De la misma forma que no podemos,
ni debemos, callarnos cuando una empresa determinada no
atiende, como es debido, a sus clientes, de esa misma forma
tenemos que alabar cuando hay una empresa que, desde
cualquier ámbito que se mire, es ejemplar en todo.
Naturalmente, me estoy refiriendo al Corte Inglés, en todas
sus secciones y en todos los centros, a lo largo de la
geografía española.
Comprar, pagar o recambiar cualquiera de los productos que
hay, y son muchos, en El Corte Inglés, no acarrea, a nadie,
ningún tipo de problema y además, siempre, con la buena
atención por bandera.
Hay productos, es cierto, que pueden parecer caros, pero la
serie de atenciones, la serie de facilidades que se te dan
llevan al mantenimiento de varias, de docenas de personas,
que a finales de mes tienen que cobrar y eso conlleva unos
gastos que, naturalmente, tiene que pagar el cliente.
Y si estos lo pueden hacer, no me explico como otros
establecimientos de tendencias similares ignoran lo que es
atender al cliente que es el que les permite seguir
subsistiendo.
El Corte Inglés de Ceuta no lo debemos elegir como
paradigma, por cuanto todos los centros de las
características de este de aquí son algo distinto a lo que
es la marca “El Corte Inglés”.
Y no es que estemos rechazando a las personas que trabajan
aquí, es que esos son simulacros de la propia marca y que
sirven, especialmente, para que ciertos productos pasados de
moda y no a tono con lo que es la casa, en el día a día, al
precio que sea vayan sacándose, sin más.
Tras todos estos planteamientos, debo decir que en la tarde
del pasado jueves me di cuenta de que mi tarjeta de esta red
comercial, por no sé qué motivos, me había desaparecido.
Fui al establecimiento de Ceuta para que se me anulara y
ahí, cosa esperada, por otra parte, me dijeron que ellos no
tenían ni oficina para eso, ni a nadie al que pudiéramos
dirigirnos para tal anulación.
Es cierto que una jovencita de las que trabajan allí, muy
amablemente nos facilitó el teléfono de atención al cliente
y con una llamada, en menos de tres minutos, en la sección
correspondiente nos anularon la tarjeta anterior, nos
pusieron al día una nueva y nos facilitaron la seguridad de
que hasta ese momento nadie había utilizado nuestra tarjeta
desaparecida.
A eso se le llama efectividad y buen trato, pero como el
mundo de los mortales no puede ser perfecto, ni siquiera en
El Corte Inglés, lo que no nos pudieron hacer es tener aquí
en Ceuta esa nueva tarjeta que tendremos que recoger, por
ejemplo, en Algeciras, el centro más cercano a nosotros, o
en cualquier otro centro que nos parezca conveniente de la
propia cadena.
Llegados a este punto y con todo lo que hemos marcado a
favor de esta empresa ejemplar, ahora que cadenas de otros
productos van haciéndose un sitio aquí, en Ceuta, sería la
ocasión para que esa red comercial, pero la de verdad, se
instalara en nuestra ciudad, con lo que eso de Ceuta Ciudad
de Compras tendría un poco más razón de ser.
Y es que Ceuta tiene la población que tiene y que no es
mucha, pero del otro lado de la frontera, cada vez más, se
han dado cuenta de que aquí se puede comprar y si, además,
hay lugares emblemáticos, mejor que mejor.
Una buena ocasión para que el comercio de Ceuta pueda
competir con cualquiera, incluso con los mejores, en precios
y en calidad.
|