La gasolinera del Tarajal ha echado finalmente el cierre
tras más de seis años de lucha tanto en los tribunales como
en negociaciones con la Ciudad, que no han dado frutos. La
Justicia ha rechazado los argumentos de “interés público” de
este surtidor por su ubicación junto a la frontera y han
prevalecido los preceptos de la Ley de Costas. Por su parte,
desde la administración local se argumenta que para darle
una nueva ubicación había que esperar a la aprobación del
PGOU.
La gasolinera del Tarajal echó ayer el cierre por falta de
alternativas de reubicación, y con ella se han destruido una
pequeña empresa y cinco puestos de trabajo. Este surtidor
empleaba, además de al autónomo que la dirigía, Juan Antonio
Llano, a otras cuatro personas, aunque según su gerente han
llegado a ser nueve.
‘Agrupación Norte’, que así se llamaba la empresa, ha pasado
por tanto a engrosar la lista de pérdidas del tejido
empresarial ceutí, muy a su pesar porque su intención no era
cerrar, “sino todo lo contrario”, afirma Llano, quien
asegura que se trata de “gente emprendedora que lo que
quería era generar empleo”. Llano destaca el esfuerzo
realizado en los últimos años para mantener su actividad, a
pesar de la crisis económica y de la fuerte competencia de
las gasolineras marroquíes.
El problema al que se ha enfrentado esta pyme ceutí tiene
que ver con la ley de costas: “Nos vimos atrapados en la
horquilla entre la anterior y la actual”, señala el gerente.
No obstante, Llano no se rindió y ha pleiteado hasta llegar
a las máximas instancias posibles, tanto a la Audiencia
Nacional como al Tribunal Supremo, en la idea de que una
gasolinera en esta zona de la ciudad, junto a la frontera y
en una carretera nacional, era “de interés público”.
Finalmente, la Justicia ha rechazado los argumentos de
‘Agrupación Norte’ y ya no ha quedado más remedio que
ejecutar su desmantelamiento de las instalaciones.
Mientras la Justicia se pronunciaba, el empresario no ha
dejado de intentar, por otra parte, durante “casi seis años”
que la Ciudad Autónoma le proporcionara una ubicación
alternativa. “Tampoco pedíamos que nos regalaran nada,
porque el terreno era de nuestra propiedad, pero no ha
habido forma”, lamenta Llano. Respecto a los argumentos de
la Ciudad, el gerente de la empresa afirma que le decían que
para hacer viable una nueva ubicación tenía que esperar “a
la aprobación del nuevo Plan General de Ordenación urbana (PGOU)”.
Modificaciones puntuales
Hace algo más de dos años, en concreto, en julio de 2010, y
tal como publicó entonces EL PUEBLO, se llegó incluso a
comenzar los trabajos para allanar un terreno en la zona
baja de Loma Colmenar -cerca también de la N-352 y del
Tarajal- para el traslado de la gasolinera, algo que
finalmente no se llevó a cabo. Esto a pesar de que, con el
fin de facilitar la instalación de empresas, tal como se ha
reiterado por parte del Gobierno local, tanto en esa misma
zona de Loma Colmenar como en el Brull, se ha llevado a
Pleno por parte del Ejecutivo y aprobado por la Asamblea una
modificación puntal del PGOU precisamente para no tener que
esperar a la renovación del Plan, que se encuentra en
proceso de actualización desde el año 2005.
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