Es lo que vamos a comenzar, de
aquí a muy pocas horas, tras haber dejado atrás el Viernes
de Dolores.
Y en esta pasión creo que podremos colocar, antes de nada,
todos los problemas que los desahucios vienen dejando, sin
olvidarnos de la serie de engaños, con distintos nombres,
que han ido regando los bancos y que tendrán que pasar
cientos de años para recuperar, veinte generaciones después,
los ahorros que, especialmente, los viejos habían juntado y
que los listos de la banca se los limpiaron.
Hace dos días me encontraba con un colega de profesión que
ejerce en el mismo instituto que yo y me comentaba que le
acababan de dar el susto del año, cuando habían ido a echar
mano a un dinero que creían tener de su difunto padre, para
pagar la residencia de su madre, y se habían encontrado con
que más de 50.000€ se “habían perdido” en el propio banco,
en uno de esos productos que tantos disgustos vienen dando.
Aquí no es que hablemos de Semana de Pasión, sino de la
pasión de por vida, por la desvergüenza de la banca y la
falta de unas leyes para atajar las felonías de tanto
vampiro como anda suelto.
La Semana de Pasión ha llegado tras la visita de los
miembros del COI para ver si Madrid reúne las condiciones
para ser sede olímpica en 2020. Largo me lo ponéis. Pero
para dar la nota ahí estuvieron los sindicatos ¿Cómo no?,
para poner la guinda con una huelga del Metro, en Madrid,
durante los días que los miembros del COI estaban en Madrid.
No me cabe la menor duda, los auténticos artífices de la
mayor parte de los problemas de nuestro país son los
sindicatos, que en vez de trabajar por la búsqueda de la
mejora, lo que hacen es actuar como en el siglo XIX,
tratando de romper la buena marcha de aquellas empresas que
funcionan y buscando la actuación de los que ningún interés
tienen por el trabajo y el progreso.
Desde ahora, con todo, si es que las olimpiadas del 2020 no
se las conceden a Madrid ya saben quien puso la “primera
china” en la planta del pie para que los juegos olímpicos se
fueran a otra parte.
Y dando la vuelta a la situación, en esa pasión tendrá que
haber, también, un punto de arrepentimiento, con lo que a lo
mejor al haber pasado el Domingo de Resurrección ya
tendremos un nuevo Urdangarín, una nueva saga de los Pujol,
un nuevo Bárcenas ... y unos nuevos..., pero eso sí, que con
el arrepentimiento vayan devolviendo lo mucho que
“levantaron” de su sitio.
Estamos, pues, a punto de entrar en la Semana de Pasión.
Antes, cuando yo era mucho más joven, casi por “decreto
eclesial”, el Domingo de Ramos era día de confesiones y de
ponerse a bien con toda la divinidad.
El escaparate se adornaba. Algo era, lo malo es que no se
pasaba del escaparate. Ahora, cuando han corrido cuarenta,
cincuenta o más años, ya no se arregla ni el escaparate,
cuanto más la trastienda.
Estas son las cosas que tenemos, es a lo que hemos llegado,
tras pasar por múltiples circunstancias, también, en unos
días en los que parece que se piensa más en el cielo que en
los problemas que nos rodean en la tierra que estamos
pisando.
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