Durante la semana anterior una noticia ha sido la
protagonista en nuestra ciudad. De todos es conocida y no es
cuestión de exponerla como si fuera la primera vez que se
anuncia. Sus pormenores han sido suficientemente presentados
y analizados en todos los medios de comunicación.
Hay unos hechos que se han puesto de manifiesto en la
denuncia que el Secretario General del PSOE, José Antonio
Carracao Meléndez, interpuso ante la Fiscalía y que ésta ha
trasladado al Juez, en relación a un informe técnico
contable sobre descuadres y pagos indebidos a Urbaser.
Presuntamente: Más de doce millones por pago de amortización
que se han abonado de más; la inversión de la citada empresa
ha sido inferior al presupuesto previsto; falta de abono del
Ipsi por un valor que asciende a más de trescientos mil
euros; problemas de contabilidad por no incluirse en los
capítulos adecuados los gastos correspondientes del contrato
que se considera inversión; todo ello unido al posible
problema de cuestiones que presuntamente pueden verse
afectadas por el cálculo de la anualidad que forma parte de
la carga financiera de la ciudad.
El Sr. Carracao, antes de ir a la Fiscalía, mantuvo una
conversación con el Presidente de la ciudad, al que solicitó
la necesidad de convocar una Junta de Portavoces, que no fue
aceptada. Decisión que compete a él, pero que el Secretario
General del PSOE, ante la gravedad de los hechos que estaban
puestos de manifiesto en el informe del técnico del
Ayuntamiento, consideró dentro de su obligación como
Diputado y como representante de miles de ciudadanos que han
puesto su confianza en él, que debía primar la
transparencia, la imparcialidad y la diligencia en que se
aclararan los hechos del modo más preciso y contundente
posible. El Gobierno de la ciudad podrá estar en desacuerdo
con la actuación del Sr. Carracao, pero lo que es innegable
es que él ha considerado como su obligación principal
defender los intereses de los ciudadanos ceutíes del modo
que ha estimado, y democráticamente tiene todo el derecho a
actuar como lo ha entendido, respetando las reglas, las
normas, derechos y obligaciones que tiene como
parlamentario.
Me parece lamentable y no puedo compartir en absoluto los
insultos y descalificaciones que durante estos días se han
vertido sobre la persona del Secretario General de PSOE,
porque además de injustos, opino que no sólo han insultado
al Sr. Carracao, sino también a los miles de votantes de
Ceuta que han depositado su voto y su confianza en este
Diputado. En política y en otros aspectos de la vida se
pueden tener discrepancias y formas distintas de pensar,
pero ante todo debe primar el respeto, especialmente en
aquellas personas que ostentan cargos públicos, porque si
todos deseamos una sociedad menos crispada, más tolerante y
donde los valores de la educación lleguen a los niños y
jóvenes, los primeros que deben dar ejemplo son los que
ostentan altas responsabilidades en cargos institucionales.
Si realmente sólo hubiera sido una salida de tono y una
actuación irresponsable la que ha llevado a cabo el PSOE, no
se entendería que en el escrito de la Fiscalía aparezca la
frase:“En el presente caso existen indicios suficientes para
considerar que estamos en presencia de delito…”. También es
un hecho relevante que la denuncia haya sido trasladada al
Juzgado por el Ministerio Fiscal, por lo tanto no estamos
ante hechos irrelevantes. Por supuesto todo el respeto y
prudencia ante la actuación del Sr. Fiscal y del Juzgado,
porque la Judicatura tiene sus funciones, sus tiempos y al
final tendrá la última decisión sobre lo que se está
dirimiendo.
Durante las intervenciones de estos días se ha hablado de
chantaje al PP. A mi modo de entender el único chantaje que
debe preocuparnos es el que se pueda hacer a la ciudad de
Ceuta. Nadie tiene la exclusividad de arrogarse ser el
prototipo de representar el modelo de los valores
intachables de un político, aunque pueda ser el Presidente
de la ciudad, porque como he mencionado en otras ocasiones,
quien representa el paradigma de ostentar la máxima
autoridad en la escala de posiciones de la democracia es la
soberanía del pueblo, del que emanan todos los poderes y no
se me escapa que el Presidente actual de Ceuta ha sido
puesto por los ciudadanos, pero conlleva también rendir y
aclarar las cuentas, bien porque lo decida él, los
procedimientos institucionales o por intervenciones de otros
representantes también democráticamente elegidos.
No conozco que el actual Secretario General del PSOE haya
utilizado a su partido en beneficio propio, todo lo
contrario, es digno de ejemplo, la honestidad y el rechazo a
cualquier ayuda que se le pueda haber intentado ofrecer. En
la última Comisión Regional del partido rechazó la propuesta
de un militante, que por mi información me consta es
totalmente independiente y no le debe nada a Carracao ni al
partido, que planteó estudiar el modo de ayudar por la vía
legal y con transparencia absoluta a la situación del
Secretario General sobre su permuta. No sólo lo rechazó el
Secretario General, sino que la mayoría de los miembros de
la Comisión Regional, presentes en la Asamblea, votaron en
contra.
José Antonio Carraco podría haber optado por callarse sobre
el tema de la noticia que nos ocupa y no haberlo destapado,
pero siempre ha manifestado que por encima de sus intereses
personales estaban los de Ceuta y ahí es, desde mi punto de
vista, donde reside su fuerza y su decisión.
Ya lo he manifestado en otras ocasiones, José Antonio
Carracao es joven, pero con una honestidad íntegra, es
joven, pero con una gran preparación, experiencia y con una
valentía por la defensa de los intereses de Ceuta que no se
cuestiona. Espero que continúe en esta línea y estoy seguro
que no se amedrentará y seguirá trabajando todavía con más
ímpetu y más tenacidad, por afrontar y colaborar en la
solución de los problemas de los ciudadanos, no entrando en
la trampa de las descalificaciones que otros pretenden
tenderle.
Al final, serán los ciudadanos los que llegarán a sus
conclusiones, por encima de opiniones ajenas, de las siglas
políticas y de los cargos políticos e institucionales, por
muy importantes que sean.
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