M añana miércoles llega a Ceuta el crucero con el mayor
número de turistas que jamás haya arribado hasta nuestras
costas. Un total de 2.466 personas entre pasajeros y
tripulación deambularán por nuestras calles durante un total
de nueve horas, personas con un alto poder adquisitivo, que
como viene siendo habitual en esta Ceuta nuestra, pueden
encontrarse una ciudad fantasma, sin lugar alguno donde ir,
porque recordemos que mañana día 1 de mayo es una jornada
festiva.
Conociendo de antemano esta circunstancia cabría esperar que
tanto la Confederación de Empresarios como la Cámara de
Comercio, hubieran iniciado acciones tendentes a movilizar
al sector comercial de la ciudad con vistas a atender tan
suculenta visita, habida cuenta de los miles de euros que
estos visitantes pueden dejar a lo largo de esas horas en
nuestros establecimientos. Esto sería lo lógico en una
ciudad que se autodenomina “Ceuta ciudad de compras”, una
ciudad que pretende convertirse en un referente comercial a
este lado del Estrecho. Pero mucho me equivoco o veremos a
los turistas recorrer nuestras calles sin tener siquiera
apenas algunos lugares donde tomar un simple café.
No quiero referirme expresamente a la jornada de mañana,
festiva en toda España. Porque bien es cierto que otros
cruceros, muchas excursiones, buques de la armada rusa,
particulares etc, han arribado hasta Ceuta en jornadas
festivas, sábados por la tarde o domingos fundamentalmente,
sin que nadie haya adoptado ninguna medida para captar a
estos potenciales clientes, que abandonan la ciudad tal y
como llegaron, con las manos en los bolsillos y con una idea
sobre la Ceuta comercial cambiada porque no han tenido la
posibilidad de adquirir absolutamente nada.
Ante esta situación me surgen una serie de preguntas y
reflexiones que supongo que muchos ciudadanos compartirán
conmigo. Estamos oyendo todos los días la coyuntura tan
compleja y crítica por la que está atravesando la economía
local, fundamentalmente basada en el comercio. Por todo
ello, cabría esperar que, como ocurre en todas las ciudades
que reciben cruceros, hubiera un acuerdo previo para abrir
los comercios durante esa jornada, al menos en horario
matinal.
¿Acaso vamos a dejar pasar esta oportunidad permaneciendo de
brazos cruzados? Y en esta circunstancia, alguien confía en
que este tipo de buques vuelvan a hacer escala en nuestro
puerto? ¿Para qué?
En este momento se echa de menos a las fuerzas vivas de la
ciudad, las mismas que denuncian constantemente la
dificultad de los tiempos por los que estamos atravesando.
¿Pensarán hacer algo al respecto? O vamos a dejar una vez
más pasar esta coyuntura...
Me hubiera gustado ver a empresarios y centrales sindicales,
codo con codo, perfilando una iniciativa que satisfaga a
todos, por el bien de esta ciudad y de sus trabajadores. Es
necesario que se sienten a negociar y diseñen una estrategia
para atender a esta importante demanda, ya que siempre de
antemano sabemos cuando arriba un crucero a nuestro puerto.
Y es que estas oportunidades no se repiten. El tren pasa y
si no nos subimos a tiempo probablemente ya no vuelva a
producirse esta circunstancia. Porque además los turistas
cumplimentan, tras su visita, un cuestionario con las
impresiones que les ha producido cada puerto de escala. A
ninguno se nos escapa que las gestiones que está realizando
la Autoridad Portuaria de Ceuta para integrar a Ceuta en la
ruta de los cruceros más importantes habrán sido en vano, ya
que si el destino no resulta atractivo al visitante, la
escala no vuelve a producirse.
Entramos pues en una contradicción clara. Por una parte el
Estado está presente en foros donde se promociona la ciudad,
lo que implica un gasto que sale del bolsillo de todos los
ciudadanos, pero paralelamente la sociedad civil no se
implica en esta acción, a pesar de ser la directa
beneficiara de esta gestión.
