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El hecho de que Ceuta se encuentre
a la cabeza en la integración en la Red Nacional de
Emergencias es un hecho significativo y por ende, de un
valor notable por lo que supone de cara a la seguridad de
las personas y de la prevención en cuestión de emergencias.
Bien se sabe que siempre suele decirse que mejor que no pase
ninguna desgracia pero, para el caso que se produzca, los
diferentes elementos implicados en la actuación de
emergencias han de estar perfectamente sincronizados para
una adecuada actuación de eficacia.
Que Ceuta sea pionera de esta Plataforma recientemente
creada en la Red Nacional de Emergencias de la Unidad
Militar nos sitúa en una posición ventajosa para que nuestra
población cuente con las garantías necesarias para lograr
una respuesta eficiente de los diferentes elementos
implicados, obteniendo una visión común y única, que lleve a
unos resultados satisfactorios en momentos críticos, donde
hay mucho nerviosismo y puede darse bastante confusión. La
puesta a punto para reducir al máximo los tiempos de
respuesta, puede representar salvar vidas humanas. De ahí
que la incorporación a través del 112 con un espacio en la
Plataforma del RENEM es un asunto básico por la
interconexión a los organismos públicos de este ámbito que
implica no estar solos y contar con el apoyo logístico
necesario para afrontar situaciones catastróficas. Al
incorporarse Ceuta a la tecnología que coordina todo los
dispositivos de emergencia a nivel nacional, nos hacemos
partícipes de un entramado que impulsa de forma muy activa
las intervenciones en cuestión de emergencias. El simulacro
que está previsto para el próximo mes en nuestra ciudad,
bajo el supuesto de rescates a consecuencia de una
catástrofe sísmica, motivará la aplicación de nuevas
técnicas que servirán para evaluar la capacidad de respuesta
en la búsqueda de personas tras derrumbamientos de
edificios.
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OPINIÓN / EDITORIAL
