Es lo que parece que buscan
ciertos responsables de los que debieran intentar que este
país vaya a mejor. Y digo esto porque me parece indignante
que para dejar “bonita”, que eso ya lo veremos, una zona
cercana a la frontera, se haya eliminado, de un plumazo, una
gasolinera que daba empleo a cinco personas, y que ahora
tendrán que ir a engrosar el paro.
Y mientras estos van al paro, los que estaban en sus
despachos van a seguir en ellos, con unos sueldos a la
altura de primeros ministros y sin importarles un comino que
cinco familias más sean, desde ahora, los que tienen que
empezar a buscarse un lugar al sol.
Según parece, la cosa ya venía de largo, y el empresario
autónomo, uno de tantos que podía ir comiendo y podía dar
trabajo a cuatro empleados más, llevaba media docena de años
negociando con la Ciudad que, como siempre, “se lava las
manos como Pilatos” y le remitía a la futura aprobación del
PGOU.
Ayer mismo yo decía que no fui, ni voy a ir, a una
manifestación que convoquen los sindicatos, porque todos
ellos me parecen impresentables, pero mirándolo bien, en
casos como éste, la Ciudad, sus dirigentes, se tienen bien
ganada no una, sino una docena de manifestaciones, a la
puerta de su despacho o en las inmediaciones de sus casas.
Porque ya me dirán qué vamos a ver desde ahora ahí donde
estaba esa gasolinera, posiblemente, un estercolero más, de
los muchos que aparecen a lo largo de la costa.
Definitivamente, la gasolinera del Tarajal ha sido
eliminada, no podemos decir que ha echado el cierre, eso sí
tras varios años, me dicen que seis, tratando de salvarla su
propio dueño, en los tribunales y con cientos de
negociaciones con la Ciudad.
La Justicia ha rechazado los argumentos de “interés público”
de este servicio, por su ubicación junto a la frontera y han
prevalecido los preceptos de la Ley de Costas.
La Ley de Costas. Está bien, pero ¿Se van a atrever con todo
lo que está en esas mismas situaciones junto al mar?. Habrá
que esperar a ver las reformas de las costas, tocando en la
misma Ceuta, o en la zona cercana a la frontera, donde hay
establecimientos, viviendas y alguna iglesia. ¿Se van a
atrever a cargarse todo eso, por la Ley de Costas?.
Aquí, una vez más, ha faltado la sensibilidad y se ha ido a
la creación de “fuegos artificiales”,cuando esta pequeña
empresa estaba dando trabajo, en la actualidad, a cuatro
empleados, además de al propio autónomo.
Y digo que no ha habido sensibilidad porque, durante casi
seis años, el dueño de esta gasolinera ha tratado, aunque no
le hayan hecho caso, que la Ciudad le hubiera proporcionado
un lugar para colocar allí esa misma gasolinera.
Mala suerte ha tenido este autónomo con que haya llegado “su
hora” en una época en la que no hay elecciones. Con todo, y
esto hay que irlo apuntando en las agendas particulares,
cuando llegue la hora de ir a votar, más de uno, entre otros
este autónomo, su familia, sus cuatro empleados y las
familias de éstos deberán hacer tres cortes de manga a la
Ciudad y a los que la gobiernan hoy, por no haber tenido la
sensatez de proporcionar, antes de desmantelar ésta, una
zona donde poder instalar un servicio tan necesario como es
una gasolinera.
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