Nunca el olvido fué más feliz, y
hay amigos que te llaman y hay amigos que te olvidan,
primero fué la valentía, porque fuerte fue el perdón, y
luego fué la disculpa.
Las calles de mañanas, son los momentos donde al amparo de
un sol y un camino por doquier, mientras se pelean en los
rincones, gatos y pavanas, gorriones y palomas, vienen a la
memoria los niños olvidados en un Punto de Encuentro, y
mientras aderezo para mi purificación, un sándalo, me doy
vueltas a lo que pudo haber sido y no fué.
Mi vida , mi cielo, por favor no me abandones, y no me
digas, que te lo pida, por que lobos somos vestidos de
cordero.
Siendo fuerte para que nadie , me derrote, siendo noble,
para que nadie me humille, siendo humilde, para que nadie me
ofenda, y siendo yo, para que nadie me olvide.
Irse al carajo ya, con tantas tonterías, que bien me hallan
querido dar palos, mientras estaba en el suelo, esperarse a
dármelos cuando me esté levantando, y que os pille lejos,
porque lo lamentaréis...
Y después de todas estas reflexiones en voz baja, o en voz
alta, traigo las situaciones enfermizas, que va uno viendo,
en algunos episodios, que fuí viendo alrededor de mi vida,
pongo el ejemplo , del que apunta alto, para rodearse, de
pavonearse, y que ha compartido conmigo, innumerables actos
y eventos, protocolos y celebraciones, y siempre me miró por
encima del hombro, y si al siguiente acto, coincidíamos,
seguía haciendose el olvidado, el despistado, para
seguidamente, verlo como se abrazaba, se hacía el peloteo
con los de más rango y alcurnia.
Fue hace unos tres años en la Feria, mientras a las
celebraciones agosteñas, y degustando las copas a la vera de
las casetas, lo veía con los efusivos abrazos, con un amigo
de toda la vida, y yo me quedaba impresionado de las
muestras de afecto a mi colega, con el afamado asiduo de
todos los actos mencionados y al final , cuando se dignó a
acercarse y darme la mano... y un ¡ hola que hay !....
Se marchó por los fondos, y humos del callejón de las
casetas de tapas y finos, cuando volvimos a la tranquilidad
de las copas, le dije a mi amigo, y este lo conoces,? ,
vamos, os pusisteis los cordones uno al otro, de las botas
de tacos, en el Ceutí ? o estuvisteis juntos en las guardias
en la mili , o te bautizó un hijo ?...
Respuesta, no que va, lo conocí una noche, en el convite de
una boda..., carajo que poderío la gente, otro perruno
siniestro, tanto tienes tanto vales, siempre me imaginé, que
valorar una amistad, es por como eres, no por lo que eres,
aunque siempre me dije, eso de montañas más grandes han
caido...
Por las calles, por las mañanas, me dan ganas de recopilar
tantas vivencias e historias, por los callejones del olvido,
olvido que fué feliz, porque valiente fué el perdón.
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