Y yo me pregunto. ¿Que van a hacer casi 2.500 personas en
Ceuta mañana miércoles? ¿No vamos a reaccionar? Quizá ya sea
demasiado tarde, pero para las próximas ocasiones, si las
hubiera, ¿no vamos a tomar la iniciativa?
Me duele y enoja profundamente que empresarios, sindicatos y
demás fuerzas políticas y sociales vayan a dejar pasar la
posibilidad de consolidarnos como puerto de referencia en
las paradas de los grandes cruceros que cruzan el
Mediterráneo. Porque los esfuerzos que realiza la Ciudad
Autónoma de Ceuta a través de sus Servicios Turísticos en
diversos foros nacionales e internacionales para nada van a
servir si a la hora de la verdad, nadie se implica en esta
cuestión, ni siquiera para ganar dinero, ni para vender la
marca de esta ciudad, ni para nada.
Con este panorama y si no fuera por los datos que tengo
sobre la mesa, y que evidentemente son reales, hasta yo
dudaría de la existencia de una crisis comercial. Más bien
tendería a pensar todo lo contrario… “les va tan bien que no
necesitan ingresos extras”… Esta es una conclusión a la que
todos hemos llegado, debate que en más de una ocasión he
tenido con amigos e instituciones de la ciudad y que hasta
el momento no se ha resuelto.
¿A qué futuro aspiramos?, ¿qué modelo de ciudad queremos
construir? Somos una ciudad de servicios eso nadie lo
discute, pero si lo somos ejerzamos como tal y ofertemos al
visitante ocio, compras, restauración, cultura, arte…
Lo que es evidente es que o remamos todos en la misma
dirección o todas las acciones que proyectemos caerán en un
saco roto. Para nada vale que el Puerto, como parte de la
Administración General del Estado, busque alternativas
turísticas si luego no se ven respaldadas por la iniciativa
privada local, que es en definitiva la beneficiaria de estas
actuaciones.
Lo que está claro es que luego no podremos poner el grito en
cielo, lamentarnos de lo difíciles que están las cosas y
cuando tenemos la oportunidad de dar una imagen positiva de
la ciudad y además generar riqueza, mirar para otro lado
como si nada, como si el asunto no fuera con nosotros.
Basta ya de hipocresías, si la situación es complicada, que
lo es, vamos a ponernos a trabajar, vamos a convertirnos en
una alternativa turística seria y competitiva de una vez por
todas. Nos sentamos las veces que haga falta todas las
partes implicadas y buscamos una solución negociada, pero
ya. No podemos dejar pasar más oportunidades, no nos lo
podemos permitir.
Vamos a salir ya del letargo en el que parece estamos
inmersos. No tenemos más que mirar a nuestro alrededor y
observar como funcionan los centros turísticos más
importantes del país. Si aspiramos a consolidarnos como un
foco de atracción turística, que posibilidades y cualidades
tenemos y muchas, seamos más ambiciosos y sepamos captar las
necesidades de cuantos nos visitan. Podemos proponer muchas
alternativas, como antes ya mencioné, pero si no trabajamos
de manera coordinada y diversificamos y aumentamos nuestra
oferta, a nadie vamos a interesar.
El turista exige cada vez más y tiene claro lo que quiere.
Ofrezcamos eso y más. Hagamos que regresen. Si sabemos lo
que debemos hacer ¿Por qué no lo hacemos ya? ¿A qué estamos
esperando?
Insisto que esta reflexión, con la que pretendo abrir un
debate, no hace una expresa referencia a la jornada de
mañana, Fiesta del Trabajo, sino que tomando como ejemplo
cualquier día festivo del calendario analicemos qué perfil
de ciudad queremos en el futuro. Todos hemos visto como en
Ceuta vagabundean turistas aburridos sin saber dónde ir
porque todo está cerrado. Cambiemos esta dinámica, tomemos
la iniciativa y dejemos de ser meros espectadores que sólo
lamentan la dificultad de la actual coyuntura.
Sabemos que el turismo es una fuente de riqueza y empleo. Yo
creo en las posibilidades de Ceuta, una ciudad ubicada en
una de las zonas más privilegiadas del planeta y pienso
luchar por ello.¿Y ustedes?
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