PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
  

 

 

OPINIÓN - DOMINGO, 7 DE ABRIL DE 2013

 

OPINIÓN / EL OASIS

España airada
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Es la España en la cual reinó Alfonso XIII. Y estuvo condenado a ver cómo el sistema de los partidos alternantes se venía abajo. Fracasado el sistema político y económico, durante veinte años la vida española no cesó de dar tumbos. Se sucedían los fracasos en la misma medida que cambiaban los gobiernos.

Perduraba el caciquismo en la España rural y profunda, pero en las grandes ciudades industriales la creciente masa profesional y obrera apoyaba a los partidos de izquierda. Durante los primeros años del siglo XX crecieron organizaciones políticas de nuevo cuño (socialistas, anarquistas, republicanos, y regionalistas catalanes y vascos) y afluyeron el malestar social y los problemas incubados a lo largo de la Restauración.

El fundamentalismo anarquista enviaba sus pistoleros, verdaderos kamikazes, a la caza del empresario, explotador para ellos, o del ministro elegido (o del propio rey, al que arrojaron una bomba el día de su boda); los movimientos sindicales y obreros iban adquiriendo más notoriedad y conocimiento de la causa defendida, así como los separatistas vascos y catalanes pisaban fuerte y se dejaban oír.

En aquella España iracunda, donde los más débiles pasaban hambre y padecían de todos los males habidos y por haber, se veía venir el estallido social. Un incidente -en Barcelona- provocó la Semana Trágica y se armó la de Dios es Cristo. A partir de ahí, todo fue de mal en peor y el rey se vio obligado a dar su sí a la dictadura de Primero de Rivera. Lo cual facilitó el final de la Monarquía y la llegada de la Segunda República.

España vuelve a estar colérica. Ya que los dos partidos que se han venido alternando en el poder, tras los cinco años de UCD, liderados por Adolfo Suárez, se han ido desinflando y no sería nada extraño, desgraciadamente, que estemos asistiendo al desplome de ambos. A no ser que quienes hicieron posible el milagro de la transición vuelvan a intervenir para evitar el derrumbe.

Quienes hicieron posible el tan cacareado proceso de transición fueron Estados Unidos, los bancos y las multinacionales. En suma, por un lado los americanos, por cuestiones obvias de intereses occidentales; por otro el capital. El mismo que ahora parece decidido a devolvernos a la miseria. Teniendo como ejecutora a Ángela Merkel. A quien Antonio Gala, que está muy malito, le dedica exclamaciones malsonantes. Muy merecidas.

De no ser así, es decir, de seguir creciendo el paro, la canina de los niños, los desahucios, las trampas saduceas de los bancos, etcétera, todo irá de mal en peor. Conscientes las clases medias de que su sino es volver a formar parte del mayor número posible de pobres las calles se irán llenando de gentes indignadas y dispuestas a arremolinarse ante los domicilios de los políticos.

Las gentes desatadas son imparables. Máxime cuando se han percatado de la mediocridad de los gobernantes; de la corrupción generalizada y de los abusos del poder; de cómo las autoridades autonómicas hacen las cuentas del Gran Capitán (vean lo que dice el Tribunal de Cuentas del gobierno presidido por Vivas) y de la notable ausencia de la división de los poderes del Estado y de cómo la Casa Real ha salido en tromba para poner al juez Castro contra las cuerdas de un fiscal que se ha encogido ante la protesta real

España vuelve a estar airada. Los tiempos que corren no son los mismos que cuando reinaba Alfonso XIII. Pero no es menos cierto que Juan Carlos I está pasando por un mal trance. Muy malo.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto