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OPINIÓN - VIERNES, 3 DE MAYO DE 2013

 
OPINIÓN / ANALISIS

Una forma personalista, casi autoritaria, de ejercer el poder

Por Ramiro T.


A mí me merece mucho respeto todo lo que diga Emilio Carreira, ya que le considero, sin duda alguna, uno de los políticos más inteligentes del PP local. Por eso me sorprende que se empecine en el error de defender a ultranza la honestidad de nuestro alcalde, error que también cometió recientemente Francisco Márquez, pues ambos deberían tener en cuenta aquello de “Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”. Popular refrán que se usa para indicar que una persona tiene falta de aquello de lo que precisamente quiere aparentar que le sobra.

En lo que si tiene razón el vicesecretario de Comunicación del PP es en remarcar continuamente que Vivas goza del apoyo de sus compañeros, al menos, públicamente. Sin embargo, Carreira esconde que dicho apoyo está basado, no en la buena gestión, sino en una conducta totalitaria del presidente. Porque la realidad es que quien mantenga que Vivas no ha impuesto una forma personalista, casi autoritaria, de ejercer el poder o miente o es su principal “argumento” para convertirse en un colaboracionista del presidente. Incluso algunos han llegado a decir que “a Vivas sólo le va a suceder Vivas”. Mayor muestra de personalismo es difícil hallar.

La negación del principal problema de Ceuta, a saber, que todo, absolutamente todo, en nuestra ciudad depende de la manera atrabiliaria y “personalista”, arbitraria y contingente, de ejercer el poder Vivas, es de tal gravedad intelectual y política que pudiera, más pronto que tarde, hacerle perder toda la credibilidad intelectual y política a cualquiera que lo defienda.

El liderazgo populista de Vivas es “total” comparado con otros presidentes anteriores. La maquinaria de su partido, los medios de comunicación y, en fin, todos los instrumentos de la Ciudad se mueven, nadie lo dude, según los humores de Vivas. Apenas nadie de su partido o de sus aledaños se atreve o, sencillamente, tiene capacidad para enfrentarse a su inmenso liderazgo populista. Nadie se atreve a afearle las conductas más personalistas. En los últimos años, (desde la marcha de Gordillo) Vivas no ha cesado de decir y hacer sin consultar jamás con nadie a excepción de dos o tres personajes sin apenas relevancia intelectual y política. Vivas es paradigmático a la hora de marcar una tendencia personalista, o sea, populista, sobre su partido, el resto de los ámbitos políticos y, por supuesto, sobre la sociedad.

Los personalismos y exageraciones de Gordillo al lado del juanvivismo son juegos de niño. Vivas es el presidente más personalista, casi hasta rozar el autoritarismo, que ha tenido Ceuta, entre otros motivos, porque ha tomado las decisiones más descabelladas y las ha impuesto, como si fueran normales, también de modo “autista” y al margen de todos los mecanismos de control de su partido.

Esta conducta diabólica se basa en la manipulación, en la mentira y si, fuese necesario, en cualquier actuación delictiva o inmoral, sin que usted deba realizar ninguna restricción mental en su imaginación: todo lo malo es posible. Por lo expuesto, queda claro que negociar con los hijos del padre de la mentira, es complicado: las promesas se pueden incumplir, los acuerdos obstaculizan …

En fin, quien niegue ese componente diabólico en la manera de ejercer poder de Vivas, sin duda alguna, está “legitimando” torticeramente un presidentre cada vez más autoritario. ¿Quién, si no es por una política diabólica, podría soportar en su conciencia tanta inmoralidad a cambio de la vanagloria del que se cree divino siendo diablo?
 

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