En diez días las centrales sindicales volverán a lanzarse
a la calle para protestar por las políticas económicas y
sociales que está llevando a cabo el Gobierno en un primero
de mayo en el que se espera aglutinar a un gran número de
ceutíes en la manifestación que se ha convocado para las
12.00 horas en la plaza de la Constitución. Así, UGT y CCOO
quieren hacer un llamamiento a favor del trabajo y del
crecimiento económico sustentado en la cohesión y la
igualdad.
Este 1 de Mayo, Día Internacional del Trabajo, se celebra en
un contexto caracterizado por la convicción ciudadana sobre
el incuestionable fracaso de las políticas económicas
desarrolladas por la Unión Europea y por los gobiernos
nacionales para hacer frente a la crisis económica, en un
escenario de debilitamiento progresivo del clima de
confianza de la ciudadanía en las instituciones políticas,
económicas y sociales, en España y en Europa y de ruptura
con el modelo social europeo.
Las centrales sindicales han comenzado a preparar la
tradicional manifestación y ya han convocado a la ciudadanía
a las 12.00 horas en la plaza de la Constitución para desde
allí iniciar el recorrido que les llevará hasta la plaza de
los Reyes, donde culminará con la lectura de un manifiesto
sobre la situación actual del país y el “nulo” resultado de
los recortes efectuados para salir de la crisis.
A este respecto, las centrales sindicales han resaltado que
las respuestas a la crisis que parten de las instituciones
financieras internacionales, y se proyectan desde la Unión
Europea y desde las instancias nacionales, no tienen otra
finalidad que la de dar satisfacción a los intereses de los
mercados a costa de la perpetuación de la crisis económica,
del incremento de la desigualdad, de la apropiación de la
renta y de los recursos por unos pocos, de la desatención de
las necesidades sociales básicas de millones de personas con
el consiguiente incremento de la pobreza y de la exclusión
social, y de poner en entredicho la legitimidad y confianza
en la democracia.
En el Día Internacional del Trabajo, UGT y CCOO, quieren
hacer un llamamiento a favor del trabajo y del crecimiento
económico sustentado en la cohesión y la igualdad, de
acuerdo con el movimiento sindical internacional liderado
por la CSI y con el movimiento sindical europeo de la CES.
Igualmente, las centrales sindicales exigirán al Gobierno la
reversión de las reformas laborales impuestas, que
significan una reducción drástica de los derechos laborales
y de la protección social, y el incremento de los poderes
empresariales, para hacer y deshacer a su antojo en la
empresa, provocando más y más despidos. Por tanto,
reclamarán la reversión de las reformas operadas por la Ley
3/2012 en el Estatuto de los Trabajadores, y de las
realizadas por el Real Decreto-ley 20/2012, sobre limitación
del derecho de negociación colectiva y sobre supresión de
derechos y condiciones de trabajo en el sector público, y
los recortes en materia de protección por desempleo, que
experimentó un retroceso importante con este RD-ley de 2012
y nuevamente con el RD-ley 5/2013 aprobado este año.
La situación actual de la Negociación Colectiva es para las
centrales sindicales de “alerta roja” provocada por la
inacción empresarial Las reformas laborales impuestas por el
Gobierno del Partido Popular en materia de negociación
colectiva dieron al traste con algunos de los importantes
contenidos incorporados al II Acuerdo sobre el Empleo y la
Negociación Colectiva para el período 2012-14, dificultando
su aplicación práctica, cuando no impidiendo su desarrollo.
Sin embargo, los datos sobre registro de convenios
colectivos en 2012 dan la alarma sobre la caída en picado
del número de los registrados en comparación con 2010, el
último año cuyos datos se han cerrado. Pues bien, si en ese
año la negociación colectiva cubrió a 10,8 millones de
trabajadores y trabajadoras, en 2012, solo ha alcanzado a
poco más de 6,7 millones, por lo que quedan sin actualizar
su convenio más de 4 millones.
Finalmente, UGT y CCOO denuncian que las organizaciones
empresariales en distintos ámbitos sectoriales y
territoriales vienen obstruyendo sistemáticamente los
procesos negociadores con la finalidad de rebajar las
condiciones de trabajo a lo mínimo, o de alargar los
procesos lo suficiente como para que se alcancen los plazos
máximos de negociación para la renovación del convenio y de
mantenimiento de la ultraactividad impuestos en la reforma
laboral y con ello intentar, tras el desacuerdo, imponer
discrecionalmente las condiciones de trabajo. Esta situación
está provocando que desde el pasado año hayan aumentado
exponencialmente el número de conflictos y tensiones
laborales.
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