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OPINIÓN - DOMINGO, 21 DE ABRIL DE 2013

 
OPINIÓN / CARTAS AL DIRECTOR

El lío contable no parece tener fin

Por Ramiro T.


El Interventor de la Ciudad Autónoma de Ceuta, José Mª Caminero está en el punto de mira. Sí, en el punto de mira por aquéllos 80 millones de euros en facturas guardadas en los cajones sin consignación presupuestaria y en el punto de mira, por este presunto exceso de 12 millones y medio de euros a Urbaser en el contrato más importante de la Ciudad Autónoma. Además, en su debe, utilizando términos contables, están sus decisiones caprichosas a la hora de fiscalizar los pagos a empresas locales, entre las que hay un gran descontento por su proceder arbitrario y dañino. Y es que no es de recibo el comportamiento caprichoso, frívolo, negligente y con tanta indiferencia de José María Caminero, quien ha sido reconvenido por el Tribunal de Cuentas por sus malas “praxis” en el funcionamiento contable que han presentado a la fiscalización, además de resaltar dicho Tribunal que ocupa una plaza que no es de habilitado especial, a la que se accede por concurso-oposición, sino que está “a dedo” del Gobierno

Acerca de su condición de interino en el cargo, con la dependencia directa del Gobierno por su designación “digital”(no en cuestión tecnológica sino del dedo), ya lo expuso la central sindical CSI.F, que reclamaba que tanto el interventor como la secretaria general fueran habilitados nacionales especiales y no dependientes del Gobierno para designarlos “a dedo” y poder quitarlos si no son dóciles.

Los hechos ocurridos con esos 80 millones de euros en facturas sin consignar y guardadas en cajones es responsabilidad directa del interventor. Y el ‘caso Urbaser’ también. Un interventor negligente, irresponsable, cuya mala gestión ha hecho que le salgan los colores al Ejecutivo. Su actuación complaciente lo sitúa en el caso de Urbaser como el principal culpable técnico por el descontrol en la fiscalidad que ha demostrado. No solo ha sido José Antonio Carracao el que ha recelado del Interventor y ha dicho que “sería mejor que fuese funcionario de carrera y no dependiente del Gobierno local”. También Aróstegui ha criticado que en la Administración local “se ha funcionado a base de ‘compadreo’, los funcionarios firman, quizá por comodidad, lo que se les pone encima de la mesa, y los políticos hacen lo mismo, por comodidad o por interés, y nunca pasa nada”. Denostando sus comportamientos serviles al Gobierno.

¿Cuántos informes y cuántos reparos al Gobierno ha efectuado José María Caminero en los últimos años? No dispongo de datos. Pero, obviamente, muy pocos. Nos podremos preguntar porqué y las razones son muy simples Ya se sabe, el político de turno acude al técnico complaciente para que traduzca jurídicamente sus pretensiones. Recordemos lo que decía Romanones: Vosotros haced las leyes que yo haré los reglamentos”. Y en estos casos, hay que recordar a un técnico que llegó a decir que “besaba la mano que pagaba su nómina”, en una conducta tan rastrera como servil al máximo. Todos estos dislates, conllevan situaciones injustas, comportamientos deleznables y, desde luego, una mala praxis con dinero público.

Las sospechas que caen hacia el interventor cada vez son mayores. El lío contable no parece tener fin. Se avecinan tiempos difíciles y con más escándalos. Aviso a navegantes.
 

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