Hace un par de meses
aproximadamente, en una de las tertulias a las que asisto e
intervengo puntualmente cuando las circunstancias por mi
parte lo requerían, y en las que concurren personas de
cierta de edad y de distinguidos status sociales. Salió a
relucir, que el padre del actual Rey de España, pasó muchas
penumbras económicas cuando se encontraba en el exilio;
escuchando decir que no tenía dinero ni para alimentar a sus
hijos.
Lo anterior, es lo que se ha difundido por activa y por
pasiva de forma objetiva o subjetiva, para que se enterara o
no el poblacho de la situación económica tan crítica de los
Borbones. Pero, sin embargo, siempre pensé que don Juan y su
familia en el exilio vivieron muchísimo mejor, que muchos
represaliados políticos por el franquismo, porque
continuamente los hubo y habrá poseedores de grandes
fortunas, los que ayuden a esa dinastía.
Pero lo que más me importunó de los que comentaban desde sus
ilustres elocuciones académicas universitarias o castrenses
de la pobreza de los Borbones, fue cuando uno afirmó con
rotundidad que tampoco tenía dinero el rey de España Juan
Carlos I.
Recuerdo, que no me entró la risa, por respeto a la edad de
los autores de dichos comentarios, porque la Casa Real
recibe de los Presupuestos Generales del Estado anualmente
sobre unos 7 millones de euros aproximadamente, aparte de
los presuntos tratos de favor, regalos, préstamos o
donaciones que pueda percibir.
Servidor, tras lo anterior sobre el Rey, abandonó la
referida tertulia política, para no seguir escuchando sobre
ese asunto, porque los hay quienes a estas alturas de tantos
cocidos, aún prosiguen sin ver las presuntas evidencias de
los condimentos.
Porque, posicionarse y afirmar acerca de la veracidad de las
penumbras de los Borbones por parte de los referidos
ilustrados. Es como no reconocer tampoco que Juan Carlos I,
es el Rey de España por la gracia de Dios y de sus genes,
así como, por el genocida general Francisco Franco Bahamonde,
que fue el que lo aupó por el año 1975 a lo más alto de la
Jefatura del Estado. Siendo aceptado como tal, por los
padres del constitucionalismo, en la transición que estaban
cocinando, las formaciones políticas dominantes por
entonces; desde la agónica dictadura de Franco hasta
desembocar en esta monarquía parlamentaria.
Días posteriores, a la susodicha tertulia, entregué una
fotocopia relativa a la publicación realizada a finales de
septiembre del pasado año en el diario The New York Times,
en la que estimaban que “la fortuna de Juan Carlos I es de
unos 2300 millones de dólares (1800 millones de euros),
aunque los monárquicos incluyen en esa cantidad los bienes
del Estado”.
El asunto, por mi parte, acerca de la riqueza o no de los
Borbones quedó en ese punto hacia los tertulianos. Siendo
significativo, que un buen amigo que se encontraba en la
tertulia, me aconsejó hace unos días, que no comentara ni
escribiera más sobre esos temas, porque no me favorecían al
crearme muchos enemigos. Contestándole, que esa noticia
referente al Monarca figuran publicadas en periódicos
digitales y en las redes sociales. Y que en este caso soy un
mero mensajero sobre lo que afirma The New York Times y lo
que niegan los tertulianos.
Y como “el tiempo pone a cada cual en su sitio”, esos
tertulianos monárquicos, así como servidor que no lo es y
menos juancarlista, estamos en el lugar que a cada uno nos
corresponde. Porque el pasado domingo 31 de marzo en el
diario El Mundo, salió publicado el testamento heredado hace
unos veinte años por el rey Juan Carlos y sus dos hermanas.
Siendo la fortuna que al parecer poseía el conde de
Barcelona, de unos 728 millones de las antiguas pesetas
distribuidas en tres cuentas en Suiza, más unos inmuebles
por valor de un montante aproximado de 350 millones de
pesetas.
La información del diario El Mundo indicaba, además, que el
Rey fue el mayor beneficiario en dinero con unos 375
millones de pesetas de esas cuentas. Siendo, por tanto,
incierto que su padre en el exilio no tuviera un duro ni su
hijo Juan Carlos ahora tampoco, como ha quedado demostrado
en lo testado por el padre del Rey.
Este asunto de la herencia del Rey ha provocado, que varias
formaciones políticas, tras salir a la luz pública el
testamento, pregunten si en su día el Monarca trasladó su
gran fortuna de Suiza a España y, dónde tiene el Rey
depositado el dinero heredado...
También, como consecuencia a los escándalos que envuelven a
miembros de la Casa Real, la Monarquía española toca fondo,
hasta el punto, que horas después de ser publicada la
herencia que percibió el Rey. El juez Castro, en un auto
fechado el pasado 3 de abril, imputó a la infanta Cristina
por el caso Nóos y Aizoon.
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