La situación patética que se vivió
en el Pleno de ayer, con un grupo de la oposición, Coalición
Caballas, constituído como un apéndice del Gobierno de Juan
Vivas para consumar una entrega graciable del patrimonio de
todo el pueblo de Ceuta a la Federación de Fútbol de Antonio
García Gaona, nos demostró el “teatrillo” de Aróstegui
cuando se refiere al Plan General de Ordenación Urbana y
alude a los “pelotazos”.
Lo de ayer, desde luego, no fue un “pelotazo”, sino más
bien, un golazo por toda la escuadra a los ceutíes que pasan
hambre y necesidad, a los que las ayudas sociales no les
llega, a ese colectivo con el que tanto se identifica a
Caballas, a los desfavorecidos, a los que están en el umbral
de la pobreza, a los sin techo, a los que no tienen ni lo
más imprescindible, a todos esos, traicionó ayer en el Pleno
con su voto complaciente y servil, Coalición Caballas
apoyando a un Gobierno al que no le duelen prendas para
entregar gratuitamente, con la que está cayendo (de recortes
a los funcionarios, de planes de ajustes y sostenibilidad,
con deudas a proveedores, con pérdida de paga extra a
funcionarios y laborales) a la Federación de Fútbol de
Ceuta, una parcela de cuyo valor económico nunca se habló.
Este Gobierno tan sensible -como dice- con el ámbito social,
hizo ayer un alarde de “generosidad” y demostración que los
intereses generales de este pueblo poco le importan,
cediendo gratuitamente, como si de una donación magnánima se
tratara, a la Federación de Fútbol, de una parcela que daba
la sensación que no le hacía falta ni para construir
colegios, ni para edificar equipamientos sociales, ni para
centro de acogida de los más pobres. Una parcela que le
sobraba.
Si mal está que un Gobierno sea insensible a tanta misería
humana en tiempos de crisis, más escandaloso es que un grupo
como Coalición Caballas se entregue en sus brazos sin ningún
pudor. Ya conocen el refrán: “Dios los cría y ellos se
juntan”.
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