La captación de ceutíes para la
secta Takfir wal-Hijra como hoy publicamos en esta edición
es una incursión peligrosa en tierra ceutí, máxime cuando un
experto en estas cuestiones apunta que uno de sus campos de
acción es la cercana Castillejos y que las cualidades de tan
inquietante grupo radical es infiltrarse en la sociedad
occidental, tratar de pasar desapercibidos, es decir,
hacerse, invisibles, y destacar por un rasgo especial: están
exentos de seguir los preceptos religiosos del Islám. Con
estos elementos, tal movimiento sectario ultrarradical actúa
en diferentes zonas.
La captación de yihardista para Siria, la capital por
excelencia en la actualidad para estos movimientos
terroristas, encuentra en diversos puntos de la península,
así como en Ceuta y Melilla sus zonas de influencia, lo que
nos sitúa en un nivel de riesgo importante, por lo que los
servicios de inteligencia han de extremar sus actuaciones en
los ámbitos donde se “mueven” estos “invisibles” y
peligrosos individuos.
El terrorismo, bajo sus distintas formas y “justificaciones”
es deleznable como lo son sus protagonistas, gente fanática,
irracional y cobarde que se alían con el factor sorpresa
para generar sus masacres de sangre y muerte. Grupos de
radicales que con una pretendida justificación fijan sus
objetivos de “lucha” en inocentes a los que ellos convierten
en enemigos bajo el estigma de sus delirios asesinos que
tratan de camuflar como una solución inevitable para sus
desvaríos.
Estamos en una situación estratégica para que los Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad del Estado, así como los responsables
de la Defensa nacional, afinen sus actuaciones tendentes a
desmontar estos grupos de “captación” para fabricar muerte y
dolor.
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