El simulacro de seísmo Anubis tuvo
lugar ayer y el objetivo estaba claro, coordinar los
servicios de emergencias en la ciudad. Todos los
responsables de los servicios de emergencias se implicaron
en las distintas intervenciones que se produjeron a lo largo
del día y el 112 se convirtió en el coordinador de las
actuaciones. Un simulacro que contó con la presencia de más
de 2.500 personas y la presencia de la unidad militar de
emergencias, que trabajó codo con codo tanto con Delegación
de Gobierno como con la Ciudad para que todo saliera a pedir
de boca. Quizás la consejera Yolanda Bel podría haberse
implicado más, pero el tema es que la cooperación entre
equipos se dejó notar. Los bomberos, los policías locales,
nacionales, guardias civiles... Personas que día a día están
al lado de los ciudadanos, para ayudarles en lo que
necesiten y para servirles. Muchos fueron los participantes
de este simulacro Anubis, nombre de dios egipcio.
En esta ocasión le ha tocado el turno a Protección Civil. Ha
organizado unos ejercicios interesantes que en principio
estaban previstos en su mayoría en el centro de la ciudad.
Pero le tocó el turno al extrarradio, montes, carreteras
como la de Benzú o García Aldave y el pantano fueron los
escenarios por excelencia. Los puestos de mando sí estaban
instalados en pleno centro de la ciudad, en el parque
periurbano Juan Carlos I, que se convirtió en el centro
neurálgico de operaciones. La UME visitó Ceuta dos años
después del anterior simulacro y lo hizo con toda la
ilusión, como demostró en cada una de sus intervenciones. En
el caso de un hipotético terremoto, este era de grandes
magnitudes, la ciudadanía puede dormir tranquila porque sabe
que va a contar con el mejor equipo humano para velar por su
seguridad, algo que es fundamental. De los pequeños errores
que se pudieron producir siempre se aprende y los servicios
también son humanos, con sus equivocaciones y sus logros han
hecho que Ceuta siga confiando en que nada malo puede pasar
si ellos están ahí.
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