Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han tenido
noticia de la salida de cerca de un millar de subsaharianos
desde la ciudad marroquí de Casablanca en dirección a la
zona de Tánger, de donde parten las pateras hacia territorio
peninsular. Al parecer, se habría producido un “efecto
llamada” tras la avalancha de balsas de este fin de semana,
con un centenar de inmigrantes, 62 interceptados por
Marruecos.
Casi un millar de subsaharianos, unos 900, han emprendido el
camino en dirección a la zona de Tánger desde la ciudad
también marroquí de Casablanca. Esta es la información que,
según fuentes policiales, ha llegado a las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad españoles tras las avalanchas de inmigrantes
del pasado fin de semana en el Estrecho.
Según estas mismas fuentes, se sospecha que los centenares
de inmigrantes desplazados desde Casablanca irán llegando a
lo largo de “varias semanas” por el efecto llamada de las
balsas que han logrado el objetivo de llegar a las cosas
peninsulares en los últimos días.
Durante el fin de semana fueron cien los inmigrantes que, a
bordo de precarias embarcaciones, fueron recogidos en el mar
tanto por Salvamento Marítimo como por la Gendarmería
marroquí en una decena de pateras. La mayoría, 62, fueron
interceptados por los servicios marroquíes mientras que al
resto se les trasladó a Tarifa al ser auxiliados por medios
de Salvamento Marítimo.
A Ceuta llegaron por su parte otros seis subsaharianos que
desembarcaron en la costa del Recinto Sur, donde fueron
recogidos por la Guardia Civil.
Un nuevo informe de Médicos Sin Fronteras (MSF) el pasado
mes de marzo detalla el impacto que tienen las condiciones
precarias de vida “y la violencia criminal e institucional
generalizada sobre la salud de los migrantes subsaharianos
en situación irregular atrapados en Marruecos en su viaje
hacia Europa”. Marruecos se ha convertido, fruto del
endurecimiento de los controles fronterizos, “ya no sólo en
un país de tránsito, sino en un destino forzado, lo que
aumenta la vulnerabilidad de los migrantes”, de acuerdo con
el informe, titulado ‘Atrapados a las puertas de Europa’.
Según MSF “miles de migrantes subsaharianos viven en
Marruecos en precarias condiciones, en casas abandonadas o a
la intemperie en montes y bosques”, como son los casos de
Beliones o Wad Marsa, cerca de Ceuta.
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