“Las reformas y los recortes
del Gobierno hacen peligrar la salud y la seguridad en el
trabajo” y así lo quieren manfiestar las centrales
sindicales en el Día Internacional de la Salud y la
Seguridad en el Trabajo que se celebra hoy. Para las
centrales sindicales de UGT y CCOO, hoy es una jornada
conmemorativa, en la que el principal objetivo de las
centrales sindicales es recordar a todas y cada una de las
personas que han sido víctimas de un accidente de trabajo o
que han contraído una enfermedad como consecuencia del mismo
y a sus familiares y compañeros.
Este 28 de abril en el marco de la convocatoria que cada año
hace la Confederación Sindical Internacional, CCOO y UGT con
el lema “Las reformas y los Recortes del Gobierno hacen
peligrar la salud y seguridad en el trabajo”; ambas
centrales sindicales quieren expresar su voz colectiva sobre
la necesidad de proteger y promover la salud de las personas
trabajadoras y la seguridad como un medio para lograr el
trabajo decente para todas.
La de hoy, según CCOO y UGT, es una jornada conmemorativa,
en la que el principal objetivo de las centrales sindicales
es recordar a todas y cada una de las personas que han sido
víctimas de un accidente de trabajo o que han contraído una
enfermedad como consecuencia del mismo y a sus familiares y
compañeros.
También es una jornada de acción para defender la salud y la
seguridad, de los recortes presupuestarios y los ataques a
la regulación y a su ejecución pues estos ataques traerán
graves consecuencias a todos los niveles sobre trabajadores
y trabajadoras.
Habiendo pasado más de un año desde que se aprobara la
reforma laboral del Gobierno actual, que se ha convertido en
la “mayor agresión en forma de legislación reguladora del
mercado de trabajo en nuestro país, no hay ni un solo
indicador objetivo que evidencie mejora alguna, ni para los
trabajadores y trabajadoras que muy a pesar suyo y nuestro
continúan en situación de desempleo, ni para las familias
españolas que además de ser víctimas de la regulación
laboral, lo son también de los recortes en materia
sanitaria, educativa, de vivienda, de igualdad, judicial,
tributaria, económica”, aseguran los sindicatos, quienes no
dudan en afirmar que actualmente se está viviendo “la
situación de mayor pérdida de derechos del período
democrático”.
En este tiempo se manifiesta de manera “descarada, sin
tapujos”, lo que no deja de ser una situación de
“connivencia” entre Seguridad Social, Mutuas y Sanidad,
afirman las centrales sindicales e insisten que estos
organismos “han apostado por enarbolar la bandera patronal y
unirse al discurso de que los trabajadores y trabajadoras
son los responsables de la falta de competitividad de las
empresas por sus abusos continuos en el acceso a la
incapacidad temporal a la que los empresarios y sus
amistades peligrosas denominan bajas injustificadas”.
En este sentido, tanto UGT como CCOO recuerdan que “las
bajas laborales constituyen un derecho laboral para una
recuperación efectiva de la salud. Trasladar los costes a
las personas trabajadoras es una forma de violencia
organizacional inaceptable. Todo ello sin preocuparse en
absoluto por el escandaloso aumento de los accidentes de
trabajo declarados sin baja y las enfermedades profesionales
igualmente calificadas sin baja, o de la infradeclaración de
los mismos (accidentes graves declarados como leves), y
preocupándose aún menos, de los costes derivados de las
contingencias que siendo profesionales son trasladadas como
comunes al sistema público de salud; que por supuesto
asumimos entre todos”.
Para las centrales sindicales, la forma de hacer y de
gobernar que se está padeciendo, les lleva a reflexionar
hoy, sobre las consecuencias que la práctica de este modelo
económico tiene sobre la salud de los trabajadores y
trabajadoras y la salud pública en general.
Las organizaciones sindicales más representativas han venido
alertando de que la temporalidad y la precariedad están
directamente relacionadas con la siniestralidad laboral;
pues son conocedoras de que las condiciones de trabajo son
un aspecto esencial que incide de forma directa en la
producción de daños a la salud de los trabajadores y
trabajadoras y en su prevención.
“En pleno siglo XXI, se nos pretende retrotraer a unas
condiciones laborales tan parecidas a la época de la
revolución industrial, sin derechos salariales, ni de
descanso, ni de jornada, ni de formación, ni a la salud; que
cabe preguntarse hasta dónde y hasta cuándo podremos los
ciudadanos aguantar la actual situación sociolaboral”,
aseguran las centrales sindicales, para las que “no es
sostenible dinamitar las políticas públicas de salud y
seguridad en el trabajo dejándolas reducidas a meras
declaraciones de intenciones en el mejor de los casos, y
pensar que todo seguirá evolucionando hacia la mejora de la
siniestralidad por mera inercia”.
El importante recorte económico del 40% llevado a cabo por
el Gobierno en materia de políticas públicas en prevención
de riesgos laborales, y que en el caso de algunas
Comunidades Autónomas alcanza hasta el 100%, podrá tener
como consecuencia a medio y largo plazo, tal y como resaltan
las centrales sindicales “un aumento considerable de la
siniestralidad laboral y con este más sufrimiento a las
personas trabajadoras y a sus familias, además de un
considerable aumento de los costes en materia de
prestaciones de incapacidad, invalidez, viudedad y
orfandad”.
Las distintas formas de violencia que se están ejerciendo
sobre las personas dentro y fuera de su trabajo en lo que
tanto UGT como CCOO vienen denominando las formas de
“violencia interna (en la propia empresa) y externa
(ejercida por los recortes del Gobierno) suponen una elevada
presión psicosocial, que tiene un claro reflejo en la
disminución de la declaración de los accidentes y
enfermedades profesionales con baja, mientras aumentan tanto
en el caso de los accidentes, como en el caso de las
enfermedades las declaraciones sin baja”. Hoy no es anormal
encontrar en el centro de trabajo a alguien que está enfermo
pero por temor a la pérdida del puesto de trabajo, o por la
pérdida de salario que le provoca la situación de baja
médica (porque entre patronal y Gobierno han puesto las
medidas necesarias para ello), no tienen más remedio que
acudir en malas condiciones a trabajar, con los riesgos que
esto conlleva.
Desde UGT y CCOO se apuesta por “una salida de la crisis más
solidaria, equitativa, justa y que garantice una adecuada
protección social, con una fiscalidad progresiva y con
reformas en los sistemas productivos que apuesten por la
calidad y el valor añadido del factor humano, de ahí que
aconsejan al Gobierno a que considere la prevención de
riesgos laborales como un principio de calidad y
competitividad de las empresas, poniendo en valor la
inversión en ello y no planteando políticas de ajuste que
comprometan la salud y seguridad de los trabajadores y
trabajadoras”. |