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cultura - JUEVES, 18 DE ABRIL DE 2013


María Luisa Merlo y Juan Calot. cedida.

ENTREVISTA / MARÍA LUISA MERLO
 

«He decido que a partir de ahora sólo voy a hacer comedia, no quiero salir al escenario también a llorar»

María Luisa Merlo interpreta junto a Juan Calot, este sábado en el Revellín, ‘Amores de fábula’, que narra la historia de amor y teatro entre dos personas mayores que tras treinta años sin verse recuerdan los versos que un día interpretaron juntos
 

CEUTA
Patricia Gardeu

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Ismael Merlo, su padre, le dijo cuando ella decidió dejar el baile para centrarse en el teatro que tal como estaba el país, sólo iba a ir “de Irún a Algeciras”. Y ese fue precisamente el trayecto que María Liusa Merlo, orgullosa de haberse decantado por la interpretación, realizará para viajar a Ceuta e interpretar el sábado en el Auditorio del Revellín la obra ‘Amores de fábula’, junto a Juan Calot y dirigidos por Alejandro Arestegui. La actriz dice que cuando decida abandonar la profesión lo hará sin hacer ruido, pero de momento le quedan muchas tablas por pisar y está buscando productor para hacer una comedia porque ha decidido que, después de tantos dramas en la vida, sólo va a interpretar personajes que le hagan reír.

Pregunta.- ¿Cómo es ‘Amores de fábula’?


Respuesta.- ‘Amores de fábula’ es una historia de amor, en el fondo muy realista, entre dos personas mayores, algo que debería de pasar mucho porque se sienten muy solos. Son dos personas que se reencuentran después de treinta años sin verse. Ella sigue siendo una estrella del teatro y él se ha retirado hace tiempo. Él pasea por el parque y ella va a buscarle y, entre diálogo y diálogo, van recordando los versos más bonitos de la poesía española, desde Tirso de Molina hasta Quevedo. Muchos versos románticos sobre todo.

P.- Garcilaso, Quevedo, Góngora, Lope de Vega, Calderón de la Barca... ¿Pueden sus versos ser contemporáneos y extrapolarse a nuestros días?.

R.- Por supuesto. Todos los versos, cuando son geniales, pueden leerse en nuestros días y además vemos cómo la gente se los sabe. Y los decimos no interpretados, sino de una manera tan coloquial que se entienden muy bien. Ha habido un trabajo muy fuerte ahí con el director. Yo fui pionera de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y lo primero que nos enseñaron fue a que se entendiera lo que decíamos porque si no el público se aburre.

P.- ¿Cree que hay tiempo para la poesía hoy en día?

R.- No a todo el mundo pero sí hay mucha gente a la que le gusta la poesía. Yo tengo grandes amigos que te dicen de memoria muchos versos. Claro que mi mundo es un mundo de cultura. Pero yo sí creo que la gente sigue leyendo poesía. Aunque ya no sé lo que la gente hace, estamos viviendo un momento tan jorobado en todos los sentidos que yo ya no sé lo que hacen y no les pregunto, la gente sólo habla de dinero, de lo mal que lo está pasando, de lo mal que este pueblo nuestro lo está pasando.

P.- ¿Qué público es el que más disfruta de esta obra?

R.- Todo tipo de público, aunque va mucha gente mayor lógicamente y se emocionan. Un señor me dijo ‘he reído y he llorado’ y es porque hay escenas muy graciosas, nos peleamos mucho el personaje de Juan Calot y yo, es una historia muy divertida.

P.- Una pareja de enamorados en la tercera edad... ¿Se vive el amor igual a una edad que a otra?

R.- No lo sé porque yo hace mucho que no lo vivo. Supongo que será muy distinto pero no es mi caso porque tengo un rechazo total a vivir en pareja o a tener nada, me da un miedo que me muero. Llevo veinte años que no sé lo que es enamorarme y mira que he sido enamoradiza... Yo ahora estoy enamorada del infinito, del amor, de los hijos, de los amigos...

P.- También es esta obra el teatro dentro del teatro...

