza del Rey para conmemorar el 205 aniversario del comienzo de la Guerra de la Independencia y rendir homenaje a la figura del ceutí, teniente Jacinto Ruiz de Mendoza, quien con su heroica hazaña, fue merecedor de que se erigiera este hermoso monumento escultórico, obra de Mariano Benlliure, enclavado en esta bella Plaza del Rey, inaugurado en 1891. Jacinto Ruiz, erguido sobre un pedestal donde aparece en la parte frontal la inscripción: “A/JACINTO/ RUIZ/TENIENTE/DE/ INFANTERÍA”, En la parte posterior se halla la inscripción: “EL/EJÉRCTO/ESPAÑOL// A UNO DE SUS/ HERÓES/II DE MAYO/ MDCCCXCI”. El Teniente Ruiz figura en una postura gallarda, blandiendo la espada en la mano derecha, mientras que alza el brazo izquierdo en actitud desafiante contra el enemigo.

El 2 de mayo de 1808, se inició dicho conflicto bélico contra el todopoderoso ejército de Napoleón, el más poderoso del mundo. Su relevancia histórica fue de tal magnitud que se considera ese acontecimiento como punto de partida de la Edad Contemporánea en España. Edad que en la Historia Universal se inicia con la Revolución Francesa acaecida en 1789 que se prolongó hasta 1799.

Jacinto Ruiz, junto los capitanes el sevillano Luis Daoíz y el cántabro Pedro Velarde, fueron los oficiales que encabezaron la sublevación militar en el Parque de Monteleón, uno de los emplazamientos más significativos en la lucha contra las huestes napoleónicas, cuando lamentablemente los demás componentes del estamento castrense no habían pasado a la acción y estaban recluidos en sus cuarteles por orden del capitán general Francisco Javier Negrete. Napoleón, con el pretexto de invadir Portugal, que se había negado a secundar la orden del Emperador, del bloqueo continental contra Inglaterra, ocuparon el territorio patrio, alegando como pretexto que era lugar de paso hacia suelo luso, cuando las intenciones del emperador era la de doblegar al pueblo español y derrocar a la dinastía borbónica sustituyéndola por la bonapartista.

Como especificó el Conde de Toreno tres fueron los pilares sobre los que se asentó nuestra Guerra de la Independencia:” Levantamiento, Guerra y Revolución” y como señala Gérard Dufour, en su obra La Guerra de la Independencia : “Frente a esta desaparición del Estado y derrumbamiento del sistema monárquico, nace la Nación. Y nace, oponiéndose a las autoridades intermediarias (Audiencia y capitanes generales) que, conforme a las órdenes procedentes de Madrid, aceptan el yugo de de los franceses”.

Los primeros escarceos de ese conflicto bélico se produjeron en los aledaños del Palacio Real de Madrid. Una vez que Napoleón astutamente logró atraer a la mayoría de familia real a Bayona, pretendía preparar el traslado del resto en dos carruajes: uno para la Reina de Etruria, María Luisa Josefina de Borbón, hija menor de Carlos IV, con sus hijos y otro para el infante Francisco de Paula. El pueblo toleró el desplazamiento del primer carruaje, pero cuando se percató que el segundo carruaje estaba ya dispuesto para la salida del Infante, fue el momento en el que reaccionó. Las personas concentradas en las cercanías se dirigieron valientemente hacia el carruaje a fin de proceder a cortar los correajes de los caballos, actuación que llevan a cabo poniendo en peligro la vida del coronel galo Roucher que se salvó merced a la intervención de los granaderos enviados por Murat, quienes dispararon contra los madrileños allí reunidos. Fueron las primeras víctimas de la refriega.

El Duque de Berg, Murat, cuñado de Napoleón inició las actuaciones represivas francesas no solo contra la población madrileña que se reunió en torno al Palacio Real, sino también .hubo otros episodios como fueron los crueles combates en la Puerta del Sol y la gesta heroica de los oficiales y soldados españoles y del pueblo en el ya citado Parque de Monteleón enfrentándose a los franceses . Los ya mencionados capitanes, Daoíz y Velarde, así como el Teniente Ruiz se rebelaron contra el invasor con un número de fuerzas mal pertrechadas, muy inferior al todopoderoso ejército de los gabachos, mandados por el pérfido Murat, duque de Berg, que no dudó en castigar con extrema dureza a los madrileños sin distinción de edad y sexo.

