El nuevo edificio universitario,
obra emblemática que marca un punto de inflexión en la Ceuta
moderna, abre unas perspectivas inimaginables hace unos años
atrás y que ahora, por mor de la colaboración y las
sinergías que establecen la UNED y la Universidad de Granada
para dotar de dobles titulaciones y aumentar las carreras
que se puedan cursar en Ceuta, sitúan a nuestra ciudad -como
dijo el Rector de la UNED-, como “capital universitaria” por
el amplio margen de posibilidades académicas que los
estudios universitarios permitirán a partir de este momento
histórico.
La conjunción de UNED-UGR plantea una experiencia piloto que
se dice “exportable”, encaminada a optimizar recursos en
época de crisis y marca una tendencia en el ámbito educativo
de planteamientos coincidentes, de objetivos comunes y de
planes de estudios que buscan la colaboración. Bajo este
prisma, el más beneficiado es el alumno pero también el
sistema que justifica su utilidad social y abre la
oportunidad, desde el contexto de integración conjunta, a
estudiantes de una y otra universidad, a diversificar sus
opciones.
La rehabilitación de un edificio que debe marcar un hito en
el campo universitario, supone también darle el mejor
destino posible a una edificación vetusta, casi abandonada,
para la juventud y la educación. Dos pilares de nuestra
sociedad que encontrarán, a partir de ahora, un entorno cien
por cien universitario concentrado en un mismo recinto y con
un ambiente propicio para la función que le es propia. El
empeño de la Ciudad Autónoma de Ceuta de dotar a las
familias ceutíes de un campus universitario y en las mejores
condiciones, ya es una realidad. A partir de ahora, hay que
dotarlo en todos los sentidos y buscar la proyección
exterior que merece.
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