La secretaria general del Partido
Popular, Yolanda Bel, tuvo una intervención ayer en su
comparecencia de prensa verdaderamente bochornosa aunque es
muy libre de ejercer las payasadas que estime oportunas a
falta de mejores argumentos. Una decisión de la que son
libres todos los dirigentes del PP que comparecieron ayer,
aunque deberían de cuidarse mucho de no mentir, porque ya se
sabe que en política, la credibilidad es fundamental para
generar confianza y un político coherente, ha de comportarse
tal y como es; si dice mentiras, quiere decirse que es un
mentiroso y persona poco de fiar.
El “error” de 12,5 millones de euros ha provocado que el PP
salga en tromba a rebatir a un Carracao al que han tratado
de desacreditar con chascarrillos, creyendo que procurando
ridiculizarlo se le “desactivaban” sus argumentos críticos.
No es el camino: en este caso, siguiendo las recomendaciones
de su portavoz, el PP debería ser prudente y procurar que
sus declaraciones no vayan por el camino de la mentira,
porque pudieran darse nuevos datos que les dejen en posición
muy desairada y entonces, a ver qué dicen.
No vaya a ser que llueva sobre mojado y se nos presenten
nuevos episodios. Sería una situación esperpéntica para la
que se necesitarían nuevos argumentos de defensa. Y siempre
no se va a recurrir a los chascarrillos o a ridiculizar al
contrario. Habrá que aportar elementos de mucha más
consistencia para demostrar la verdad, no las medias
verdades que son las peores mentiras. En política, ya se
sabe que todo tiene un precio. Veremos a ver el rédito que
le da al PP este episodio y veremos a ver, si surgen otros o
se detiene aquí el desaguisado que se origina cuando se
actúa sin el necesario control.
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