A mí me merece mucho respeto todo lo que diga Emilio
Carreira, ya que le considero, sin duda alguna, uno de los
políticos más inteligentes del PP local. Por eso me
sorprende que se empecine en el error de defender a ultranza
la honestidad de nuestro alcalde, error que también cometió
recientemente Francisco Márquez, pues ambos deberían tener
en cuenta aquello de “Dime de lo que presumes y te diré de
lo que careces”. Popular refrán que se usa para indicar que
una persona tiene falta de aquello de lo que precisamente
quiere aparentar que le sobra.
En lo que si tiene razón el vicesecretario de Comunicación
del PP es en remarcar continuamente que Vivas goza del apoyo
de sus compañeros, al menos, públicamente. Sin embargo,
Carreira esconde que dicho apoyo está basado, no en la buena
gestión, sino en una conducta totalitaria del presidente.
Porque la realidad es que quien mantenga que Vivas no ha
impuesto una forma personalista, casi autoritaria, de
ejercer el poder o miente o es su principal “argumento” para
convertirse en un colaboracionista del presidente. Incluso
algunos han llegado a decir que “a Vivas sólo le va a
suceder Vivas”. Mayor muestra de personalismo es difícil
hallar.
La negación del principal problema de Ceuta, a saber, que
todo, absolutamente todo, en nuestra ciudad depende de la
manera atrabiliaria y “personalista”, arbitraria y
contingente, de ejercer el poder Vivas, es de tal gravedad
intelectual y política que pudiera, más pronto que tarde,
hacerle perder toda la credibilidad intelectual y política a
cualquiera que lo defienda.
El liderazgo populista de Vivas es “total” comparado con
otros presidentes anteriores. La maquinaria de su partido,
los medios de comunicación y, en fin, todos los instrumentos
de la Ciudad se mueven, nadie lo dude, según los humores de
Vivas. Apenas nadie de su partido o de sus aledaños se
atreve o, sencillamente, tiene capacidad para enfrentarse a
su inmenso liderazgo populista. Nadie se atreve a afearle
las conductas más personalistas. En los últimos años, (desde
la marcha de Gordillo) Vivas no ha cesado de decir y hacer
sin consultar jamás con nadie a excepción de dos o tres
personajes sin apenas relevancia intelectual y política.
Vivas es paradigmático a la hora de marcar una tendencia
personalista, o sea, populista, sobre su partido, el resto
de los ámbitos políticos y, por supuesto, sobre la sociedad.
Los personalismos y exageraciones de Gordillo al lado del
juanvivismo son juegos de niño. Vivas es el presidente más
personalista, casi hasta rozar el autoritarismo, que ha
tenido Ceuta, entre otros motivos, porque ha tomado las
decisiones más descabelladas y las ha impuesto, como si
fueran normales, también de modo “autista” y al margen de
todos los mecanismos de control de su partido.
Esta conducta diabólica se basa en la manipulación, en la
mentira y si, fuese necesario, en cualquier actuación
delictiva o inmoral, sin que usted deba realizar ninguna
restricción mental en su imaginación: todo lo malo es
posible. Por lo expuesto, queda claro que negociar con los
hijos del padre de la mentira, es complicado: las promesas
se pueden incumplir, los acuerdos obstaculizan …
En fin, quien niegue ese componente diabólico en la manera
de ejercer poder de Vivas, sin duda alguna, está
“legitimando” torticeramente un presidentre cada vez más
autoritario. ¿Quién, si no es por una política diabólica,
podría soportar en su conciencia tanta inmoralidad a cambio
de la vanagloria del que se cree divino siendo diablo?
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