El Equipo de Evaluación y Orientación del Imserso se
reune cada viernes para valorar los expedientes de
discapacidad tanto los nuevos como las revisiones.
Semanalmente llegan a la junta una media que ronda entre los
35 y los 40. El equipo es el encargado de otorgar los grados
de discapacidad, que existen tres. Para que esté reconocida
se debe llegar al 33 por ciento, desde ese porcentaje al 65
por ciento es el segundo nivel que ofrece más servicios y
ayudad, también económicas. Y a partir de esta última cifra,
la persona ya necesita ayuda de una tercera persona para el
día a día y por tanto se estaría hablando de un dependiente.
“Una discapacidad puede ser desde un cuadro asmático a una
enfermedad terminal”, asegura la trabajadora social del
Imserso que evalúa los expedientes de discapacidad que
llegan al Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso).
Actualmente la legislacion recoge tres grados. El primero y
más bajo, pero en el que ya se hace oficial la discapacidad
es con un 33 por ciento. El siguiente es hasta el 65 por
ciento, y en el se suman algunas derechos y expectativas
nuevas, por ejemplo económicos. Y por último, a partir del
65 por ciento, en el que el individuo necesita supervisión
de un tercero y ya se podría hablar de dependiente.
Y es que la diferencia entre dependiente y discapacitado es
que el primero es aquel que necesita para las actividades de
la vida diaria la ayuda de un tercero, mientras que un
discapacitado es una persona que puede llevar una vida
completamente normal
El organismo que estable los porcentajes de discapacidad en
Ceuta es el Imserso, a través del Equipo de Evaluación y
Orientación (EVO).
“Aquí acuden usuarios que necesitan un reconocimiento porque
tienen una incapacidad que repercutirá a su pensión, porque
lo quiere aplicar a su puesto de trabajo o porque
simplemente está enfermo y necesita saber qué grado tiene”,
asegura la trabajadora.
Para comenzar los trámites se debe entregar una solicitud ,
junto a los informes médicos originales o compulsados que
sean necesarios para establecer la discapacidad y fotocopia
del DNI. Cuando se presenta la solicitud, en ese mismo
momento el Imserso también indica el día de la cita para que
comiéncen las entrevistas.
El día de la cita, la trabajadora social es quien ve por
primera vez al interesado. Después de una entrevista, se
redacta un dictamen social, en el que se hace una
aproximación social de cuales son sus características, por
ejemplo la situación económica, familiar, si la vivienda es
la adecuada o si laboralmente esa persona es activa o no.
Incluso se valora su nivel cultural.
El hecho de que sea la trabajadora social quien vea por
primera vez al usuario se debe a que, tras su valoración,
será ella quien derive al interesado al psicólogo si la
patología es mental o al médico si es física. Si concurren
las dos, se deberán establecer entrevistas con ambos
especialistas.
Si la persona también ha solicitado un ‘Prestación no
Contributiva’, las dos solicitudes deberán ir unidas y se
verán conjuntamente.
Tanto el médico como la psicóloga se basan en los informes
que elaboran los facultativos que tratan habitualmente al
usuario para asignar su puntuación. Asimismo, también se
realizan las entrevistas oportunas. Para asignar la
puntuación, se tienen en cuenta aspectos como el grado de
intensidad de la enfermedad, número de hospitalizaciones,
etc. Una vez valorado se hace un dictamen.
Puntuaciones
La valoración social, la que realiza la trabajadora social,
solo puede alcanzar un máximo de 15 puntos y solo se sumará
al total en caso de que la valoración de discapacidad del
médico, junto a la de la psicóloga, supere el 25 por ciento.
Asimismo, estos dos últimos puntúan en un rango que va de 0
a 100. Y a su vez, estas cifras tienen una equivalencia en
las tablas ya establecidas. Es decir, no es sumatorio. En
Ceuta las reuniones del Equipo de Valoración y Orientación
(EVO) se realizan los viernes y está compuesto por un
presidente, el director del centro base; el médico;
trabajadora social y una psicóloga.
“Hablamos de personas no de números de expediente”, afirma
la psicóloga, quien asegura que los porcentajes no son
inamovibles, y esa es la misión del EVO, estudiar la
situación de cada usuario.
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Beneficios del reconocimiento de grado de discapacidad
Entre los beneficios del
reconocimiento de grado de discapacidad se encuentra el
acceso a las medidas de fomento del empleo para personas con
discapacidad, adaptación del puesto de trabajo y de pruebas
selectivas en el acceso al empleo público, jubilación
anticipada, acceso a la vivienda de protección pública, así
como a las subvenciones y ayudas de carácter individual como
tratamientos rehabilitadores y adaptaciones del hogar. El
reconocimiento también permite cobrar pensiones no
contributivas por invalidez, prestaciones LISMI que ofrece
asistencia sanitaria y prestación farmacéutica y subsidio de
movilidad y compensación para gastos de Transporte. Las
prestaciones familiares con asignación económica por hijo o
menor con discapacidad acogido a carga o mayores de 18 con
un grado de discapacidad igual a superior al 65 por ciento.
También existen beneficios fiscales en los impuestos sobre
la Renta, de Sociedad, entre otros beneficios.
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