La Sereco (Sección de Reconocimiento) la componen trece
militares, encuadrados en un equipo de mando, un pelotón
topográfico y otro de navegación y buceo. Pertenecen al
Batallón de Zapadores del Regimiento de Ingenieros nº 7 y
realizan, entre otras funciones, labores de reconocimiento
de playas y pantanos, inmersiones, búsquedas y reflotes y
transporte de personal y medios mediante embarcaciones a
motor. El capitán Fernando Rodríguez Morejón explica a EL
PUEBLO, durante varios ejercicios de entrenamiento, cuáles
son las “capacidades” de la Sereco y destaca que es un
trabajo “muy dinámico”.
Dicen que son quienes más ejercicio físico deben realizar,
los “elegidos” entre un numeroso grupo que quiere optar al
puesto. “No sólo tenemos que correr, también meternos en el
agua, por mucho frío que haga”. Han de tener que tener
además un óptimo estado de salud. Pero son -aseguran ellos
mismos- los que mejor se lo pasan. Realizan, como destaca el
jefe de la compañía de apoyo, el capitán Fernando Rodríguez
Morejón, el trabajo “más dinámico”.
EL PUEBLO pasó una jornada de trabajo y ejercicios de
entrenamiento con la Sereco, la Sección de Reconocimiento
del Batallón de Zapadores del Regimiento de Ingenieros nº 7
(Ring-7). Son los encargados de operar bajo el mar dentro
del regimiento más antiguo del arma, con más de doscientos
años de antigüedad. Aunque operaciones específicas como las
de buceo comenzaron a realizarlas en 1960, cuando efectuar
actividades bajo el mar empieza a ser una “necesidad”. No
fue hasta 1977 cuando se creó, en Zaragoza, la primera
sección de actividades anfibias. Desde entonces, los
militares que quieren pertenecer a este grupo deben formarse
en dicha zona.
La Sereco ceutí fue la encargada de realizar el trabajo de
reconocimiento en la operación ‘Libre Hidalgo XVI’, en el
Líbano. También colaboran con entidades civiles deportivas
para recuperar material hundido, ejercen labores de
reconocimiento en el fondo del puerto y en los cascos de
buques. Por ejemplo, participaron en el año 2005 en dichas
labores cuando se necesitó hundir el barco Santa Teresa de
Ávila. A estas funciones le suman otras como la elaboración
de mapas temáticos, dar información sobre vías de
comunicación, el control de obstáculos, el reconocimiento de
orillas y playas, trabajos de inmersión de diferente índole,
búsquedas y reflotes y extracción de objetos como vehículos,
fotografía y video subacuático y transporte de personal y
medios en embarcaciones a motor.
Para realizar todas estas actividades disponen de un equipo,
del que destacan tres embarcaciones: dos Zodiac FC470
plegables con 4,70 metros de eslora y capacidad para diez
personas y una embarcación semirígida Crompton, con 10,5
metros de eslora, dos motores y 14 plazas, que permite
operar en condiciones metereológicas adversas. Cada uno de
los militares pertenecientes a esta sección disponen de
equipos de buceo, brújulas acuáticas y demás material.
Además, necesitan formación específica, pues es haber
realizado estos cursos uno de los requisitos imprescindibles
para solicitar plaza en esta demandada unidad, tal como
destaca el capitán Rodríguez, quien alaba las “capacidades”
del equipo que dirige. Por su parte, el teniente José Bayo
es el jefe directo de la Sereco.
La Sereco está compuesta por trece militares, encuadrados en
un equipo de mando, un pelotón topográfico y otro de
navegación y buceo.
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