Ismael Merlo, su padre, le dijo cuando ella decidió dejar
el baile para centrarse en el teatro que tal como estaba el
país, sólo iba a ir “de Irún a Algeciras”. Y ese fue
precisamente el trayecto que María Liusa Merlo, orgullosa de
haberse decantado por la interpretación, realizará para
viajar a Ceuta e interpretar el sábado en el Auditorio del
Revellín la obra ‘Amores de fábula’, junto a Juan Calot y
dirigidos por Alejandro Arestegui. La actriz dice que cuando
decida abandonar la profesión lo hará sin hacer ruido, pero
de momento le quedan muchas tablas por pisar y está buscando
productor para hacer una comedia porque ha decidido que,
después de tantos dramas en la vida, sólo va a interpretar
personajes que le hagan reír.
Pregunta.- ¿Cómo es ‘Amores de fábula’?
Respuesta.- ‘Amores de fábula’ es una historia de amor, en
el fondo muy realista, entre dos personas mayores, algo que
debería de pasar mucho porque se sienten muy solos. Son dos
personas que se reencuentran después de treinta años sin
verse. Ella sigue siendo una estrella del teatro y él se ha
retirado hace tiempo. Él pasea por el parque y ella va a
buscarle y, entre diálogo y diálogo, van recordando los
versos más bonitos de la poesía española, desde Tirso de
Molina hasta Quevedo. Muchos versos románticos sobre todo.
P.- Garcilaso, Quevedo, Góngora, Lope de Vega, Calderón
de la Barca... ¿Pueden sus versos ser contemporáneos y
extrapolarse a nuestros días?.
R.- Por supuesto. Todos los versos, cuando son geniales,
pueden leerse en nuestros días y además vemos cómo la gente
se los sabe. Y los decimos no interpretados, sino de una
manera tan coloquial que se entienden muy bien. Ha habido un
trabajo muy fuerte ahí con el director. Yo fui pionera de la
Compañía Nacional de Teatro Clásico y lo primero que nos
enseñaron fue a que se entendiera lo que decíamos porque si
no el público se aburre.
P.- ¿Cree que hay tiempo para la poesía hoy en día?
R.- No a todo el mundo pero sí hay mucha gente a la que le
gusta la poesía. Yo tengo grandes amigos que te dicen de
memoria muchos versos. Claro que mi mundo es un mundo de
cultura. Pero yo sí creo que la gente sigue leyendo poesía.
Aunque ya no sé lo que la gente hace, estamos viviendo un
momento tan jorobado en todos los sentidos que yo ya no sé
lo que hacen y no les pregunto, la gente sólo habla de
dinero, de lo mal que lo está pasando, de lo mal que este
pueblo nuestro lo está pasando.
P.- ¿Qué público es el que más disfruta de esta obra?
R.- Todo tipo de público, aunque va mucha gente mayor
lógicamente y se emocionan. Un señor me dijo ‘he reído y he
llorado’ y es porque hay escenas muy graciosas, nos peleamos
mucho el personaje de Juan Calot y yo, es una historia muy
divertida.
P.- Una pareja de enamorados en la tercera edad... ¿Se
vive el amor igual a una edad que a otra?
R.- No lo sé porque yo hace mucho que no lo vivo. Supongo
que será muy distinto pero no es mi caso porque tengo un
rechazo total a vivir en pareja o a tener nada, me da un
miedo que me muero. Llevo veinte años que no sé lo que es
enamorarme y mira que he sido enamoradiza... Yo ahora estoy
enamorada del infinito, del amor, de los hijos, de los
amigos...
P.- También es esta obra el teatro dentro del teatro...
R.- Por supuesto. El parque parece que tenga una cuarta
pared.
P.- Predominan últimamente los monólogos y las obras de
dos o tres personajes, ¿Es esa una de las consecuencias de
la crisis?
