La mediocridad de la mayoría de la
clase política está más que demostrada. Esa mediocridad es
la que nos ha llevado a los españoles, a situar como su
cuarto problema a la clase política.
La clase política necesita una regeneración a fondo, para
que los españoles volvamos a confiar en ella y no nos
resulte un problema. La enorme corrupción existente, en
estos momentos, donde raro es el día que no nos desayunamos
con el conocimiento de que algunos han trincado, deja en muy
mal lugar a la clase política de este país a pesar, y de eso
no cabe duda alguna que hay políticos, en todos los
partidos, honrados que trabajan por el bien de todo los
españoles.
Cayo Lara el líder de IU, ha denunciado, y ha hecho bien a
Bárcenas y algunos de la cúpula del PP. Está en su derecho
para acabar con la corrupción pero… siempre existe un pero,
al líder de IU se le ha olvidado presentar una querella o
denuncia contra los que se han llevado calentito más de mil
millones de euros de los ERE que, precisamente, pertenecían
a la famélica legión, a los parias del mundo que él dice
defender.
Con ese detalle, personalmente creo que pierde usted toda la
credibilidad del mundo mundial o se denuncia a todos o no se
denuncia a nadie. No es justo ver la paja en el ojo ajeno y
no ver la viga en el suyo que es, precisamente, lo que usted
ha llevado a cabo con esa denuncia a Bárcenas y algunos
miembros de la cúpula del PP.
Los trincones, son trincones sean del partido que sean. Y
puestos a señalar trincones y a acabar con la corrupción, es
mucho más importante, llevar ante la justicia a todos
aquellos que se han llevado el dinero de los trabajadores.
Lo que no se puede hacer, es luchar contra la corrupción,
denunciado a determinado partido, y no hacer lo mismo con
otros trincones porque, en estos momentos, se esté formando
parte del gobierno de cualquier comunidad autónoma. Es una
incongruencia que viene a demostrar que cada uno arrima el
ascua a su sardina, añadiendo “los malos son los otros, los
míos son los buenos”. Cuando demostrado está que los suyos
también han trincado y, en esta ocasión, una muy mayor
cantidad que los otros.
Y ya que está en el deseo de todos los españoles acabar, de
una vez por todas, con la corrupción, vayamos de prisa a
acabar con las subvenciones que, en definitiva, son caldo de
cultivo para la corrupción.
Empiecen dando ejemplo todos los partidos políticos que
según el número de escaños obtenidos reciben un dinero
salido del bolsillo de todos los españoles. Apliquemos, en
ese momentos de unas elecciones, que el que quiera apoyar a
un partido lo pague de su bolsillo.
Por cierto, señor Cayo Lara, su partido también recibe una
parte de esas subvenciones salidas del bolsillo de todos los
españoles, que tenemos que pagar con nuestros impuestos, sin
probarlo ni beberlo, unos partidos que ni nos van ni nos
vienen
Lo importante sería que ningún partido recibiese un euro
salido del bolsillo de todos los españoles y, de esa forma,
quizás se daría un paso importante parar acabar con la
corrupción. ¿O no?
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