La lucha de los españoles desde el cuartel de artillería del Parque de Monteleón fue el escenario militar donde se desarrolló uno de los acontecimientos bélicos, con tintes épicos, en el que los defensores españoles se distinguieron por su heroicidad contra un enemigo muy superior. Esta inolvidable gesta es quizás una de las acciones más relevante de la guerra, en la que junto a los militares participaron civiles como Clara del Rey, nacida en Villalón de Campos (Valladolid), quien junto a su esposo y tres de su hijos fue inmortalizada por Joaquin Sorolla, en su lienzo “Defensa del Parque de Artillería de Monteleón” (1884).

El levantamiento contra los gabachos sería refrendado por los dos alcaldes de Móstoles: Andrés Torrejón y Simón Hernández, mediante el bando que redactó el magistrado Pérez Villamil, declarando la guerra a Francia.

El duro castigo de Napoleón y Murat, infligido, según Dufour, a “los rebeldes del dos de mayo, no amedrentó a los españoles”. La reacción de estos fue la de sublevarse contra los franceses en todo el territorio nacional, máxime cuando se tuvo el conocimiento de las renuncias de Bayona, en especial la de Fernando VII. Lamentablemente cuando fue repuesto en el Trono, en 1814, pasaría de ser denominado El Deseado a ser llamado El Felón y El Calígula español, dada sus arbitrariedades, su cinismo y carácter voluble.

Las convicciones y entereza de Jacinto Ruiz, se pusieron de manifiesto, cuando enfermo, no dudó un instante en reincorporarse a su puesto, en el Cuartel de la calle de San Bernardo y desplazarse con la compañía del capitán Goicochea al Parque de Monteleón. Daoíz invitó el pueblo a que entrara en el recinto y Ruiz , en un alarde de sagacidad, convenció al capitán galo para que se entregara , haciéndole creer que llegaban más tropas y el militar francés se rindió. Esa acción tan meritoria fue un reflejo de las virtudes de ese gran estratega ceutí.

Las tropas galas, al mando de los generales Lagrange y Lefranc acabaron con esa tenaz resistencia de los esforzados españoles del Parque y Daoiz fue mortalmente herido y Velarde asesinado. Es el momento en el que Ruiz tiene que tomar el mando. Fue gravemente herido primero en un brazo y posteriormente con un proyectil, que le entró por la espada y le salió por el pecho.

Dándole por muerto los “franchutes” no lo remataron y merced al apoyo conseguido es trasladado por sus compañeros para restablecerse de sus graves heridas que solo parcialmente pudieron curarse. No obstante, y en contra del consejo de todos, convaleciente aun de esas heridas, optó por viajar a Extremadura, con el grado de Teniente Coronel, ya que no estaba dispuesto a que los franceses siguieran con esa invasión y brutal represión contra los españoles, Como era previsible, dado su precario estado de su salud, el viaje fue la causa de su empeoramiento y antes de llegar a su destino, en Badajoz, tuvo que detener su marcha en Trujillo, donde vivía un tío suyo, también teniente coronel. El 13 de marzo de 1809 falleció el esforzado y valeroso Teniente, Jacinto Ruiz de Mendoza, ejemplo de pundonor y patriotismo, que no se amilanó ante un ejército napoleónico que pretendía arrebatarnos nuestras propias señas de identidad.

Una vez finalizada la proclama, el Sr. Navarro gritó ¡Viva el Teniente Ruiz¡. ¡Viva Ceuta¡ y ¡Viva España¡, palabras secundadas por los asistentes, Después tuvo lugar la ofrenda de una corona de laurel ante los pies del monumento, mientras el público cantaba “ La muerte no es el final” . A continuación se cantó el Himno a Ceuta y el acto concluyó con el Himno Nacional.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto