Rotary Club y Prosegur colaboran con el Banco de
Alimentos con el fin de contribuir a la labor que realiza
esta entidad en ayuda a los más desfavorecidos de la ciudad.
La asociación Rotary donó al Banco de Alimentos un elevador
para poder transportar los alimentos y la empresa de
seguridad instaló un sistema de alarma gratuíto.
Cuando la crisis afecta a cientos de ciudadanos en una
ciudad pequeña, fronteriza y con varias comunidades
conviviendo, se generan grandes necesidades de productos
básicos que resultan imprescindibles para muchas familias.
En estos casos, existen entidades como el Banco de Alimentos
que tratan de paliar estas situaciones límite. Y detrás hay
personas, ciudadanos corrientes, voluntarios, que dedican su
tiempo y trabajo, desinteresadamente, a que pueda
canalizarse toda la ayuda que se recibe.
Los Bancos de Alimentos son organizaciones sin ánimo de
lucro basados en el voluntariado y cuyo objetivo es
recuperar excedentes alimenticios de nuestra sociedad y
redistribuirlos entre las personas necesitadas, evitando
cualquier desperdicio o mal uso.
Las necesidades del Banco de Alimentos de Ceuta no son solo
de alimentos que reciben constantemente de la organización
nacional e internacional en las cantidades que pueden
administrar, sino de elementos como medios de transporte,
tesorería para abonar gastos corrientes de luz, agua, etc,
medios informáticos y, desde luego, ayuda personal para
distribuir y organizar.
En este orden de cosas, el Rotary Club actuó con el Banco de
Alimentos de Ceuta en dos aspectos. Primero en facilitar una
transpaleta o carretilla elevadora que permitiera a los
voluntarios mover los palets de mercancía y descargarlos o
cargarlos en camiones, trabajo que venía realizándose
manualmente. Y segundo, aportar cantidades en metálico
procedentes del sorteo de la Maleta Solidaria, para abonar
los pequeños gastos diarios.
Cuando los miembros del Rotary Club, para entregar la
carretilla elevadora, visitaron el Banco de Alimentos de
Ceuta que se encuentra situado en unos almacenes
perfectamente organizados que fueron cedidos por la Ciudad
Autónoma cerca del Hospital Universitario, se preguntó a los
responsables de la entidad si recibían ayuda de personal de
los Planes de Empleo y la respuesta fue negativa porque, a
pesar de haberse solicitado administrativos y cargadores,
nunca se les asignaron.
Otras necesidades que se detectaron son sistemas de alarma
ya que han sufrido dos robos en las instalaciones y una
furgoneta, aunque sea usada, que les permita repartir con
rapidez y eficacia los alimentos. En este caso, el Rotary
Club se convierte a veces de vehículo de donaciones de
terceros que utilizan esta institución para canalizar las
ayudas hacia el Banco de Alimentos, Caritas u otras
entidades.
Hay que reseñar que cuando el Rotary Club se puso en
contacto con la empresa Prosegur para contratar un sistema
de alarma que garantice la seguridad de los alimentos
almacenados, esta compañía decidió instalar el mencionado
sistema de alarma en el citado almacén sin cargo alguno y,
además, no cobrar las cuotas mensuales, reconociendo así la
gran labor que hace el Banco de Alimentos en nuestra ciudad.
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