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sociedad - LUNES, 25 DE MARZO DE 2013


Instalaciones de Atención Temprana del Imserso. gilabert.

imserso
 

“La implicación de los padres es muy importante en Atención Temprana”

El Imserso ofrece este servicio a niños de 0 a 6 años con algún tipo de patología; el equipo lo componen una logopeda, un fisioterapeuta y un psicomotricista
 

CEUTA
Ángela Gilabert

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El Imserso, a través de la Atención Temprana, atiende a niños desde los cero hasta los seis años. Su objetivo es tratar, de forma preventiva o con terapia, a los pequeños que presentan cualquier tipo de patología, desde bebés prematuros a niños con Síndrome de Down o Torticolis congénita. El equipo que presta este servicio lo componen un psicomotricista, Francisco Villegas; un fisioterapeuta, Raúl Moreno, y una logopeda, María Jesús Fernández. Los especialistas aseguran que es imprescindible que los padres se impliquen en el tratamiento y que en patologías leves el 90 por ciento no necesita más tratamiento.

El Imserso también atiende a los menores. Aunque el propio director territorial del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), Alfonso Grande, afirma que esta rama es la menos conocida por la inmensa mayoría de la población. “La gente suele relacionar al Imserso con los viajes de los mayores, pero hacemos mucho más. Un claro ejemplo es la Atención Temprana a niños de 0 a 6 años”.

El equipo que presta este servicio lo componen un psicomotricista, Francisco Villegas; un fisioterapeuta, Raúl Moreno, y una logopeda, María Jesús Fernández.

El Imserso, a través de la Atención Temprana, atiende a niños desde recién nacidos hasta los seis años. Su objetivo es tratar, de forma preventiva o con terapia, a los pequeños que presentan cualquier tipo de patología. Desde bebés prematuros a niños con Síndrome de Down o Torticolis congénita. Moreno asegura que lo más frecuente son las daños cerebrales infantiles y pies zambos.

Los más pequeños suelen llegar a Atención Temprana derivados por su pediatra. Los más mayores, del colegio. Ahí les han detectado alguna patología. En el menor de los casos son los padres. Pero siempre el Equipo de Valoración y Orientación (EVO) del Imserso debe realizar un informe en el que establece el grado de discapacidad y deriva a los usuarios a Atención Temprana. Esta es la valoración previa sobre la que trabajan estos tres especialistas.

En un alto porcentaje, los niños con alguna patología primero son tratados por el especialista en fisioterapia y cuando ya se consigue cierta madurez comienzan con los trabajos psicomotrices. Y, por último, si es necesario, por logopedia. Los tres especialistas aseguran que, generalmente, si hay un retraso psicomotor también existirá en la lengua.

El fisioterapeuta, Raúl Moreno, pone como ejemplo a menor con daño cerebral. “Suelo aplicar el método de ‘Metayer’ que se basa en niveles de evolución motriz, es decir, posturas que el niño tiene que adquirir de forma encadenada, lo que facilita que las consiga. Pasar de boca abajo, a postura con manos, etc.”, afirma Moreno.

Asimismo indican que lo habitual es que a los tres años ya pasen al colegio, pero hay madres que esperan hasta los seis y siguen atendiéndolo.

Moreno también trabaja según las pautas de la osteopatía, que asegura que es más desconocida, con la que se consigue disminuir la intranquilidad e irritabilidad y proporciona muy buenos efectos en torticollis. “Los resultados son muy espectaculares, y a algunos pediatras les cuesta recomendarlos, aunque cada vez menos”.

A medida que se consiguen logros y posturas, se comienza a trabaja la psicomotricidad. Por ejemplo, si existe retraso en la manipulación o en la coordinación. “En psicomotricidad trabajamos el esquema corporal, coordinación dinámica general, motricidad gruesa, el espacio y el tiempo”, asegura el Francisco Villegas. El objetico es intentar acercar a la edad mental con la edad cronológica. Al tratarse de niños muy pequeños, los ejercicios suelen ser sencillos, por ejemplo meter cubos en una taza, asociar figuras geométricas o crear estructuras de cubos.

Cuando estos pequeños, que los han tratados anteriormente, ya han adquirido una serie de conductas, se derivan a logopedia. Asimismo, María Jesús Fernández indica que un amplio grupo de pequeños a los que atiende tienen unos dos años y medio y aún no hablan. “Suelen venir derivados del pediatra porque van a empezar el colegio y la madre está preocupada porque aún no consigue hablar”, asegura la logopeda.

Fernández asegura que los trastornos simples del lenguaje, como dislalias, son los más comunes y en un 90 por ciento acaban el tratamiento sin necesidad de continuarlo después. “También tratamos trastornos graves del lenguaje, que pueden estar unidas a patologías como Autismo, en este caso trabajamos la comunicación global.

“La ayuda de los padres y del entorno es imprescindible”, aseguran los tres especialistas. “El objetivo es conseguir una serie de habilidades, pero en un par de sesiones que acuda el niño a la semana, no lo va a integrar”. El trabajo debe continuar en casa y hacer participes de los ejercicios a los padres. “Un 50 por ciento del trabajo es nuestro y otro tanto de los padres”, sentencia Moreno.

También han trabajado en guarderías, pero consideran que es mejor realizar el tratamiento en la sala porque disponen de todos los medios y así los pequeños se acostumbran a otros ámbitos. Asimismo, han trabajado con hidroterapia, pero el agua de la piscina no ofrecía la temperatura adecuada.
 

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