En pocas ocasiones una visita
ministerial había sido tan cuestionada como esta última, la
del pasado martes, de la titular de la cartera de Fomento,
Ana Pastor. El Partido Popular, muy satisfecho por lo que
calificaron de visita “honesta y útil”; el PSOE crítico por
entender que la ministra “sólo vino a decir que no hay
dinero”. Y enmedio, el ciudadano que, con estas lecturas e
interpretaciones puede pensar dónde está la verdad de este
galimatías político o a quien creer.
Desde un punto de vista objetivo, sin colorines políticos ni
de siglas, minimizar la visita de un ministro no parece,
medianamente sensato, ni lógico ya que no parece negativo,
ni resulta un inconveniente; más bien, al contrario. Podrá
gustar más o menos al adversario político pero no deja de
ser significativo que Ceuta sea protagonista. Por otro lado,
incurrir en simplificar la cuestión con una frase más o
menos acertada en cuanto a la realidad de los hechos, no
deja de ser una “boutade” porque también podrían aplicarse
el mismo antídoto a quienes, en otra etapa, hicieron otro
tanto.
Señalar, en las actuales circunstancias, que la realidad
económica no incide en la dinámica política sobre cuestiones
de inversión, es una frivolidad. De ahí que el presidente de
la Ciudad haya dicho que quien critica la visita de Ana
Pastor no tiene “consciencia” de la situación que vivimos en
la actualidad, si bien el PSOE por otra parte, no está falto
de razón cuando insta a que se muestre un sentido más
reivindicativo que complaciente, aunque el Gobierno de la
nación sea del mismo color político. Ahora bien, pocos
podrán negarle a Juan Vivas que ha demostrado en varias
ocasiones que por encima del su partido está Ceuta. Y
seguirá demostrándolo. ¿Verdad Presidente?
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