R.- Por supuesto. El parque parece que tenga una cuarta pared.

P.- Predominan últimamente los monólogos y las obras de dos o tres personajes, ¿Es esa una de las consecuencias de la crisis?

R.- Sí, la cosa está que arde. Yo estoy intentando hacer una comedia y me está costando mucho trabajo encontrar productor porque con lo del 21% de IVA están horrorizados. La crisis no había afectado hasta ahora pero esta primavera se está notando.

P.- ¿Usted qué prefiere las obras de dos personajes o las corales?

R.- Me da igual, lo que me importa es estar segura. Con ‘Amores de fábula’ salgo muy tranquila. Yo soy una persona muy serena cuando estoy segura de lo que le entrego al público. Puede o no gustarle, pero a quien tiene que gustarte es a ti.

P.- ¿Entonces nunca se pone nerviosa?

R.- No, nunca. Si no es mejor retirarse. He visto a gente pasarlo tan mal al llegar a una edad porque tienen miedo a perder la memoria, que yo parece que dios me ha iluminado y me ha quitado ese miedo hace muchos años. Sí tengo una pequeña emoción por encontrarme con un público estupendo.

P.- ¿Es por lo tanto de las que piensa morirse sobre el escenario?

R.- No, no quiero morirme sobre el escenario y más como están las cosas, no es plan a los 71 años que tengo ir de un lado a otro, las cosas se han puesto de una manera muy complicada como para estar demasiado tiempo. Del teatro me retiraré, pero no haré despedida. Pienso retirarme muy en silencio y que me dejen de ver de pronto.

P.- Y si no hubiese sido actriz, ¿alguna otra pasión a la que haberse dedicado?

R.- Yo era bailarina, pero a estas alturas ya estaría retirada por lo que estuvo bien lo de cambiar de bailarina a actriz, para gran disgusto de Ismael Merlo, mi padre, que me dijo una frase preciosa: “Has cambiado el idioma universal y tal como está nuestro país, sólo irás de Irún a Algeciras”, y de Irún a Algeciras voy precisamente mañana. Tenía razón. Lo que pasa es que hubo un momento en que decidí casarme y tener hijos, que era importante para mí. Ha habido una dualidad en mi vida, por un lado la actriz, que estaba trabajando en Italia, y por otro lado, lo de tener hijos.

P.- Y hablando de hijos, ¿ha visto ‘Hermanas’, la obra que interpreta su hija Amparo Larrañaga?

R.- Cómo no la voy a ver. He visto ‘Hermanas’ y también ‘Deseo’.

P.- ¿Y qué siente cuando ve a sus hijos sobre el escenario? ¿Le da consejos?

R.- Lo pasó bomba. Son buenísimos los dos y veo las obras varias veces. Pero no, los consejos me los dan ellos a mí, que son más modernos que yo. Por eso soy una artista moderna porque estoy rodeada de gente joven. Yo les daba consejos cuando eran más pequeños, pero ahora no les hace ninguna falta.

P.- ¿Hay que estar siempre aprendiendo en el teatro?

R.- Siempre hay que estar aprendiendo y es un nuevo reto, esa es la maravilla que tiene el teatro, y yo que soy una persona muy curiosa e investigadora, me gusta muchísimo. Lo malo es lo que cuesta llegar. La otra obra que estoy haciendo, ‘Villa Puccini’, es una gran diva de la ópera. Voy de gran diva en gran diva y yo soy antidiva completamente, no me sale, me da la risa.

P.- Y de ese proyecto que está preparando, ¿qué puede adelantar?

R.- Es una comedia para reírme y pasármelo bien, dejar de sufrir por los escenarios ya, que este año he sufrido mucho, ha sido un año de irse mucha gente a la que quería, y he decidido que a partir de ahora sólo voy a hacer comedia, no quiero salir al escenario también a llorar.

P.- ¿Por que anima a los ceutíes entonces a ver ‘Amores de fábula’?

R.- Porque es un regalo, es una obra muy bonita y los versos los van a reconocer todos y la relación es muy graciosa, ella es una manipuladora y se lo va a llevar al huerto.
 

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