PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
  

 

 

OPINIÓN - SÁBADO, 4 DE MAYO DE 2013

 

OPINIÓN / ESCRITOS CABALLAS

Burgaillos en el acantilado
 


Javier Chellarám
opinion
@elpueblodeceuta.com
 

En la recta final del curso, nos guardaron la prueba reina del mismo, el Acuarroca, una prueba de ocio y relax, pero basada en la protección del ecosistema, donde se demuestra el trabajo en equipo, y la adaptación al entorno natural, y sobre todo la fuerza y resistencia.

Desde la Playa del Desnarigado , que le dicen la Pota...subiendo por el Camino de Ronda, y merodeando los aires marineros que contemplan la Carcel de Mujeres, al trote de nosotros los componentes del Curso de Monitor Deportivo, bajamos todo el Recinto Sur, hasta la desembocadura de Fuente Caballo, allí nos aviamos y pertrechamos, saldando la baranda donde se acaba el Paseo de Fuente Caballo, y allí que pisando piedras y recuerdos centeneros, veiamos lo que dejó cualquier tiempo pasado que sería mejor, era las huellas de la Casa de Juanichi, que entre el abandono y el olvido, ya no quedaba ni los peldaños de la escalera.

Fuimos caminando y recordando de carrerilla, ante los suspiros de la orilla, Las peñas de la Marujita, el Bogueo, la Pirata, y majestuosa por los siglos de los siglos , la Peña de la Muerte.

Y todos me decían, Javier, escribe algo de este maravilloso entorno natural que parece que no se acercan nadie ni cada cuatro años para pedir el voto , a las rocas que custodian mirando a los luceros, un espacio costero, que fué la delicia de esta tierra.

Y seguimos pasando, luchando, el esfuerzo, el entusiasmo, pisando rocas, nadando entre espacios abiertos, penetrando por la cueva, y saliendo por la gruta, así, hasta que fuimos abriendo brecha, y al espiritu de Grupo Anfibio, nos fuimos entre rocas y agua, nadando por el Sarchal, hasta la Potabilizadora, donde felices, por el deber cumplido, no sentiamos ni las piernas, pero demostramos, la capacidad del ser humano, en la resistencia y adaptación al medio natural.

Lo que no se me escapó fue ver la balsa neumática de los subsaharianos, con los chaquetones flotando, los cartones de leche con letras arábigas, los dejes de zapatillas, alpargatas, de tantas historias humanas que pasaron por allí, siendo testigo la luz de la luna, y el amanecer del chirrío de las gaviotas.

Y como sería el hambre y la necesidad que allí se presumía, que más de uno se zampó los burgaillos a la vera del acantilado, pero en vez de cocidos y con alfiler, en una pierda machacaos...
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto