Hace ya años (2006 creo recordar) publique un artículo en la
Prensa local y titulado “Una Puerta para mi Cristo, Uuna
Puerta para mis Penas” y en la que, jugando con los
recuerdos de mi niñez, contaba una historia de un padre y su
hijo, aficionados coleccionistas ambos, y que cada Domigo se
reunían , junto a otros muchos padres con sus hijos, en
aquella antigua Placita de los Reyes... Aquella Placita con
aroma a misa de once y después al “Matiné” del Cine África
con el traje exclusivo de los domingos -esto es: camisa y
rebequita de punto blanca y aquellos tan odiados pantalones
cortos, junto con unos zapatos relucientes con los que no se
podía echar ni tan siquiera un último “partidito” antes de
subir a casa a comer, como cada día festivo, aquel
maravilloso pollo asado junto con la mejor ensaladilla rusa
del mundo ¡la qué hacía mi madre! un pelín de vino con mucha
“Casera” y, cuando terciaba, una buena bandeja de pasteles
del “Vicentino”- ; Placita con aquel sabor genuino a la mar
salada de los “burgaillos”...¡A peseta oiga, a peseta! Y al
“Barquillero” con su peculiar ruleta en la que el mayor
tesoro para aquellos niños de entonces era el que, trás los
varios giros de rigor, esta se detuviera en el punto mágico
que marcaba dos barquillos ¡con qué poco se conformaba uno!
; Y el color de los “Estancos verdes” y de aquellas “barras”
desde las que mis hermanos mayores, sentados un día trás
otro, esperaban el paso de aquella hermosa chica “caballa”
de pelo castaño y ojos color como la mismísima miel... Y
ella pasó y se quedó para siempre dentro de nuestros
corazones...
No sé si recordaréis que hablaba de una colección que llevo
realizando junto a mi padre, el coleccionista, desde hace ya
casi cincuenta años... De los cuales los últimos trece o
catorce, y por desgracia para mí, , lo he ido intentando, de
la mejor manera que él me enseñó, completar sin su vital
ayuda ¡Cincuenta años! ¡Toda una vida! Os recuerdo que la
colección de la que os hablaba versaba sobre la Iglesia de
San Francisco... Y de la que me faltaba un “cromo” ¡Un solo
“cromo”! “Cromo” que, siete años más tarde, aún sigo sin
conseguir... Pero por el que, y hasta el día en que me
muera, seguiré luchando... Y del que como buy bien decía
nuestro Hermano Mayor: “Rafa: ten por seguro qiue contaremos
y contarán nuestras próximas generaciones que hubo una
Hermandad que luchó por el engrandecimiento y el Amor hacia
unos Titulares... Contaremos y contarán que lo mejor que
posee esta Hermandad, su mayor tesoro, no es otro que su
patrimonio humano con letras mayúsculas... Y que, en un
momento dado, alzaron la voz no solo para pedir una
puerta.., la alzaron para que, através de la Hermandad y en
consonancia total con los Padres Agustinos encargados de
dirigir la Iglesia, la juventud se acerque a ella; para
poder cantar a los cuatro vientos que Nuestro Padre Jesús y
Nuestra Madre la Virgen María salen de la Casa de Dios y
poder hacer así felices a tanta y tanta gente; y a la vez,
cuando llegue la Cuaresma, podamos contarles a los más
“peques” de nuestro querido Colegio San Agustin el por qué
el Señor de la Humildad y Paciencia lleva una corona de
espinas, un cetro o una clámide purpura... y por qué somos
nosotros precisamente, y en su mayoría, alumnos y exalumnos
del colegio los encargados de portarlo sobres nuestros
hombros por las calles de nuestra ciudad, haciendo Estación
de Penitencia. Y vuelvo a repetir ¡Haciendo felices a tanta
gente! Rafa: ese “cromo” tiene que llegar y llegará, y si
por desgracia no fuera así, que no nos quede a ninguno la
sensación de que no hicimos todo lo posible y hasta lo
imposible por conseguirlo”.
Esto como os digo, es uno de lo muchos comentarios
existentes en una página del tan traído y llevado “Facebook”...
Y que yo aproveché para continuar nuestra lucha, que no por
se yo quien la escriba es solo mi lucha, con el fin de
conseguir tan ansiado “cromo” ¡Esto de las redes, bien
utilizadas, por supuesto, es la repera!
Allí pude encontrar comentarios de personas que residían
fuera de la ciudad. Unos en Cádiz, Sevilla o Madrid; otros
en Zaragoza, Tenerife o Valencia; otras en Málaga, Asturias
o Segovia y que se unían a mi petición con palabras... Unas
hechas desde la sensatez: “La Iglesia debería ser parte del
Pueblo. Se puede respetar el patrimonio sin olvidar el uso
del mismo. Seguro que hay una solución que contente a todos
y se pueda hacer esa puerta que tanta gente desea. Yo
también quiero unirme a esa petición”... O aquellas otras
quizás más apasionadas y cargadas de nostalgia: “Yo soy una
de esas madres que acompañaban a sus hijos detrás del palio
de la Señora. Ahora no vivo en Ceuta, mi hijo tampoco, pero
nadie nos quita ese regusto y esa emoción cofrade. Ese
temblor que se siente al acompañar, una veces en silencio,
otras rezando, quizás llorando, pero siempre con Ella. Atrás
quedaban los pregones de pirulíes y burgaos y nos envolvía
en incienso mezclado con el olor a mar, pero no a un mar
cualquiera ¡No! El aroma inconfundible del mar de Ceuta, el
auténtico, el único... Han pasado los años y por desgracia
no he vuelto a verla en olor y en carne, pero sí en mi
memoria, sí en mi corazón de caballa y cofrade, sí en mi
pasión. Y como la imaginación, el deseo y la esperanza son
libres y tiene alas, desde aquí quiero añadir mi voz a la de
los que piden una puerta. Una puerta para mi Cristo de la
púrpura clámide y una puerta par mi Virgen de la carita de
Reina. Una puerta para acercarse aún más si cabe al corazón
de sus hijos. Una puerta para llegar al Cielo con Ellos. Una
puerta por donde puedad salir y entrar nuestra Humildad y
nuestra Pena. El llanto eterno de la Madre. el amor sublime
del Hijo. Que ellos os bendigan siempre”.
He recuperado amigos de la infancia y la juventud de los que
hacía más de treinta años que no sabia de ellos. Costaleros
que fueron en su día y que hoy se encuentran a miles de
kilometros de la ciudad que los vio nacer, y que como cada
Jueves Santo me dicen: “ Hace aproximadamente la friolera de
veintisiete años que por motivos de trabajo tuve que dejar,
muy a mi pesar, de ser costalero del Cristo de la Humildad y
Paciencia y no ha pasado un solo año desde entonces, que
desde los multiples destinos que he tenido no me haya
acordado de los diez u once años que tuve la enorme suerte
de llevarlo en mis espaldas junto a otros compañeros de
entonces ¡Inolvidable época! Desde entonces la Humildad y la
Paciencia hasn sido pautas en mi vida. Rafa, con el deseo
ferviente de que tu colección de “cromos” se complete y así
yo te lo pueda cambiar para completar la mía... Desde la
distancia”.
Apoyos de gentes más conocidas en este mundo de la Semana
Santa (Hermanos Mayores de otras Hermandades, Pregoneros,
Capataces y costaleros), otra por su labor en otros ámbitos
como el arte o la cultura. Como aquel que me decía: “Se dice
que nuestra casa es nuestro Templo, con lo cual deseo a
todos los hermanos de las Penas que su casa sea su Templo y
su Templo sea por fin su casa. Veréis como con humildad
llegará esa Puerta para mi Cristo, esa Puerta para mis
Penas... Una petición, casi plegria, que todo el mundo
cofrade realiza casa año cuando llega vuestra salida y que
nos llenará de alegria cuando tenga por fin respuesta.
Aunque mejor que decir vuestra salida, debería decir nuestra
salida porque sin ser hermano siento a la Hermandad como
algo mío... Seguir así, con ese trabajo paciente pero
constante y siempre andando de frente”.
