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OPINIÓN - MARTES, 16 DE ABRIL DE 2013

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

La ciudad sin ley
 


Jesús Carretero
opinion
@elpueblodeceuta.com
 

No quisiéramos que pareciera eso la Ceuta de hoy, pero no hay más que echar un vistazo a los sucesos que se vienen dando en los últimos meses, para empezar a sospechar que algo se está quedando tan atrás que no se ha puesto a la altura del siglo XXI.

Y desde hace ya varios meses no me vale eso de que se trata de hechos aislados. Eso no cuela ya y quien lo tilda de hechos esporádicos es aquel o aquellos que debieran cortar de raíz esta lacra que tanto viene creciendo.

En los últimos meses se han venido sucediendo una larga serie de altercados que podemos considerar, por lo menos, como alarmantes, si es que no graves, de verdad.

La relación, a día de hoy, sería muy larga, con robos, incluso a punta de pistola, coches quemados, apedreamientos a la policía o a los bomberos y un largo etc, que no termina.

El vandalismo se va apoderando, día a día, del tono normal de la Ciudad y no vemos un gesto positivo que frene todo esto.

Uno quisiera creer que se han puesto todos los medios para romper, definitivamente, estas situaciones, pero si nos remitimos a los hechos, creo que aquí están fallando alguna o algunas de estas tres premisas: querer, saber o poder, con lo que no es extraños que ya días pasados, en esa auténtica pantomima que representa “el debate sobre el estado de la Ciudad”, alguien llegara a decir, desde la oposición, que los ciudadanos están sobrecogidos por los actos vandálicos.

Y las cosas son así, porque ya me dirán qué tipo de seguridad tendremos, cuando mientras se disputaba un simple partido de fútbol, la moto del presidente de uno de los dos club en litigio fue quemada.

Esto se ha escapado o se está escapando de las manos y nadie tiene la dignidad de decir “con esto no puedo, tengo que dimitir”.

Porque hay una serie de actos vandálicos que, desde hace ya bastantes meses, se dan con tanta frecuencia que empiezan a parecer algo habitual. Y eso no puede seguir así.

Los 18 kilómetros cuadrados que tiene Ceuta, a pesar de que haya dificultades y otras muchas cosas que cuidar, son tan poca cosa que con la policía que hay aquí pueden ser controlados perfectamente.

Claro que luego viene la contrapartida y es que a esos profesionales policiales, que saben lo que hay que hacer y como atajarlo, no siempre se les da todo lo necesario para que lo atajen.

Hace muy pocos días, hablaba yo con un guardia civil que acababa de poner los pies en Ceuta y que tenía todo el corte, como lo tiene la Guardia Civil, de ser un profesional de los pies a la cabeza, y aunque él no podía decir todo lo que pensaba, sí tenía muy claro que, por ejemplo, la Guardia Civil, dejando que fuera la Guardia Civil, no se dejaría apabullar por ningún grupo de los que andan sueltos por ahí.

Más lejos no podía llegar, ni yo se lo pedí. Pero lo que sí pediría a quien tiene el poder máximo en la Ciudad sobre la seguridad, es que se dé la tolerancia cero para todo este tipo de violencia, que está asolando la Ciudad, en determinados momentos y lugares.

Y uno, mucho menos quien ostenta el cargo de máxima responsabilidad en la seguridad, no puede mirar para otro lado, cuando surgen problemas de este tipo. Tolerancia cero, sin más, o llegará un momento, no muy lejano, que esos, los más violentos, sean los que marquen las líneas de convivencia en Ceuta cosa que huele ya a podrido. Eso no sería lo más potable, por lo que si alguien no se ve con fuerzas para poder atajar toda esta situación, con dimitir y dar paso a otro está todo servido. Ahora hay remedio, más tarde, quizás, no.
 

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