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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 17 DE ABRIL DE 2013

 

OPINIÓN / EL OASIS

Insultos intolerables
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Hace ya mucho tiempo que se me ocurrió decir que Juan Luis Aróstegui padece de bovarismo (de Madame Bovary). Estado de insatisfacción debido al desajuste entre la alta concepción de sí que tienen algunas personas y sus condiciones reales.

La persona que sufre de bovarismo puede llegar a ser peligrosa. Es lo que le he oído decir a psicólogos de no poco prestigio. Sobre todo cuando no se resigna a aceptar su falta de capacidad para lograr los objetivos que se propone.

Aróstegui, cuyos fracasos como político son harto conocidos, nunca ha sido capaz de reconocer que los ceutíes no lo quieren. No lo quieren ver ni en pintura. Cae mal. Muy mal. Y muchos son los ciudadanos que, cuando se menciona su nombre, ponen cara de asco y se niegan a seguir hablando de él.

Cuando ello ocurre ante mí, siento lástima de Juan Luis. Lástima infinita; porque entiendo que debe ser muy duro tener que soportar el desprecio de tantos ciudadanos. Gente que lo aborrece y que no duda en demostrarlo cuando acude a las urnas.

De hecho, Aróstegui, furibundo enemigo de los musulmanes ceutíes, tantas veces propalado por él, se vio obligado a unirse a Mohamed Alí para obtener un escaño de concejal. Con el fin de poder participar en el gobierno junto a nuestro alcalde. Que es la mejor manera de convertirse en su asesor principal. Con tanto poder como para hacer posible que el PP se pueda ir rompiendo a paso de legionario.

Aróstegui presume de conocer perfectamente las debilidades de nuestro alcalde. Y hasta se jacta de airear que él las explota cuando le son necesarias. Y lleva ya tiempo intentando que se vea a Vivas como enemigo acérrimo de Francisco Márquez y, sobre todo, de Francisco Antonio González.

En ese divide y vencerás entre cargos de los populares, que lleva practicando con más vehemencia que astucia, el líder de Caballas está pisando terrenos peligrosos y que pueden costarle un disgusto morrocotudo. Porque Ceuta, por muy pequeña y marinera que sea, goza de una importancia geoestratégica que obliga a todo español, de verdad, a no ser remedo de Lawrence de Arabia.

Remedar a Lawrence de Arabia, con ser un inconveniente enorme, es aún más pasable que propalar, por ejemplo, que las carencias físicas del Delegado del Gobierno lo hacen presa fácil de las críticas negativas. Ya que las preocupaciones de cierto padecimiento de Pacoantonio le impiden estar a la altura de las circunstancias. En román paladino: que el Delegado del Gobierno debe ser atacado en todo cuanto haga y diga para que, cuanto antes, decida darse el piro. Ya que no está capacitado físicamente para soportar debates de mal estilo. Enfrentamientos a cara de perro.

Cierto es que para acometer semejante tarea el sindicalista necesita estar apoyado por alguien del PP. De no ser así, le sería imposible llevar a la práctica su plan. Un plan que ya debería conocer nuestro alcalde. Puesto que él y Aróstegui se reúnen un día a la semana para tomar decisiones importantes.

La última decisión importante que han tomado, quizá, ha sido la de elegir los insultos que convendría dedicarle al Delegado del Gobierno por impedir que la gente se salte la ley a la torera. Y el resultado es canallesco: Aróstegui ha calificado a Pacoantonio de ignorante, indecente, mezquino, etcétera.

Nuestro alcalde, aunque es soberbio ante el consejo gratis, debería salir cuanto antes a la palestra. Poniendo los puntos sobre las íes.
 

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