He sentido vergüenza ajena al leer
el informe de la inspección educativa de Madrid de las
oposiciones para lograr una plaza fija de de maestro, lo que
hubiera supuesto un motivo de escándalo público en cualquier
país avanzado del mundo mundial.. Sólo un 13% superó las
pruebas y algunas de las repuestas a las preguntas de
conocimiento general son un auténtico bochorno para el
sistema educativo de este país.
Desde escribir con ”v” el verbo beber, responder que Ávila
está bañada por el mar, que Valladolid se escribe con “b” o
que el Duero pasa por Madrid. Manda…la cosa.
Nada me llega a extrañar de semejantes barbaridades, cuado
desde siempre he manifestado mi opinión de que el sistema
educativo es malo con avaricia. Un sistema educativo que ha
ido cambiando, según el partido que estuviese gobernando en
esos momentos, donde, por supuesto, nada de lo que habían
hecho los contrarios era bueno y había que cambiarlo. Así,
de esa forma, hemos cambiado el sistema educativo cada dos
por tres.
No entiendo, porque es imposible entender, que un niño pueda
pasar al curso en el que tiene que hacer una recta, cuando
no sabe sumar. Y mucho menos entiendo que si a un nene le
quedan par de asignaturas y el papá solicita que se las
aprueben, hay que aprobarlo. Esto no se le ocurre ni al que
asó la manteca colora.
Me viene a la memoria, el sistema educativo antiguo, lo
hiciera quien lo hiciera, que eso me importan tres pepinos,
donde los alumnos, sin necesidad de ordenadores, ni
calculadoras, conocían perfectamente, sobre un mapa mudo,
señalando con un puntero, donde estaba ubicada cualquier
ciudad de España, sus cordilleras, sus ríos, el nacimiento
de los mismos, por donde pasaba, por donde desembocaba y sus
afluentes, le entraran por la derecha o por la izquierda..
Aquel grado medio y superior contenía todo lo que había que
saber, para cuando llegase la hora de acudir al examen de
ingreso, lo aprobasen sin un mayor esfuerzo. Y que conste,
en acta, que no se podía aprobar con tres faltas de
ortografía, un conocimiento amplio de Literatura, Geografía
o Matemáticas.
Los libros, en aquella época, les valían para que sus
hermanos menores pudiesen estudiar, sin necesidad de que sus
padres, cada año, tuviesen que gastarse una pasta gansa en
adquirir otros libros.
Era tan buen sistema educativo, que cualquiera de aquellos
niños, hoy padres de familia, con los años que han
transcurridos, si se hubiesen presentado a esos oposiciones
en Madrid para lograr una plaza fija de maestro, visto y
comprobado el enorme éxito de los que se han presentado a
las mismas, esos niños del ayer, aquella generación, sin
necesidad de repasar los temas, hubiesen optados a una plaza
de catedráticos, en comparación con estos maestros, que se
han presentado a las oposiciones en Madrid.
Con ese gran éxito alcanzado por todos esos genios de la
educación española, qué más hace falta para que, de una vez
por todas, el sistema educativo español cambie de arriba a
bajo y dejemos de ser el hazmerreír de toda Europa.
|