En este mes de marzo, desde el Partido Popular de Ceuta,
queremos hablar con palabras de ánimo y aliento por todas
las mujeres que luchan a diario por ocupar el puesto que les
pertenece, por derecho, dentro de todos los ámbitos de la
sociedad. Porque la igualdad es, a fin de cuentas, el
reconocimiento por el que desde siempre han luchado todas
las mujeres. Este mes se ha conmemorado el Día Internacional
de la Mujer, por tanto, es el mes de la mujer por
antonomasia, sin menoscabo de que todos y cada uno de los
días del año deberían ser destinados a su causa. Y eso es
así, porque las mujeres son el centro neurálgico del
nacimiento de un país, durante años han contribuido de
manera sigilosa a la causa de la sociedad, dando más de lo
que se les reconocía. Y son muchas las mujeres de espíritu
fuerte y originario que han impulsado e impulsan la vida
social en igualdad. Así, al día de hoy, todavía la callada
historia, sabedora de su gran aportación en todas las
civilizaciones, sigue silenciándolas.
Y entre estos espíritus fuertes y originales nunca deberemos
olvidar a aquellas que defienden la igualdad entre hombres y
mujeres. Y entre algunas de ellas podemos recordar a una de
las pioneras en la lucha como Marie Le Jars de Gournay
(1565-1645), mujer culta y estudiosa quien decía que:
“estrictamente hablando, el ser humano no es ni masculino ni
femenino: los sexos distintos no están ahí para establecer y
señalar una diferencia, sino que sirven solamente para la
reproducción. La única característica esencial radica en el
alma dotada de inteligencia” Y esto, lo decía, porque estaba
convencida de que las mujeres podían emplear su intelecto y
adquirir el aprendizaje necesario para situarse al mismo
nivel intelectual que los hombres para, con el tiempo,
demostrar la igualdad de los sexos a este respecto. No fue
la única, y así, posteriormente, Olympe de Gouges
(1748–1793), autora de la primera declaración de los
derechos de la mujer en 1791, hablaba de la mujer como
persona y ciudadana con los mismos deberes y derechos que
los hombres, su máxima en la vida fue: “nadie es mejor que
nadie, todos y todas somos iguales y por tanto, sometidos al
imperio de la ley”.
Pero fueron muchas más las mujeres que demostraron que el
pensamiento no era solo algo de hombres y que ellas podían
también pensar, razonar y aportar a la sociedad como
iguales, algunos ejemplos de estas mujeres son: Hipatia,
Fintis, Marguerite Porète, Christine de Pizan, Teresa de
Ávila, Emily Dickinson, Rosa Mayreder, Rosa Luxemburgo,Lou
Andreas-Salomé, Simone Weil, Indira Gandhi, Simone de
Beauvoir, Sarah Kofman, Victoria Camps o Martha Nussbaum,
las hermanas Brönte, Safo, Victoria Kent, Clara Campoamor
Gabriela Mistral, Flora Tristán, Ana María Matute o Virgina
Woolf, etc.
La enorme tristeza de muchas de estas mujeres radica en que
permanecían al amparo del anonimato para no ser consideradas
personas non gratas por una sociedad machista, que incluso
para castigarlas, por tomarse atribuciones y opiniones que
no les correspondían, las sometían a métodos de tortura
denigrantes y letales diferentes a los hombres. No pudieron
conseguirlo y la labor de las mujeres siguió adelante,
siendo decisiva en la recuperación de los derechos
democráticos, que surgieron de las antiguas declaraciones de
derechos humanos, y donde de manera contundente se apostaba
por el derecho de toda persona a la libertad, a la igualdad,
a la educación, al trabajo, a la libertad de opinión y
comunicación, al derecho a la participación pública, etc.
Derechos con los que los hombres nacían, mientras que las
mujeres tuvieron que reclamarlos y reivindicarlos durante
siglos para conseguirlos.
Sin duda alguna, uno de los logros más importantes que
lideró la mujer, fue el derecho al sufragio, ya que el mismo
permitía participar a la mujer activamente en la vida
pública, decidiendo, por primera vez, el rumbo de una
sociedad. Todos y todas recordamos la labor de mujeres
luchadoras, como es el ejemplo de Clara Campoamor.
Por ello, ahora, a las sociedades modernas y avanzadas nos
toca clamar por estos derechos y así, exigiendo su respeto a
todos los sectores de la sociedad. Algunos dirán que en los
últimos años se ha avanzado mucho, y aunque en muchos
aspectos es así, las mujeres siguen llevando la carga de no
ser equiparada a los hombres por roles costumbristas donde
se ven resignadas a vivir solapadas por una ideología
patriarcal; de esta manera las mujeres siguen sufriendo sus
consecuencias.
La lucha por la igualdad de oportunidades sigue vigente.
Todavía se sigue demostrando que las mujeres están en
desigualdad con respecto a los hombres, sobre todo en el
ámbito laboral. Así pues, el último informe de la Brecha
Salarial presentado por el Ministerio de Sanidad, Servicios
sociales e Igualdad, pone de manifiesto que mujeres y
hombres no ganan lo mismo por la realización del mismo
trabajo o de trabajos de igual valor, es decir, la mujer
tiene que trabajar más para ganar lo mismo que un hombre,
siendo ésta una muestra flagrante de desigualdad que todavía
hoy, existe en nuestra sociedad.
A todo ello se le suma, las dificultades que encuentran las
mujeres para conciliar la vida familiar, laboral y personal,
así como la distribución de las responsabilidades familiares
y domésticas que, como sabemos, influyen en la decisión
sobre la elección de la trayectoria profesional. Todo esto,
hace que las mujeres tengan una vida laboral y profesional
discontinua incidiendo negativamente al tener que trabajar
menos horas, cobrar menos y lo que es peor, en detrimento de
su desarrollo profesional y perspectivas de futuro.
Por ello, desde el Partido Popular queremos alentar a toda
la ciudadanía para que apoyen la lucha que todavía libran
las mujeres, una lucha en la que debemos estar implicados
todos y todas, sin distinción de sexo, raza e ideología.
Quizás, esta causa, sea el mayor de los retos que tiene la
sociedad para con todas las mujeres. Consecuentemente, en el
Partido Popular de Ceuta queremos reconocer, el valor de la
lucha de las mujeres por la igualdad, y hacer público
nuestro compromiso por la igualdad de oportunidades,
manteniendo vivo y constante el llamamiento para trabajar
todos y todas por una sociedad mejor y más justa.
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