El Interventor de la Ciudad Autónoma de Ceuta, José Mª
Caminero está en el punto de mira. Sí, en el punto de mira
por aquéllos 80 millones de euros en facturas guardadas en
los cajones sin consignación presupuestaria y en el punto de
mira, por este presunto exceso de 12 millones y medio de
euros a Urbaser en el contrato más importante de la Ciudad
Autónoma. Además, en su debe, utilizando términos contables,
están sus decisiones caprichosas a la hora de fiscalizar los
pagos a empresas locales, entre las que hay un gran
descontento por su proceder arbitrario y dañino. Y es que no
es de recibo el comportamiento caprichoso, frívolo,
negligente y con tanta indiferencia de José María Caminero,
quien ha sido reconvenido por el Tribunal de Cuentas por sus
malas “praxis” en el funcionamiento contable que han
presentado a la fiscalización, además de resaltar dicho
Tribunal que ocupa una plaza que no es de habilitado
especial, a la que se accede por concurso-oposición, sino
que está “a dedo” del Gobierno
Acerca de su condición de interino en el cargo, con la
dependencia directa del Gobierno por su designación
“digital”(no en cuestión tecnológica sino del dedo), ya lo
expuso la central sindical CSI.F, que reclamaba que tanto el
interventor como la secretaria general fueran habilitados
nacionales especiales y no dependientes del Gobierno para
designarlos “a dedo” y poder quitarlos si no son dóciles.
Los hechos ocurridos con esos 80 millones de euros en
facturas sin consignar y guardadas en cajones es
responsabilidad directa del interventor. Y el ‘caso Urbaser’
también. Un interventor negligente, irresponsable, cuya mala
gestión ha hecho que le salgan los colores al Ejecutivo. Su
actuación complaciente lo sitúa en el caso de Urbaser como
el principal culpable técnico por el descontrol en la
fiscalidad que ha demostrado. No solo ha sido José Antonio
Carracao el que ha recelado del Interventor y ha dicho que
“sería mejor que fuese funcionario de carrera y no
dependiente del Gobierno local”. También Aróstegui ha
criticado que en la Administración local “se ha funcionado a
base de ‘compadreo’, los funcionarios firman, quizá por
comodidad, lo que se les pone encima de la mesa, y los
políticos hacen lo mismo, por comodidad o por interés, y
nunca pasa nada”. Denostando sus comportamientos serviles al
Gobierno.
¿Cuántos informes y cuántos reparos al Gobierno ha efectuado
José María Caminero en los últimos años? No dispongo de
datos. Pero, obviamente, muy pocos. Nos podremos preguntar
porqué y las razones son muy simples Ya se sabe, el político
de turno acude al técnico complaciente para que traduzca
jurídicamente sus pretensiones. Recordemos lo que decía
Romanones: Vosotros haced las leyes que yo haré los
reglamentos”. Y en estos casos, hay que recordar a un
técnico que llegó a decir que “besaba la mano que pagaba su
nómina”, en una conducta tan rastrera como servil al máximo.
Todos estos dislates, conllevan situaciones injustas,
comportamientos deleznables y, desde luego, una mala praxis
con dinero público.
Las sospechas que caen hacia el interventor cada vez son
mayores. El lío contable no parece tener fin. Se avecinan
tiempos difíciles y con más escándalos. Aviso a navegantes.
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