La Iglesia de Nuestra Señora del Carmen y de todos los
Santos, ubicada en la popular barriada de la Almadraba,
después de las fuertes lluvias que tuvo lugar el pasado 19
de febrero, quiere reanudar su normal funcionamiento.
Normalidad cotidiana después de verse suspendida la
celebración dominical durante seis semanas, incluida la
celebración característica de procesionar con palmas y
olivos desde la playa y exaltar el Domingo de Ramos en esta
Semana Santa que ya acabó.
Durante estas seis semanas, también han tenido que desviar a
otros templos la administración de otros sacramentos, como
han sido tres bautizos y una misa por el alma de un difunto.
Los daños ocasionados por estas fuertes lluvias, rotura de
placas de escayolas de la habitación donde se implantan las
catequesis de primera comunión, así como otra dentro del
propio templo, agravado con la entrada de agua y lodo desde
el exterior ya que la cantidad de agua que se acumuló y la
anormal situación del acerado que se ubica al mismo nivel
incluso en un tramo por debajo de la carretera, provocaron
la situación que dio lugar a la suspensión de las
celebraciones en la Capilla.
La empresa municipal OBIMACE que contactó con el párroco y
personal laico de la Capilla, estudiada la situación,
decidió aplicar un producto que ha impermeabilizado las vías
de aguas exteriores y sustituido el techo interior roto, e
igualmente implantó unos elementos que impiden la entrada de
agua desde la vía pública. No cabe otra respuesta por parte
de la Capilla que la de estar agradecido por ello al
personal de esta empresa municipal como al consejero del que
depende, Gregorio García Castañeda.
A esperas de ultimar la elevación de los 8 metros de acera
(frontal de la Capilla), ya que la zona es competencia de la
Administración del Estado, han decidido retomar la absoluta
normalidad de la vida de la Capilla, con la intención de
evitar las molestias que durante estas largas seis semanas
han sufrido los feligreses devotos a la Virgen María, bajo
la advocación del Monte Carmelo.
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