R.- Sí, la cosa está que arde. Yo estoy intentando hacer una
comedia y me está costando mucho trabajo encontrar productor
porque con lo del 21% de IVA están horrorizados. La crisis
no había afectado hasta ahora pero esta primavera se está
notando.
P.- ¿Usted qué prefiere las obras de dos personajes o las
corales?
R.- Me da igual, lo que me importa es estar segura. Con
‘Amores de fábula’ salgo muy tranquila. Yo soy una persona
muy serena cuando estoy segura de lo que le entrego al
público. Puede o no gustarle, pero a quien tiene que
gustarte es a ti.
P.- ¿Entonces nunca se pone nerviosa?
R.- No, nunca. Si no es mejor retirarse. He visto a gente
pasarlo tan mal al llegar a una edad porque tienen miedo a
perder la memoria, que yo parece que dios me ha iluminado y
me ha quitado ese miedo hace muchos años. Sí tengo una
pequeña emoción por encontrarme con un público estupendo.
P.- ¿Es por lo tanto de las que piensa morirse sobre el
escenario?
R.- No, no quiero morirme sobre el escenario y más como
están las cosas, no es plan a los 71 años que tengo ir de un
lado a otro, las cosas se han puesto de una manera muy
complicada como para estar demasiado tiempo. Del teatro me
retiraré, pero no haré despedida. Pienso retirarme muy en
silencio y que me dejen de ver de pronto.
P.- Y si no hubiese sido actriz, ¿alguna otra pasión a la
que haberse dedicado?
R.- Yo era bailarina, pero a estas alturas ya estaría
retirada por lo que estuvo bien lo de cambiar de bailarina a
actriz, para gran disgusto de Ismael Merlo, mi padre, que me
dijo una frase preciosa: “Has cambiado el idioma universal y
tal como está nuestro país, sólo irás de Irún a Algeciras”,
y de Irún a Algeciras voy precisamente mañana. Tenía razón.
Lo que pasa es que hubo un momento en que decidí casarme y
tener hijos, que era importante para mí. Ha habido una
dualidad en mi vida, por un lado la actriz, que estaba
trabajando en Italia, y por otro lado, lo de tener hijos.
P.- Y hablando de hijos, ¿ha visto ‘Hermanas’, la obra
que interpreta su hija Amparo Larrañaga?
R.- Cómo no la voy a ver. He visto ‘Hermanas’ y también
‘Deseo’.
P.- ¿Y qué siente cuando ve a sus hijos sobre el
escenario? ¿Le da consejos?
R.- Lo pasó bomba. Son buenísimos los dos y veo las obras
varias veces. Pero no, los consejos me los dan ellos a mí,
que son más modernos que yo. Por eso soy una artista moderna
porque estoy rodeada de gente joven. Yo les daba consejos
cuando eran más pequeños, pero ahora no les hace ninguna
falta.
P.- ¿Hay que estar siempre aprendiendo en el teatro?
R.- Siempre hay que estar aprendiendo y es un nuevo reto,
esa es la maravilla que tiene el teatro, y yo que soy una
persona muy curiosa e investigadora, me gusta muchísimo. Lo
malo es lo que cuesta llegar. La otra obra que estoy
haciendo, ‘Villa Puccini’, es una gran diva de la ópera. Voy
de gran diva en gran diva y yo soy antidiva completamente,
no me sale, me da la risa.
P.- Y de ese proyecto que está preparando, ¿qué puede
adelantar?
R.- Es una comedia para reírme y pasármelo bien, dejar de
sufrir por los escenarios ya, que este año he sufrido mucho,
ha sido un año de irse mucha gente a la que quería, y he
decidido que a partir de ahora sólo voy a hacer comedia, no
quiero salir al escenario también a llorar.
P.- ¿Por que anima a los ceutíes entonces a ver ‘Amores
de fábula’?
R.- Porque es un regalo, es una obra muy bonita y los versos
los van a reconocer todos y la relación es muy graciosa,
ella es una manipuladora y se lo va a llevar al huerto.
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