El diputado por Ceuta del Partido
Popular, Francisco Márquez, ha hecho balance este sábado del
Debate sobre el Estado de la Ciudad que acogió el jueves la
Asamblea. En una intervención envuelta en un aire socarrón y
punzante, ha lanzado una andanada dialéctica a Caballas,
afirmando que Mohamed Alí y Juan Luis Aróstegui compiten en
demagogia y en tratar de ser más musulmán uno que otro.
Lástima que a Márquez le sobrepase el pacto tácito que Vivas
ha cerrado con Caballas, y que él aborrece por cierto. Un
acuerdo que se ha venido comprobando en los Plenos como el
acuerdo sobre fiscalidad, donde Caballas se entregó al PP y
Aróstegui parecía el consejero de Economía con loas
vergonzosas desde un político de la oposición.
No podemos olvidar tampoco, el acuerdo, pacto, consenso,
entre Caballas y PP para las tarifas del agua,
alcantarillado y basura con beneficios fiscales para las
zonas de mayoría electoral de Caballas. Tampoco esas
reuniones semanales de los miércoles, entre Vivas y
Aróstegui, en las que cierran acuerdos que luego el
presidente expone en el Consejo de Gobierno para que los
suyos solo levanten la mano como simples marionetas del
diputado de Caballas, al que en la calle se considera como
el “vicepresidente” real que logra sus pretensiones a cambio
de la “inmunidad” para Juan Vivas.
Aquí, por suerte o desgracia, ya sabemos todos de qué va
cada uno y a qué juega. Y el pacto oculto PP-Caballas, salta
a la vista. Las listas del Plan de Empleo son otro resorte
propicio para tender caminos de entendimiento PP-Caballas,
así como las Brigadas Verdes o al igual que tantísimas
construcciones ilegales a las que acuden Caballas a los
funcionarios pidiendo árnica. Todo esto es una farsa. Y
quien quiera chuparse el dedo que lo haga. Nosotros, no.
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