Digmun se ha visto obligado a reducir sus talleres por
los recortes e incluso duda de su continuidad, según explica
Maribel Llorente, presidenta de la asociación. De momento,
están dando las clases de alfabetización con voluntarios,
que sólo se han comprometido hasta mayo. Reclaman personal
del Plan de Empleo.
Digmun trabaja desde 2005 en diferentes proyectos como la
alfabetización entre niños sin escolarizar y mujeres
analfabetas, pero con la crisis se ha visto obligada a
reducir sus talleres e incluso duda de su continuidad, según
explica Maribel Llorente, presidenta de la asociación. El
año 2013, tal como ya denunciaron, se presentó con
importantes recortes, como la eliminación de las
subvenciones de la Ciudad Autónoma, una situación que ha
empeorado en los últimos meses y que les ha dejado en la
actual situación, en la que sobreviven gracias a la ayuda de
voluntarios. “Somos de ámbito local y no podemos recibir
subvenciones de otras autonomías, por eso nos financiábamos
a través de la Consejería de Educación, Cultura y Mujer, del
Centro Asesor de la Mujer y del Ministerio de Educación,
pero por primera vez desde el año 2005 se han suprimido
estas ayudas”, explica Llorente, quien señala que este año
no se ha convocado ninguna. La última que recibieron fue de
800 euros el año pasado.
La situación se ha agravado -explica la presidenta- porque
si en sus inicios atendían a una veintena de mujeres, la
demanda se ha incrementado hasta el centenar, entre quienes
impartían clases de alfabetización de lunes a jueves, en
tres turnos correspondientes a tres niveles. Son esos tres
turnos los que se han reducido a uno, centrándose en las
mujeres analfabetas.
Plan de Empleo
El instituto Puertas del Campo cede sus instalaciones y el
material que necesitan, pero la carencia principal es la
falta de monitores, ya que este puesto de trabajo es el que
se cubría con las subvenciones, y los voluntarios con los
que ahora cuentan, sólo garantizan su continuidad hasta
mayo. “Decir que las ONG deben vivir del voluntariado es una
utopía, deben tener el respaldo de las instituciones porque
realizan el trabajo que estas no hacen”.
También han contado en ocasiones con personal en prácticas,
pero tampoco les da para cubrir las necesidades. Por ello,
reclaman que se les asigne personal del Plan de Empleo.
Digmun denuncia -explica Llorente, que además es directora
de un colegio por lo que conoce la realidad escolar en
Ceuta- que hay excesivos trabajadores del Plan de Empleo en
estos centros, sin tener trabajo que realizar. “Es la
primera vez que no mandan a personas del Plan de Empleo a
las ONG”, lamenta. “Si por la crisis no nos pueden dar
recursos económicos, que al menos nos den humanos o que el
CAM atienda a estas mujeres”.
Hasta diciembre han cubierto gastos con una ayuda que les
dio La Caixa, pero desde entonces no pueden sufragarlos,
explica Llorente. Reclama además que si no se las
subvenciona y Digmun se ve obligada a paralizar sus
talleres, sea la Ciudad la que se haga cargo de estos
colectivos para que no se vean desamparados. “Hay un grupo
de mujeres que lo que quieren es aprender, y el conocimiento
de la lengua las ayuda a salir de la vulnerabilidad y
exclusión en la que se encuentran, pero no hay manera de que
se las atienda, pese a que muchas de ellas trabajan en
Ceuta; están dando pero no reciben nada más que un sueldo
precario”, lamenta la presidenta.
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Niños con ‘Intervida’ y servicio de voluntariado
La asistencia a los niños, “de
momento”, la tienen cubierta gracias a un proyecto de
Intervida. De hecho, el personal de esta entidad tiene
previsto visitar Ceuta en mayo, según explica Maribel
Llorente, presidenta de Digmun. Por otro lado, como novedad,
se han convertido en asociación receptora y emisora de
voluntarios para protectos de SVE (Servicio Voluntariado
Europeo). “Promovemos actividades y proyectos que ayuden a
superar situaciones de discriminación o desigualdad que
sufren determinados sectores de la sociedad con el objeto de
proporcionarles mayor bienestar, impulsar el intercambio
cultural, desarrollar iniciativas de apoyo o ayuda
humanitaria y sensibilizar al entorno social”, explican.
Mercadillos solidarios o recepción de niños ucranianos son
otras de las actividades que realizan “por la dignidad de
los niños y las mujeres”, además de las clases de
alfabetizanción a mujeres.
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