El ciudadano al que la Ciudad derribó su casa al quedar
en estado de ruina por la obra ilegal de un vecino se
mostraba ayer indignado por la respuesta que desde Fomento
se dio a su denuncia pública del caso, negando la existencia
de sus demandas. Jesús Sánchez Baglietto presentó su primera
denuncia en 2005 y el caso está ahora en manos del TSJA.
Jesús Sánchez Baglietto, el vecino afectado por una obra
ilegal en el Recinto Sur, se muestra indignado por la
respuesta “sinvergüenza” que se ha dado respecto a su caso
por parte de la subdirectora general de Fomento, Carolina
Pérez, quien negó que en este departamento exista constancia
de denuncia alguna, ni ante la Ciudad ni judicial. No
obstante, no es la primera vez que en Fomento le dicen que
no existe alguna de las denuncias interpuestas por él, tanto
en la Ciudad, como en la policía y en los Juzgados. Este fue
el caso, explica, de la segunda queja que puso en la
Consejería de Fomento. Cuando preguntó por el expediente de
disciplina urbanística abierto contra las vecinas que habían
recrecido su vivienda sin licencia, le negaron su
existencia, aunque tras personarse en dependencias
municipales logró que le dieran una copia. Sin embargo,
cuando su abogado pidió otra copia y fue a recogerla, “ese
papel ya no estaba”. “Me dijeron que no aparecía en el
ordenador y les contesté, pero si yo lo tengo de antes cómo
es que ahí no aparece...”, relata. “Es una mentirosa
compulsiva, a no ser que se lo hayan ocultado, pero no creo,
¿cómo le van a ocultar un tema de esta índole?”, concluye en
respuesta a la subdirectora de Fomento.
El protagonista involuntario de esta rocambolesca historia
lamenta que las dos mujeres titulares de la vivienda ilegal,
que construyeron sin permiso una planta nueva y un
castillete en una casa que originariamente era de planta
baja, “se hayan lucrado con su venta y se hayan llevado el
dinero de Ceuta a Barcelona, que es donde viven ahora”,
mientras que él ha perdido la suya, declarada en ruina, y
además, ve cómo la Ciudad le reclama los 4.000 euros del
derribo, realizado de oficio. El hombre, que es militar,
reside en una vivienda de Defensa, pero la del Recinto era
la que tenía para cuando se jubilara. “Ahora no vivía allí,
pero cuando me jubile tengo que dejar el pabellón militar y
esa casita era la que teníamos mi mujer y yo para la
jubilación”, se lamenta. “Encima -apostilla- según el
ayuntamiento y el juez (en una sentencia que está apelada
ante el TSJA), la culpa de la ruina la tengo yo por no
arreglar las grietas”. Además de su casa, recuerda, se
declararon en ruina inminente otras tres situadas junto al
inmueble ilegal, que los técnicos señalaron como causante
del hundimiento del terreno que provocó los daños
irreparables en todas ellas.
Pero no sólo eso, Sánchez Baglietto denuncia también que
después de tirarle la casa, la Ciudad, sin consultarle, “por
la cara”, asegura, entró en su terreno “y levantó un muro de
bloques de hormigón para que no le entrara agua, humedad, a
la casa ilegal”. “Hasta ahí llega la cosa -agrega-, eso lo
han pagado todos los ciudadanos de Ceuta, le hemos pagado el
muro a la casa ilegal para que no le entre humedad”.
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