Y van más de cuatro años, sin que
el cadáver de Marta del Castillo haya aparecido, por lo que
creo que será uno de los pocos crímenes que ni Policía, ni
Jueces, han podido valorar lo que realmente hubo, al no
haber aparecido ni rastro del cuerpo de esa jovencita a la
que hicieron desaparecer, sin que nadie, a ciencia cierta,
pueda decir que ha ocurrido “esto”.
Y lo más relevante de todo es que, al parecer, no se trataba
de una banda bien organizada, sino que eran tres o cuatro
macarrillas que con sus declaraciones, cada vez más
contradictorias, han traído y traen locos a los policías y a
los propios jueces.
Los jueces, es cierto, han juzgado ¿Pero qué?, han tratado
de interpretar, de llegar a un fondo que no se sabe aún cual
es y ni “culpables”, ni “inocentes”, han dicho la verdad.
Y ahora, para más INRI, otro “remate a la madera”, el
principal artífice del “juego”, ese tal Carcaño, acusa a su
hermano de haber matado a la joven sevillana.
Otra vuelta de tuerca, porque el hermano de Carcaño había
sido considerado inocente.¿Qué pueden volver a juzgar los
jueces?. Por estos caminos, nada, porque ahora dicen, luego
se desdicen y con esta nueva declaración aparece otra
versión, pero otra versión tan distinta que nadie sabe por
donde empezar.
Es la mentira constante, la mentira que está ganando la
batalla y aunque la idea, de siempre, es que las mentiras
tienen las patas muy cortas, aquí, en este caso, es la
propia y continua mentira la que, desde hace más de cuatro
años, trae de cabeza a tirios y troyanos.
Y es que los cambios son en todo, en el objeto con el que se
dio muerte a la joven Marta del Castillo, en el lugar donde
se “abandonó” el cadáver, en los que intervinieron en el
crimen ..., en todo.
Llegados a este punto hay que hacerse una pregunta más. ¿La
Policía no tiene métodos para “hacer cantar” a ese
chiquilicuatre que trae locos a todos?. Sigo pensando que la
Policía, por sí misma, sí habría tenido métodos importantes
para haber podido descubrir la verdad, pero lo que ocurre es
que “por detrás y democracia”, según para qué casos, algunos
métodos no se admiten, aunque se estén “chuleando” de la
propia Policía, de los Jueces, y de toda la familia de Marta
del Castillo, con lo que así va este asunto, con cuatro
“mocosos” riéndose de la sociedad, de la Justicia, de la
Policía y de todo aquel que se cruce por el camino.
Y es que no es la primera vez, ni va a ser la última que
Carcaño cambie el relato de los hechos, poniendo lo blanco
negro y lo verdadero como falso.
Dejar las cosas y dar el caso por concluido, sin haberlo
descubierto, no sería de recibo, por lo que otra vez
volverán los simulacros de averiguaciones, aunque a ver
quien puede hablar de verdaderas averiguaciones en el mundo
de la mentira que se han inventado esos desaprensivos,
Carcaño, el “Cuco” o Samuel Benítez, unos como meros
espectadores y al final todo el doloroso asunto convertido
en una triste farsa montada por tres o cuatro mocosos, que
han hecho desaparecer a una muchacha joven, que han engañado
a toda una sociedad, que se han burlado de los jueces, de la
Policía y que siguen poniendo mentira tras mentira, sin que
se pueda decir hasta donde se va a llegar esta vez. Es el
caso más extraño que podemos encontrar.
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