La Audiencia Provincial de Ceuta ha condenado a cuatro
agentes de la UIR por diversas faltas de lesiones y un
delito contra la integridad moral de los que le acusaban el
propietario de ‘Almacenes Susi’ y su hijo, que a su vez
estaba también acusados de delitos de atentado de los que
han sido absueltos. La defensa recurrirá la sentencia al
Tribunal Supremo.
La Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta
ya ha dictado sentencia en el caso de las denuncias cruzadas
por lesiones entre los propietarios de ‘Almacenes Susi’ y
cuatro agentes de la Unidad de Intervención Rápida (UIR) de
la Policía Local por una actuación que tuvo lugar en mayo de
2010. Después de casi seis meses de espera desde que se
celebrara el juicio, el tribunal ha publicado la sentencia
en la que se condena a los cuatro agentes acusados y se
absuelve a los dueños (padre e hijo) del comercio donde se
produjeron los hechos. La Audiencia Provincial ha
considerado culpables a los policías de diversas faltas de
lesiones por las que se le imponen penas de multa de 1.200
euros a dos de ellos (F.J.G.R. y A.F.J.G.) y de 2.400 a
otros dos (J.R.G.O. y J.M.L.C.), por dos faltas. Además, el
tribunal también impone una pena de cárcel de un año y seis
meses para J.M.L.C. por un delito contra la integridad moral
por el que además se le inhabilita durante tres años y
cuatro meses para el ejercicio de las funciones de
integrantes de las fuerzas y cuerpos de seguridad estatal,
autonómica o local.
Tras conocer la sentencia, la defensa ha decidido recurrirla
ante el Tribunal Supremo porque entiende que los magistrados
de la Audiencia Provincial sólo han tenido en cuenta el
testimonio de los propietarios de ‘Almacenes Susi’. Además,
el letrado alega que no existe ninguna prueba tangible que
acredite que los agentes agredieron a los empresarios más
allá de las declaraciones de los otros dos acusados (M.E.H.
y A.E.T.).
Los hechos tuvieron lugar el 4 de mayo de 2010, cuando los
agentes se personaron en ‘Almacenes Susi’ para precintar el
lugar ante el peligro de desprendimiento de materiales
procedente del talud rocoso situado junto a el. Los agentes
aseguraron en el juicio que el propietario del local se negó
a facilitarles la documentación y a abandonar la nave,
además de que su hijo le propinó una patada a uno de ellos.
Mientras, M.E.H. denunciaba que los agentes le agredieron
con las defensas y que, incluso, uno de ellos le pegó un
puñetazo en el ojo ya dentro del furgón, que le esposaron y
le insultaron.
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