Rubalcaba es un líder desacreditado, desautorizado y
cuestionado.
Rubalcaba no se entera y toma sus decisiones en función de
lo que le dice la gente y los medios de comunicación.
Resulta sorprendente que no tenga criterio para darse cuenta
que una moción apoyada por una persona condenada por acoso
es un gesto machista.
Tenemos un número uno socialista contestado en Galicia, en
Madrid, no respetado en Castilla y León y desobedecido
públicamente en Cataluña.
España necesita un líder en la oposición que contrapese al
Gobierno y hoy Rubalcaba no contrapesa ni a su propio
partido.
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