La crisis, el aumento del paro y el envejecimiento de la
población inclinan a miles de consumidores a viajar fuera
del calendario turístico convencional asegura Antonio Montes
Directivo de Bonoincentivo y experto en temas de consumo.
Viajar a la Costa del Sol, Canarias o Baleares en los meses
de más frío, visitar Egipto, New York o París a inicios del
mes de marzo o adentrarse en las profundidades de la India
fuera de las concentraciones turísticas representan la
expresión más clara del síndrome del turista invernal, una
práctica emergente consistente en viajar fuera del
calendario turístico tradicional, en un país, España, que
siempre ha vivido un fenómeno de concentración turística,
colapsando aeropuertos y estaciones de tren en agosto y
dejándolas semi vacías en otras épocas del año.
La crisis económica y el cambio del modelo de vida de miles
de españoles explican el fenómeno (afirma Antonio Montes
Blasco) en España existe un total de 5.040.022 desempleados
(cifra EPA último trimestre) y por tanto un mayor número de
personas con tiempo libre. A ello hay que añadir el
envejecimiento de la población; en España hay 7.849.700
jubilados y pensionistas cuya principal prioridad es viajar
fuera de las fechas punta. Otro factor coyuntural es la
imparable tendencia en el cambio de modelo familiar, en
España se divorcian el 53% de los matrimonios, a un ritmo
anual de 118.000 divorcios al año.
Es frecuente pues, que una gran parte de los viajeros sean
solteros, divorciados y jubilados, con modelos de familia no
convencionales, coyunturas que explican la inversión del
modelo turístico tradicional.
El cambio en el modelo de contratación turística es otro
factor; el turista ya no acude únicamente a una agencia de
viajes presencial sino que disfruta de un viaje gratuito
como fruto del acuerdo con empresas o instituciones
públicas. Es el caso del IMSERSO, organización que cada año
subvenciona un total de 1.084.000 viajes gran parte de ellos
fuera del calendario más comercial.
Antonio Montes también apunta al auge de los viajes
gratuitos, que permiten a un viajero disfrutar de un crucero
en familia a un coste cero, a menudo son viajes sufragados
por los empresarios quienes obsequian a sus trabajadores con
bonos-incentivos como política para mantener motivada a su
plantilla. Tan solo en los últimos 12 meses las empresas
españolas han regalado 500.000 bonos-viaje a sus empleados
con un crecimiento anual del 30%. Suponen una forma evidente
de ahorro afirma Bonoincentivo.com una empresa que vive del
sector. España es una superpotencia turística que
afortunadamente ya no vive solo del sol y playa en el mes de
agosto.
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