Un empresario ceutí, más que
conocido, me dijo un día que la mejor inversión de su vida
había sido aliarse con Juan Luis Aróstegui. Ponerse
en sus manos. Con el fin de estar siempre protegido por la
Casa Grande. Que es como Juan Vivas llamó siempre al
Ayuntamiento. El mismo empresario no tuvo el menor
inconveniente en confesarme, durante un momento de euforia,
debido a que su patrimonio había mejorado, que procurase
tratar bien al sindicalista, porque éste es de los políticos
que cumplen sus promesas.
Otro empresario, hijo de otro hombre de negocios muy
reputado en la ciudad, me abordó un día para proponerme una
ayuda a cambio de que no molestara con mis opiniones al que
hoy es líder de la coalición Caballas. Le dije que nones.
Eso sí, dado que sentía y siento afecto por su familia, la
familia del empresario, claro, me hice el propósito de no
mencionar su nombre. A pesar de contar con testigo de la
proposición.
¿Qué tendrá Juan Luis Aróstegui me preguntaba yo entonces
para que los empresarios lo tengan en tanta consideración?
Mejor dicho: algunos empresarios. Pues bien, esa misma
pregunta me la he vuelto a hacer tras ver lo ocurrido en el
pleno del martes pasado (Por cierto, a ver si alguien le
dice a ese muchacho del PP, cuyo nombre no me sé, que mascar
chicle en el escaño, de manera convulsiva, siendo además
atención permanente de las cámaras, además de mal gusto deja
a su partido en muy mal lugar).
Empresario es también Antonio García Gaona. El cual
se viene beneficiando de su amistad con Aróstegui. De ahí
que esté tan seguro de cuanto hace y dice y día llegará, al
paso que va, que se atreverá a pedir la sala de estar del
edificio municipal y le será concedida para que instale allí
una agencia de viajes que rompa moldes en el mundo del
turismo.
De momento, y gracias a esa amistad mantenida con Aróstegui,
García Gaona ha conseguido que éste haya visto con buenos
ojos la cesión de una parcela –gratis total- en pleno centro
a la Federación de Fútbol de Ceuta. Con la necesidad de
terrenos que existen en la ciudad para construir edificios
que cumplan otras necesidades más urgentes que una sede de
la federación, estancia recreativa y otros inventos para
cumplir con el expediente del pelotazo.
La amistad del presidente de la Federación de Fútbol de
Ceuta con nuestro Lawrence de Arabia, que así es
conocido el sindicalista por sus más íntimos, está
respaldada por el empresario que sigue jactándose de que
llevarse bien con Aróstegui proporciona dividendos
cuantiosos. Y, cómo no, por ese otro que no se corta lo más
mínimo, cuando se le calienta la boca, por estar a gustito,
más o menos como se ponía Ortega Cano, en decir que
quien no acepta las reglas del juego de quien más manda en
la Casa Grande será castigado a padecer los males del
Averno. Una cursilería adecuada al personaje. En rigor, lo
que viene ocurriendo no me sorprende lo más mínimo. Porque
conozco a los Fulanos que están jugando entre bastidores
para hacer lo que han hecho siempre: unirse entre ellos para
obtener cuantiosos beneficios. Y si es posible condenar a
quienes detestan porque sí.
Y es que ser bajito, calvo, feo, o…, ya saben ustedes, es
una condición. Sin duda alguna. Pero los hay que, además de
tener poder y dinero, necesitan con urgencia mirar hacia
arriba y no marearse. Lo quieren todo. Y no puede ser. Así
que viven como don Quintín el amargao. Y si pudieran
embestir lo harían…
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