Las jornadas de Geoestrategia y Geopolítica organizadas
por la UNED y la Comandancia General comenzaron ayer y
durarán hasta el viernes. Hoy, a las 17 horas, el general de
brigada Miguel Ángel Ballesteros, director del Instituto
Español de Estudios Estratégicos, ofrecerá la conferencia
‘Lecciones aprendidas en las operaciones postconflictos.
Escenarios previsibles’, de la que adelanta algunos aspectos
en esta entrevista. También hoy está previsto que el
catedrático de Derecho Internacional Público de la
Universidad de León, Romualdo Bermejo, aborde aspectos de
Derecho Internacional; y que el comandante del Mando de
Operaciones del EMAD, almirante Teodoro Esteban López,
analice la organización desde España del EMAD.
Pregunta.- ¿Qué va a abordar en su ponencia?
Respuesta.- Vamos a hablar de las lecciones aprendidas en
los 22 años de operaciones que llevamos, en los que hemos
realizado 52 operaciones. Abordaremos la experiencia y cómo
han ido evolucionando las estrategias para resolver los
diferentes conflictos, especialmente a lo que se le llama
los ‘postconflictos’, que es lo que sucede después de
resolver que haya habido una guerra. La comunidad
internacional suele intervenir para estabilizar esos países.
Ha pasado así en Bosnia Herzegovina, Kósovo, Irak,
Afganistán y pasará en Malí una vez que el Ejército maliense
logre estabilizar la situación. En estos 22 años hemos ido
mejorando los procedimientos y resolviendo cómo había que
adaptarse a las diferentes situaciones. Hemos comprobado que
no es bueno que se alarguen los conflictos, que hay que
darles la responsabilidad -cuanto antes mejor- a las
autoridades locales. Hay que formar a la policía y a los
ejércitos de esos países para que sean ellos quienes los
resuelvan, y hay que acompañar el problema de seguridad con
una incentivación del desarrollo y de la diplomacia. Ante
los conflictos hay que actuar con la estrategia de las tres
D: defensa, desarrollo y diplomacia.
P.- ¿Se aprende de los resultados de una misión para la
siguiente?
R.- Cada escenario es distinto, las peculiaridades de cada
sitio no son traspasables automáticamente a otro porque las
circunstancias cambian, pero también la cultura, la historia
y el entramado social de cada escenario. Se trata de
aprender. No basta con ser eficaces, sino de en un momento
de crisis económica, ser eficaces y hacer las cosas con el
menor coste posible.
P.- ¿Usted cree que los efectivos que participan en una
misión tienen los conocimientos suficientes como para haber
aprendido de misiones anteriores?
R.- En el caso español se les prepara a conciencia, se les
tiene durante diversos periodos de tiempo y los seis meses
previos a entrar en una operación se les somete a un
entrenamiento primero de carácter genérico y después más
específico de adonde van a ir, para que aprendan bien en qué
escenario van a intervenir. Se combate igual que se entrena
y se entrena igual que se combate. Evidentemente el estrés
en una situación como Afganistán no es reproducible en el
entrenamiento, pero se les prepara, y el rendimiento en
estos años ha sido excelente. Han pasado 132.000 hombres y
todos han sabido cumplir a la perfección con su trabajo.
P.- ¿Hay elementos comunes que permitan prever un
conflicto?
R.- Hay cosas, como por ejemplo que cuando un estado se
vuelve débil y no logra controlar todos los aspectos de la
seguridad de un territorio, hay unas enormes posibilidades
de que se instale el crimen organizado o terrorista. Es
común a todas las zonas. Lo hemos visto en Malí, donde no se
controlaba la mitad norte e impere el ‘sin ley’. El Magreb
islámico ha encontrado un territorio para entrenar sin
control sobre sus actividades. Cuando un estado no controla
que imperie la ley en su zona, hay altas probabilidades que
surja un problema de inestabilidad, que empieza siendo local
y puede convertirse en internacional.
P.- ¿En el caso de Ceuta puede convertirse en una zona de
conflicto?
R.- No. Es un territorio español con los estándares de
seguridad de otro territorio. No reúne las condiciones para
el conflicto, aunque sí que es verdad que geográficamente
está en las rutas de ese tráfico que procede del Sahel y que
si no se llegará a controlar la situación allí, afectaría a
Marruecos y podría desplazarse, pero Ceuta tiene los
estándares de seguridad de España y contamos con un país
amigo que es Marruecos que está interesado como nosotros en
que esa inestabilidad procedente del Sahel no se desplace
hasta su territorio.
P.- Y en el ámbito nacional, ¿cómo afecta la crisis a la
seguridad?
R.- La mayor amenaza a la seguridad en términos generales es
la crisis económica, ya que obliga a reducir presupuesto y
eso afecta a cosas esenciales como educación, sanidad o
seguridad. Decía Maquiavelo que la república se sustenta en
dos grandes pilares: el ejército y la justicia. Quería decir
que para que funcione un Estado debe haber una seguridad
mínima. La crisis daña todas las estructuras del Estado.
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