Personas de a píe, de la Hermandad o no, que con un simple y
sincero comentario han ido poniendo su granito de arena “Yo
también quiero una Puerta para mi Cristo, una Puerta para
mis Penas”... O es otro que nos decía: “Uno de mis deseos
antes de morir: Ver a mi Cristo y a mi Virgen salir por
donde deben ¡Alucinante!” Comentarios que me ponían los
vellos de punta... ¡Si ha habido gente que me ha querido
regalar hasta el pegamento para poder pegar mi “cromo”! Y no
puedo dejar pasar por alto aquel otro que realiza a demás
una petición que yo quizas deje pasar en el anterior
escrito. Y no por olvido. si no porque cuando yo lo escribí,
año 2006, jamás pensé que en el año 2013 la Iglesia de San
Francisco siguiera en obras... “La Cofradia de la Virgen de
las Penas y el Cristo de la Humildad y Paciencia, necesitan,
por antiguedad, prestigio y arraigo popular, una puerta
digna. Y lo ceuties necesitamso ver terminada, de una vez
por todas, las obras y abierta a los fieles la Iglesia de
San Francisco. Una Puerta para mi Cristo, una Puerta para
mis Penas”.
Pero yo sigo sin mi “cromo” ¿A quién me dirijo? Pregunto:
A usted Señor Presidente de la Ciudad, ya que somos los
“caballas” los que pagamos las obras (aunque ahora estén un
pelín paradas)... A Usted, que ha llegado a decirle a la
Hermandad que le alegraría que esta saliera por Plaza de los
Reyes para realzar así la Semana Santa de Ceuta... Quiero
recordar ahora aquel maravilloso Pregón en el que se
solicitaba lo que yo estoy solicitando ahora y que fue
respaldado, con una atronadora ovación, por los ceuties que
en aquel Teatro se encontraban... Échenos una mano en este
asunto en el que debería privar, y como alguien dirá más
abajo, algo tan sencillo como el sentido común. A Usted,
Señor Presidente, que al igual que a mí, nos gusta el
salitre pegado a la piel al volver de la playa en esta isla
para la luz nacida... A Usted que, como a mí, nos gusta ir
pregonando por ahí, cada vez que nos reunimos con un grupo
de “caballas” aquí, en la peninsula, las tradiciones de
nuestro pueblo... Y la Iglesia de San Francisco, la Plaza de
los Reyes y esta humilde y paciente Hermandad, deben ser,
cada atardecida de Jueves Santo, maravilloso luar de
encuentro de esas tradiciones, de ese fervor popular bien
entendido y que, para muchos, forma parte ya de sus
alargadas vidas y, por supuesto lugar de salida y de entrada
de una Hermandad que “pasea” sus Titulares por las calles de
Ceuta para mayor gloria de Jesús y de su madre la Virgen
María... Por esas calles de las que don Manuel nos decía:
“Os digo un nombre, una Ciudad ungida... Digo perseverantes
primaveras... Digo una luz total, incontenida...” Y que
pasean su Humildad y su Paciencia, y también sus Penas.
Fervorosamente, como bien dice nuestro título...
Agustinianamente, esto es de donde venimos... a la verita
del Colegio ¿Qué más quieres? ¿Quieres más?
A Usted Señor Vicario, solo le pedimos que se haga eco de
este clamor. La Hermandad de las Penas solo desea salir
desde su Templo de toda la vida, donde entrando y a mano
derecha han tenido siempre, junto a un Cristo al que llaman
del Perdón, su rinconcito... La Hermandad montaría los
“Pasos” donde siempre, en la trasera desde donde ahora
salimos y solo necesitariamos un “cachito” de la Iglesia el
tiempo estrictamente necesario. Dos días para ir y dos para
volver ¡Ni más ni menos! Intentando, en todo momento,
entorpecer lo menos posible el normal desarrollo de las
actividades propias de la Iglesia; y pensando, también en
todo momento, que somos parte importante de esa Iglesia...
Además de que somos una Hermandad joven y en constante
crecimiento, estudiantil y agustiniana por los cuatro
costados. Y que desde su fundación y hasta el día de hoy
viene haciendo las cosas con sobriedad y con seriedad ¡Y con
señorío! Y siempre dentro de lo que nos indique la Santa
Madre Iglesia... Pero Señor Vicario: A esta Hermandad sus
dependencias se les han quedado pequeñas ¡Excesivamente
pequeñas! para el buen desarrollo de nuestra Estación de
Penitencia a la Santa Iglesia Catedral cada tarde-noche de
tantos y tantos Jueves Santos de nuestras vidas...
