Es lo que ha llevado a ser
destituido el cónsul de España en Boston, porque dos horas
más tarde del tremendo problema que se originó, por los
atentados del pasado lunes en la propia Boston, el señor
cónsul cerró la oficina diplomática, sin saber si alguno de
los múltiples españoles que había en Boston iba a necesitar
ayuda del propio consulado.
Perfecta destitución, a pesar de que ese cierre llegaba a la
hora de otros días, claro que el lunes no era un día normal
en Boston y según el ministro de Asuntos Exteriores Español,
“había llegado la hora, pero la hora para ponerse a
trabajar”.
El hecho de Boston debiera repetirse, en más de una ocasión,
también, en Ceuta, donde la puntualidad para abrir no suele
ser muy frecuente, pero cerrar antes de la hora se da con
demasiada frecuencia.
El último caso llamativo nos lo encontramos en el
Ayuntamiento de Ceuta, el pasado viernes, día 12, cuando un
señor se pasaba por la Santa Casa Madre, a las doce y media
del mediodía, con la idea de empadronar a su nieto.
El empadronamiento lo tendrá que hacer en otra ocasión,
porque ese día el departamento correspondiente ya estaba
cerrado, cuando su hora de cierre parece que es la una.
Aquí no pasa nada. La Policía Local, testigo de lo que
había, le dijo al propio ciudadano que ellos estaban viendo
lo que realmente estaba sucediendo, para si ponía una
denuncia no volver la espalda, puesto que a una hora de
oficina, el departamento ya estaba cerrado.
¿Qué se puede hacer?. Es uno de tantos casos, en los que los
servicios se quedan a medias y los encargados de ciertos
departamentos siguen ahí, como si no pasara nada.
Desde aquí, ni pretendemos, ni queremos jugar con el puesto
de trabajo de nadie, pero si en un organismo oficial se
actúa al capricho o a la comodidad de quienes llevan esos
departamentos, creo que, desde la cabeza visible del propio
Ayuntamiento habrá que decir algo.
La destitución del cónsul de Boston, nos acaba de dar un
buen ejemplo de cuando es posible guardar un horario
riguroso y cuando esa puntualidad debe dejarse de lado, para
atender a los ciudadanos que necesiten de ese organismo.
El cierre, antes de hora, en ese o en otro departamento del
Ayuntamiento merecerá alguna matización, especialmente,
cuando hasta la hora establecida hay ciudadanos que pueden
requerir unos servicios que pagan.
No sé si el Ayuntamiento dirá algo sobre este asunto, que no
he vivido yo, pero sí un ciudadano que, entonces y no a otra
hora, necesitaba hacer ese empadronamiento.
Los datos que damos son los suficientes, como para dar
alguna razón de por qué los servicios no están disponibles
el tiempo tienen que estar.
Luego, que nadie se queje dentro del propio Ayuntamiento,
pero es que esa “casa” que podría funcionar como un buen
reloj, porque tiene cantidad y calidad de personas que
trabajan allí, pero, con más frecuencia de lo que fuera
deseable, hay quienes prefieren un largo fin de semana y los
ciudadanos que vuelvan otro día. Ni es lo normal, ni esto se
debe tolerar, o eso es lo que pensamos desde aquí.
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