Estamos ante uno de los primeros de mayo más difíciles de
nuestra etapa democrática.
El desempleo en España ha alcanzado cuotas inadmisibles para
un país avanzado: más de 6,2 millones de personas paradas,
un 27,2% de tasa de paro, casi 2 millones de hogares con
todos sus miembros en el desempleo, 3,5 millones de personas
buscando trabajo desde hace más de un año y una tasa de paro
juvenil del 57,2%. En nuestra ciudad, Ceuta, el número de
personas desempleadas asciende a 14.000, una de las más
altas de España. En concreto, la tasa de paro de los hombres
está en el 31, 53% y el de las mujeres, en un 48,32. En 2012
se han destruido más empleos que en la suma de los dos años
anteriores.
Frente a este panorama, el Gobierno sólo ofrece resignación.
Un Gobierno que es incapaz de poner en marcha planes de
estímulo económico efectivo y plantear reformas en
profundidad que mejoren la calidad de nuestras instituciones
y la competitividad de nuestras empresas para relanzar el
crecimiento. Un Gobierno que sólo hace recortes y subidas de
impuestos injustas e ineficaces que acentúan la recesión, el
paro y la desesperanza.
Por todo ello el Partido Socialista hace este primero de
mayo un llamamiento para vencer la resignación. Ante esta
situación de emergencia nacional, no se puede pedir
paciencia como hace el Presidente del Gobierno. Ante esta
situación el PSOE demanda diligencia.
Diligencia para alcanzar un Pacto Nacional para la
Reactivación Económica y la Creación de Empleo con el
concierto del Gobierno, los Partidos Políticos con
representación parlamentaria, las Organizaciones
Empresariales y Sindicales más representativas y los
Presidentes de las Comunidades y Ciudades Autónomas.
Un pacto para el que el Partido Socialista ofrece propuestas
que corrigen los errores cometidos en este año y medio de
legislatura.
El Partido Popular llegó al poder en una crisis económica,
pero ha sumido a España en una profunda recesión, sin
viabilidad de salida en el medio plazo, una grave crisis
social, con un aumento alarmante de la pobreza y una
preocupante crisis política por su incapacidad de llegar a
acuerdos con los agentes sociales y con otras fuerzas
políticas.
El diseño de la política fiscal europea y española basadas
en la austeridad como único objetivo, sin medidas de
estímulo al crecimiento, junto con una política monetaria
que no facilita que fluya el crédito al sector privado y una
reforma laboral que facilita el despido, ponen en riesgo la
paz social en nuestro país y la sostenibilidad del estado de
bienestar.
Sin crecimiento, no puede sostenerse ni la política social,
ni la igualdad, ni la reducción del déficit, ni la creación
de empleo. El crecimiento generador de empleo tiene que ser
el objetivo número uno de la política económica de cualquier
gobierno.
La alta tasa de paro es algo más que un número. Es algo más,
incluso, que un profundo drama social que sume en la
desesperación a millones de personas. El paro es un
alarmante indicador de la descapitalización del país. Porque
la precarización del empleo de las personas jóvenes, a las
que se les niega la estabilidad laboral, junto con el
alarmante incremento del paro de larga duración, está
provocando que cientos de miles de personas pierdan el tren
del mercado laboral, cronificando así su situación de
desempleados y desempleadas.
Por tanto no se puede esperar más. No se puede esperar al
crecimiento, como quién espera que se ponga a llover. No se
puede mantener una contrarreforma laboral que ha supuesto un
paso atrás en los derechos de las y los trabajadores y un
terrible avance en la destrucción de empleo.
Hay que liderar un pacto con todas las fuerzas políticas y
agentes sociales para poner fin a esta sangría y ofrecer a
la ciudadanía el horizonte de esperanza que merecen.
Y con este empeño, y con la firme convicción de que juntos
podemos salir de una forma justa de esta depresión, nos
manifestaremos el 1 de Mayo y hacemos un llamamiento a la
ciudadanía para que se una a las convocatorias de las
organizaciones sindicales.
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