Hace mucho tiempo, el poder tomó una decisión intolerante
contra los comediantes al expulsarlos del país.
Actualmente, los actores y las compañías teatrales tienen
dificultades para encontrar escenarios públicos, teatros y
espectadores, todo a causa de la crisis.
Los dirigentes, por tanto, ya no están preocupados por
controlar a aquellos que les citan con ironía y sarcasmo, ya
que no hay sitio para los actores, ni hay un público al que
dirigirse.
Por el contrario, durante el Renacimiento, en Italia, los
que gobernaban, tuvieron que hacer un esfuerzo importante
para mantener a raya a los Comediantes, pues reunían
abundante público.
Se sabe que el gran éxodo de actores de Commedia dell’Arte
tuvo lugar en el siglo de la Contrarreforma, que decretó el
desmantelamiento de todos los espacios teatrales,
especialmente en Roma, donde fueron acusados de ofender a la
ciudad santa. En 1697, el Papa Inocente XII, bajo la presión
de insistentes requerimientos del ala más conservadora de la
burguesía y de los máximos exponentes del clero, ordenó la
eliminación del Teatro Tordinona que, según los moralistas,
había acogido el mayor número de representaciones obscenas.
En la época de la Contrarreforma, el cardenal Carlos
Borromeo, que estuvo activo en el norte de Italia, se
consagró a la redención de los ‘niños milaneses’,
estableciendo una clara distinción entre el arte, como la
máxima expresión de educación espiritual, y el teatro, la
manifestación de lo profano y lo vanidoso. En una carta
dirigida a sus colaboradores, que cito de memoria, se
expresa más o menos así: “Los que estamos resueltos a
erradicar las malas hierbas, hemos hecho lo posible por
quemar textos que contienen discursos infames, para
extirparlos de la memoria de los hombres, y al mismo tiempo
perseguir a todos aquellos que divulgan esos textos
impresos. Evidentemente, sin embargo, mientras dormíamos, el
diablo maquinó con renovada astucia. ¡Hasta qué punto es más
penetrante en el alma lo que los ojos pueden ver que lo que
puedan leer de los libros de ese género! ¡Hasta qué punto
más devastadora para las mentes de los adolescentes y niños
es la palabra hablada y el gesto apropiado, que una palabra
muerta impresa en un libro. Por tanto es urgente sacar a las
gentes de teatro de nuestras ciudades, como lo hacemos con
las almas indeseables.”
Por tanto, la única solución a la crisis se basa en la
esperanza de que se organice una gran caza de brujas contra
nosotros y especialmente contra la gente joven que desea
aprender el arte del teatro: Una nueva diáspora de
Comediantes que, desde tal imposición, sin lugar a dudas
provocará beneficios inimaginables por el bien de una nueva
representación.
Darío Fo
Darío Fo, nacido el 24 de marzo de 1926, es un autor,
director teatral, actor y compositor italiano satírico,
premiado con el Nobel de Literatura en 1997. Su obra
dramática emplea métodos cómicos de la antigua commedia
dell’arte italiana, un estilo de teatro popular entre las
clases trabajadoras. La obra de Fo se caracteriza por la
crítica al crimen organizado, corrupción policial,
asesinatos políticos, la doctrina de la Iglesia Católica y y
el conflicto de Oriente Medio.
La primera experiencia teatral de Fo fue colaborando en
teatro de variedades satírico en pequeños cabarets y
teatros. Él y su mujer, la actriz Franca Ramé, fundaron la
Compañía Darío Fo-Franca Ramé en 1959, y sus sketches
humorísticos en el programa de televisión Canzonissima les
convirtieron rápidamente en personajes públicos populares.
Poco a poco desarrollaron un teatro de propaganda política,
a menido blasfemo y escatológico, pero enraizado en la
tradición de la commedia dell’arte y etiquetado con lo que
Fo llamó “ izquierdismo no oficial”.
En 1968 Fo y Ramé fundaron otro grupo, Nuova Scena, ligado
al Partido Comunista Italiano, y en 1970 crearon el
Colectivo Teatral La Comuna y comenzaron una gira por
fácbricas, parques y gimnasios.
Fo escribió unas 70 obras, siendo coautor de algunas de
ellas con Ramé. Entre sus obras más populares están Muerte
accidental de un anarquista (1974) y ¡Aquí no paga nadie!
(1974).
Como intérprete, Fo es famoso por su gran éxito Misterio
Buffo (1973), basado en obras religiosas medievales pero tan
tópicas que el espectáculo cambiaba con cada público. Sus
últimas obras, algunas escritas con Ramé, incluyen Toda la
casa, la cama y la iglesia; Un orgasmo adulto; Trompetas y
frambuesas (1981); Partes femeninas (1981); Pareja abierta
(1983); El hombre desnudo y el hombre de frac (1985); y El
Papa y la bruja (1989).
Sus obras, especialmente Misterio Buffo, se han traducido a
30 idiomas y, cuando se han representado fuera de Italia, se
han modificado a menudo para reflejar la política local y
otros asuntos. Fo anima a directores y traductores a
modificar sus obras para ajustarlas, tal y como lo ve de
acuerdo con la tradición de la commedia dell’arte de
improvisación sobre el escenario.
Fo actualmente es propietario y dirige una compañía teatral
junto a Franca Ramé.
En cuanto al Premio Nobel de 1997, el comité destacó a Fo
como un escritor “que emula los bufones de la Edad Media
flagelando a la autoridad y defendiendo la dignidad del
oprimido.
«El Día Mundial del Teatro fue creado en 1961 por el
Instituto Internacional del Teatro (ITI). Se celebra
anualmente el 27 de marzo por los Centros ITI y la comunidad
teatral internacional. Varios eventos teatrales nacionales e
internacionales son organizados para conmemorar esta
ocasión. Uno de los más importantes es la circulación del
Mensaje Internacional del Día Mundial del Teatro a través
del cual, por invitación del ITI, una figura de talla
mundial comparte sus reflexiones sobre el tema de Teatro y
una Cultura de Paz. El primer Mensaje Internacional del Día
Mundial del Teatro fue escrito por Jean Cocteau (Francia )
1962.
Primero fue en Helsinki, y luego en Viena, en el 9º Congreso
Mundial del ITI en junio de 1961 que el Presidente Arvi
Kivimaa propuso en nombre del Centro Finlandés del Instituto
Internacional de Teatro que un Día Mundial del Teatro sea
instituido. La propuesta, respaldada por los centros
escandinavos, se realizó por aclamación.
Desde entonces, cada año el 27 de marzo (fecha de la
apertura de 1962 del “Teatro de las Naciones” temporada en
París), el Día Mundial del Teatro se celebra en muchas y
variadas formas por los Centros Nacionales del ITI de los
cuales en la actualidad hay casi cien en todo el mundo.
Cada año, una figura sobresaliente en el teatro o una
persona excepcional en corazón y espíritu de otro campo, es
invitada a compartir sus reflexiones sobre el teatro y la
armonía internacional. Lo que se conoce como el Mensaje
Internacional se traduce en más de 20 idiomas, leído por
decenas de miles de actores antes de las presentaciones en
teatros de todo el mundo e impreso en cientos de diarios.
Colegas en el ámbito audiovisual dan una mano fraternal, más
de cien estaciones de radio y televisión que transmiten el
Mensaje a los oyentes en todos los rincones de los cinco
continentes.»
* Organización Mundial para las Artes Escénicas
|