A Patrimonio. A los arquitectos y aparejadores que dirigen
la obra... La excusa o el problema era aquel escudo que allí
existía, creo recordar que Franciscano, y que ya no está
porque se resquebrajo la Iglesia por todas partes... Y que
es precisamente la puerta que habría que agrandar. Si está
mal y hay que repararla ¿Cuál es el problema que hay en
hacerla un poco más grande? ¡Si está hasta el proyecto! A la
Hermandad se le pidió un informe técnico sobre la viabilidad
de la puerta, el cual se presento.., y en el que se veía
claramente que no existía ningún problema... Pero jamás se
nos ha dado una explicación argumentada de la negativa a
nuestra petición y más teniendo a escasos metros una puerta,
la que da a la Plaza de los Reyes, con las medidas adecuadas
y en la que preside, os prometemos que no lo hemos puesto
nosotros, el escudo de la Hermandad entremezclado con el del
Colegio San Agustín...
Mientras tanto, y siguiendo el hilillo del “FacebooK”, hay
algún cometario que por su claridad y por su sencillez
merecen figurar en esta historia, como aquel que nos decía:
“Amigo Rafa, la verdad que con la salida por Plaza de los
Reyes la Semana Santa se vería reforzada y más contando que
en nada perjudicaría al patrimonio de la ciudad ni de la
cofradía... Creo que todo es cuestión de que se sienten las
partes y utilizar una cosa que se llama sentido común”... O
este otro: “Desde el campo exterior, me uno a esa ilusión de
ver salir por la puerta lateral de San Francisco a Nuestra
Señora de las Penas. Creo, amigo Rafael, que un “cromo” es
poco... Con que poco nos conformamos los cofrades y cuanto
trabajo cuesta alcanzar algo que se puede conseguir con un
poco de buena voluntad. Deseo de todo corazón a todos los
miembros de esa querida Hermandad, que veáis cumplida esta
aspiración lo antes posible”. o este último que por su
brevedad y contundencia me alegro de incluir: “¿Es tan
difícil que las partes implicadas se sienten y busquen una
solución?. Una Puerta para mi Cristo, una Puerta para mis
Penas”.
Y me gustaría poner aún un último cometario en este
escrito... El de un ceutí de pro y cristiano convencido y
que me decía algo así como: “Tan solo decirte que estoy casi
de acuerdo con todo lo que dices, creo que efectivamente
tienes unos álbunes preciosos de todos tus recuerdos, pero
en mi modesta opinión creo que donde te equivocas es cuando
dices que te falta un último “cromo” para completar tu
último álbum ... Y es que pienso que el último “cromo” lo
tienes, aunque quizá no te has dado cuenta, y es cuando la
gente que te aprecia y te quiere pone de su parte su granito
de arena, para dibujarlo y decir una puerta para mi Cristo,
una puerta para mis Penas”. Y cuanta razón tiene...
Llegado a este punto quiero dirigir esta carta ¡A Ceuta
entera! De veras... No veáis el capricho de cuatro tontos de
capirote en este tema tan delicado ¡Por favor, no! Mirar tan
solo la aspiración de una Hermandad con “solera” en nuestra
Ciudad y que tan solo quiere, engrandecer más si cabe, la
Semana Santa de nuestra bendita Ceuta... Y que por supuesto
acatará con humildad las sabias decisiones de quienes tienen
que decidir sobre este tema; con pena ¡con muchísima pena!
si esta fuera desfavorable y con toda la paciencia del mundo
para volver a la carga de nuevo con el único fin posible de
conseguir, algún día ¡Cuándo Él así lo quiera! Al fin y al
cabo “El hombre propone y Dios dispone”, tan anhelada
puerta...
Y terminar este escrito de la misma manera que hace ya
algunos años... Porque sigo necesitando ese “cromo”. Vuelvo
a repetir, es el último que me falta para completar este
Álbum de mi Iglesia de San Francisco. Se lo cambio por mi
álbum de “Naturaleza y vida”. Se lo cambio por una
importantísima colección de sellos (la herencia que de aquel
hombre recibí). Se lo cambio ¡Se lo cambio por mi vida! Ver
de anochecida recogerse a Jesús y a María en San Francisco
por Plaza de los Reyes ¡Qué “cromo” padre..! Entonces, y
estoy seguro de ello, Él estará orgulloso de que su hijo
acabe esta colección.
|