No será porque no se lo advertí
desde esta misma página, no hace muchas fechas, cuando puse
en conocimiento de Rubalcaba que la táctica que estaba
empleando como oposición no era la más adecuada y que de
seguir por ese camino, el PSOE iba a acabar como la UCD,
cada uno por un lado cuando, realmente, España necesita un
PSOE fuerte con credibilidad suficiente para recuperar el
camino perdido y, se mire por donde se mire, el señor
Rubalcaba, carece de esa credibilidad necesaria para
recuperar la sangría de votos que sufrió en las últimas
elecciones generales.
No ha pasado mucho tiempo, para que se me venga a dar la
razón, ya que, en estos momentos, el PSOE está más dividido
que un pastel en casa de un pobre con doce hijos.
En Cataluña, el PSC vota a favor de la determinación de los
pueblos a decidir su futuro. Una votación que va contra lo
que dicta el partido por mediación de sus secretario
general, Pérez Rubalcaba, que sigue apostando, como no puede
ser de otra forma, por la unidad de España.
El primer secretario del PSC, Navarro, ha manifestado que
”Es una ficción que el PSOE pueda presentarse en Cataluña
con sus propias siglas”. Y uno en su ingenuidad se pregunta,
cuántos PSOE existen.
El enfrentamiento entre el PSOE y el PSC lo único que ha
demostrado es que no comparten el mismo concepto de España y
de la Constitución, un asunto crucial, más si cabe en un
país con un grave problema de separatismo, éste desafío no
ha venido más que a demostrar “la debilidad política” de
Rubalcaba”.
Y por si fuese poco el Partido Socialista Gallego, en estos
momentos, viene a poner la guinda sobre el pastel, que me da
toda la razón del mundo en cuanto escribí advirtiendo al
secretario general del PSOE, señor Rubalcaba, la que se
avecinaba
Los socialistas gallegos están dispuestos a celebrar
primarias en contra de los estatutos y de la dirección
nacional. Está de una claridad meridiana que el PSOE
necesita urgentemente poner orden y recomponer a la vez un
proyecto nacional que resulte atractivo para los ciudadanos,
si quiere recuperar el tiempo perdido y volver a tener la
credibilidad que siempre tuvo y que nunca debió de perder.
Todo esto parece que son objetivos que, hoy por hoy, quedan
fuera del alcance de Rubalcaba, al que se le están abriendo
frentes por todos los lados cuestionando su liderazgo.
Y como no hay dos sin tres, y las criaturitas mías no están
dispuestas a dejarme en ridículo, me sale el Partido
Socialista de Madrid y también hacen más de lo mismo contra
la opinión de Rubalcaba. Total, como decía la sabia de mí
abuela “Rubalcaba pone un circo y le crecen los enanos”.
Hay una frase hecha que recoge con toda certeza lo que
estamos diciendo: “renovarse o morir”. Y el PSOE está
pidiendo a gritos, así lo demuestran varias de sus
federaciones, una renovación total de sus mandos, es decir
de su secretario general a nivel nacional que está
perdiendo, a pasos agigantados, la confianza y la
credibilidad de todos los mandas de las distintas
autonomías.
Ojala me equivoque, cosa difícil que suceda, y el PSOE
encuentre el camino y el personal adecuado para ser un
partido potente, porque España lo necesita.
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